En este contexto, 178 hijas/hijos quedaron sin madre, siendo el 58 por ciento de ellos menores de edad. Dos de las víctimas estaban embarazadas, 13 tenían indicio de abuso sexual, nueve eran migrantes, dos se encontraban en presunción de prostitución o trata y 24 de ellas habían realizado una denuncia contra su agresor.

Más información…

Por su parte, ocho de los femicidas tenían dictada medida cautelar de prevención, ocho pertenecían o pertenecieron a fuerzas de seguridad, 21 de ellos se suicidaron y un 56 por ciento eran parejas o exparejas. Además, 12 de los femicidios se dieron en contexto de narcocriminalidad y un 58 por ciento de los asesinatos sucedieron dentro de los hogares de las víctimas.

“Cada femicidio nos sacude. Pero el de Catalina Gutiérrez en Córdoba, influencer, estudiante de arquitectura, mediática, conmocionó a la población. Un compañero confesó el crimen. Dijo que era el ‘amor de su vida’, aunque solo fueran amigos. Nos conmocionó, pero también nos asustó. No estamos seguras en ningún lado”, lamentaron desde el Observatorio.

Y continuaron: “No mediaba relación amorosa, ni violencia, ni denuncias. Sin embargo, Catalina estaba en peligro. ¿Cuáles fueron las señales que no vimos? ¿Dónde se instala esa personalidad dual de los varones que disimulan su lado violento? Son respuestas complejas con múltiples aristas; lo que sí sabemos es que es imprescindible el tratamiento de las temáticas de género en todos los ámbitos y a todas las edades”.