Un Emotivo Reencuentro en la Lucha Sindical
Por Juan Severo
El jueves 3 de octubre de 2024, en la sede del sindicato del SUTEBA, se realizó un reencuentro histórico y profundamente emotivo. Las dos conducciones administrativas de las CTA en La Matanza, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores, volvieron a encontrarse tras 14 años de separación, encabezadas por sus Secretarios Generales, Orestes “Beto” Galeano y Daniel Tronti. El evento contó con la participación de diversas organizaciones sociales, sindicatos de la CGT y numerosos militantes históricos.
El clima fue, sin duda, de nostalgia y esperanza. El propio Beto Galeano, con su característico sentido del humor, comparó esta reunión con la de un matrimonio que decide volver a intentar la convivencia después de muchos años de experiencias separadas. “Como en un matrimonio”, decía, “donde por ahí no te sentís cómodo, y luego te das cuenta de que la separación no fue acertada”. Fue imposible no sonreír con esta metáfora tan gráfica, y a la vez reflexionar sobre lo que realmente significaba este reencuentro: una oportunidad de retomar la unidad para enfrentar juntos las luchas que siguen presentes en el país.
Fue también un momento emotivo, especialmente al ver a viejos militantes, algunos con mas panza, con más canas, otros con menos pelo, pero todos con el mismo espíritu combativo. Y aunque el paso del tiempo no afectó a las compañeras, lo cierto es que lo más impresionante de la jornada fue el hecho de que, más allá de las apariencias, el compromiso y la pasión por la justicia social seguían intactos en cada uno de los presentes.
Volviendo a la metáfora del matrimonio, y esto va por mi cuenta, no es difícil pensar que nosotros, quienes fuimos parte de este reencuentro, podríamos decir que somos hijos, nietos y hasta bisnietos de aquella primera conducción o matrimonio de la CTA Matancera, encabezada por Pablo Masciangelo y Betty Mendoza, allá por los años 90. Ellos fueron los pioneros de una lucha sindical que marcó un camino en La Matanza, y su legado sigue vivo en la memoria de quienes seguimos luchando. Y cómo olvidar a Salvador Catania, ese jubilado que hasta el último día de su vida repartía volantes en las puertas de los bancos, luchando por los derechos de los jubilados. Su ejemplo sigue siendo una inspiración para todos nosotros.
Las palabras de los compañeros y compañeras que tomaron la palabra reflejaban no solo la emoción del momento, sino también la firme convicción de que esta unidad era necesaria. Otros de los históricos José «Chapu» Urreli que en su alocución decía la política nos separo y la misma política nos vuelve a unir.
La presencia Esteban Cabello y Heraldo Cayuqueo de la CGT, y su propio relato sobre las dificultades que también enfrentaron para unirse, fue un recordatorio de que, en tiempos de crisis, es imprescindible que el movimiento obrero cierre filas y se mantenga unido.
El cierre del evento, a cargo de Carlos Díaz, Secretario Gremial CTA Autónoma, y Roby Baradel, Secretario General de la CTA de los Trabajadores, no solo puso el broche final a una jornada histórica, sino que dejó en claro que este reencuentro no es un mero símbolo del pasado, sino una apuesta por el futuro.
Después de 14 años de caminos separados, este regreso a la unidad es un paso importante para enfrentar juntos los desafíos que se avecinan. Como en cualquier relación, habrá diferencias y obstáculos, pero la lección más valiosa que nos deja este reencuentro es que, cuando el objetivo es luchar por la justicia social y los derechos de los trabajadores, la unidad siempre será el camino.
Hoy más que nunca, el movimiento sindical necesita estar unido. Las luchas que nos esperan requieren de la fuerza colectiva, y la imagen de esa sala llena de compañeros y compañeras comprometidos es una luz de esperanza en tiempos difíciles. El reencuentro no solo es emotivo, sino también estratégico: para enfrentar a los poderosos, necesitamos estar juntos.