Hablar de merecimientos en el fútbol suele ser bastante antipático. Porque, en muchos casos, se suele esconder detrás de ese análisis una falta de autocrítica a los errores propios. No obstante, hay que decir que el Mirasol no debió irse con las manos vacías de la cancha del Bohemio.

No porque haya tenido un rendimiento deslumbrante. Ni cerca de eso. Pero, en un partido tan enmarañado como el que se presentó ante Atlanta, desperdiciar el puñado de chances que se pueda generar termina siendo un pecado mortal. Y el equipo de Daniel Bazán Vera dispuso de tres opciones clarísimas para empatar el encuentro, pero falló en la definición. Y lo pagó, claro.

El conjunto local tuvo la virtud de pegar en el primer acercamiento al arco de Ramiro Martínez, cuando a los 9 minutos, tras un córner, Juan Requena, llamativamente solo, metió un frentazo tremendo para poner el 1-0. Después de ese tanto, sucedió lo que generalmente ocurre en este tipo de partidos en la Primera Nacional: el local se replegó y Almirante fue en busca del empate. Lo hizo sin muchas ideas ni claridad, pero así y todo pudo haber igualado en el último minuto de la etapa inicial, con un cabezazo de Leandro Quiroz que se estrelló contra la base del palo izquierdo del arco defendido por Alejandro Sánchez.

El segundo tiempo, una réplica del primero

En el complemento, el trámite siguió siendo el mismo. Con el agravante de que Atlanta disponía de más espacios para salir de contra. Y Brown, jugado por jugado, atacó con más decisión. Así, generó dos ocasiones muy claras para llegar al 1-1.

La primera fue un cabezazo de Brian Fernández que se fue por arriba del travesaño, con el arco vacío porque Sánchez había quedado en el camino tras una mala salida. Y la segunda puede contarse por dos, porque primero lo tuvo Gonzalo Errecalde, con un derechazo dentro del área que tapó Sánchez, y después, en el rebote, Quiróz definió y, cuando la pelota entraba, Joaquín Susvielles la sacó sobre la línea.

El equipo de Luis García, en tanto, tuvo una chance para ponerse 2-0 en el final, con un cabezazo de Bisanz que dio en el travesaño. Pero el resultado ya no se iba a modificar. Y no hubo merecimiento que valga. Almirante volvió a perder y sigue sin poder despegarse del fondo de la tabla. Y se volvió a Casanova con la preocupación de haber perdido una buena chance de comenzar a enderezar un rumbo que sigue avizorándose muy incierto.

Otra vez de visitante

En la próxima fecha, el Mirasol jugará el interzonal ante Tristán Suárez, en Ezeiza, el sábado a las 15. Será el tercer encuentro consecutivo fuera de Isidro Casanova para Brown, luego de sus visitas a las canchas de Defensores Unidos (1-0) y Atlanta (0-1).