HLVS compañera Ledda Barreiro
La CTA Autónoma Mar del Plata expresó profundo pesar ante el fallecimiento de la referente de Abuelas de Plaza de Mayo filialMar del Plata.
“Ledda, sin dudas, fue una referencia nacional y local en la búsqueda de las identidades robadas, entre las cuales está su nieto”, expresaron desde la regional. “No le alcanzó al gobierno genocida con desaparecerle una hija y robarle a un nieto, sino que también otro de sus hijos, Alberto, fue detenido de manera ilegal y paso 7 años detenido en Mendoza y ella misma fue secuestrada y torturada junto a su compañero de vida”, agregaron.
“Desde siempre Ledda nos marcó el camino con valentía, declarando en cuanto juicio de lesa humanidad se la convocara. Es sin dudas uno de los faros que nos iluminan para saber por dónde caminar, y así la recordaremos”.
Comunicado de Abuelas
Con enorme tristeza, comunicamos el fallecimiento de Carmen Ledda Barreiro de Muñoz, histórica responsable de la filial Mar del Plata de Abuelas de Plaza de Mayo e integrante de nuestra Comisión Directiva.
Ledda nació el 28 de marzo de 1935 en Mar del Plata. En la adolescencia, conoció al que sería su marido, Alberto Muñoz, con quien tuvieron tres hijos: Silvia, Alberto y Fabián. La vida de Ledda dio un vuelco cuando Silvia fue secuestrada, el 22 de diciembre de 1976, en La Plata, embarazada de dos meses. Al día siguiente, en la misma ciudad, fue secuestrado su compañero, Gastón Larrieu. Pensaban llamar Ramiro o Mariana al bebé que esperaban.
La joven, de 21 años, permaneció detenida en la Brigada de Investigaciones de La Plata, en el centro clandestino «Pozo de Arana», en la Comisaría 5ta, en «Pozo de Banfield» y posiblemente en «La Cacha». Su hijo o hija debió nacer en julio o agosto de 1977. La pareja y el niño o niña que debió nacer en cautiverio siguen desaparecidos.
Tras el secuestro de Silvia, la propia Ledda, junto con su esposo, fueron detenidos y torturados durante más de tres meses. También torturaron a su hijo menor, Fabián, de 9 años, porque no querían decir dónde estaban Silvia y Gastón. Poco después de su liberación, Ledda se sumó a las Abuelas de Plaza de Mayo y desde entonces se convirtió en una referente indiscutida de la organización y del movimiento de derechos humanos en Mar del Plata.
Mujer de convicciones firmes, aguerrida, cocinera habilidosa, lectora voraz y amante del color rojo, esperó hasta su último aliento el abrazo tan soñado con su nieta o nieto. «Hoy saldríamos a la costa y, entre risas y de la mano, viviríamos por fin tanto tiempo perdido. Recuperaríamos también los ‘te quiero’. Te quiero siempre. Te sigo buscando», le escribió, en una carta, hace un par de años.
Impotencia y sensación de injusticia es lo que nos causa esta despedida, como la de cada abuela que se va de este mundo sin poder encontrar a su nieto o nieta. Pero a la vez, tenemos la responsabilidad de continuar su lucha. Fabián Muñoz, el hijo menor de Ledda, hace tiempo se incorporó a la institución y hoy es uno de los responsables de la filial marplatense de Abuelas, al igual que otros familiares –hermanos/as, tíos/as, primos/as– que asumieron el legado de la búsqueda de sus seres queridos.
Lúcida, informada y atenta a la realidad, a la que siempre peleó para transformar, luego de una internación compleja, Ledda se fue rodeada del amor de su familia y de muchas y muchos compañeros de lucha.
Desde Abuelas, seguiremos buscando a su nieto o nieta, junto con Fabián y toda su familia, a quienes abrazamos fuerte en esta hora de tanto pesar.