La escuela de cine de Avellaneda saca a relucir su archivo
“Oxido de hierro” se llama el proyecto por el cual se empezarán a presentar las producciones de los estudiantes del IDAC a lo largo de sus 55 años de existencia. Los trabajos se presentarán en temporadas de 10 cortos cada una.
Redacción Canal Abierto | El Instituto Municipal de Arte Cinematográfico (IDAC), histórica escuela de cine de Avellaneda, anunció el lanzamiento de Oxido de Hierro, una colección que recopila la producción de la institución a lo largo de sus 55 años de existencia
El trabajo será presentado a lo largo de distintas temporadas, cada una de las cuales contendrá 10 cortometrajes realizados por alumnos del organismo como parte de la carrera. Cada entrega buscará mostrar la diversidad de la producción, por lo que se combinarán producciones de diferentes años y distintos tipos de géneros: documental, ficción y animación, son los predominantes.
En estos momentos se está llevando adelante la tarea de adaptación a los nuevos formatos. “No se puede decir restauración porque la restauración es otra cosa, es algo mucho más complejo. Pero sí estamos haciendo un reescalado a HD y remasterización”, contó a Canal Abierto Mariano Castaño, realizador egresado del IDAC, hoy docente y coordinador general de la carrera de cine del instituto.
Al respecto, hizo notar que desde 1969 hasta hoy, las producciones fueron variando de formatos y soportes: fílmico de 16 y de 8 mm, videos U-Matic. Además, en los créditos pueden aparecer nombres como los de Juan José Campanella, Lucrecia Martel o José Celestino Campusano.
El trabajo empezó rastreando el material que se encontraba en la escuela disperso y sin sistematizar. “En algunos sectores del mismo instituto estaban acumuladas cajas con cassettes, en otros lugares había películas, en otros lugares había U-matic… Después fuimos a buscar a gente que tenía cosas o que sabíamos que podía tenerlas. Los encontramos y les pedimos que aportaran las copias de sus archivos personales. Ahí pudimos ir empezando a reconstruir, que ni de lejos está terminada la tarea esa”, señaló Castaño.
Entonces, la segunda etapa fue lanzar una convocatoria para poner al tanto a ex alumnos y convocarlos a aportar materiales que hubieran producido durante su trayecto por el IDAC. “Abrimos el archivo también para que el que quisiera mandarnos sus archivos digitales, que en los últimos 20 años en muchos archivos digitales dando vueltas, que los enviara que nosotros los íbamos a catalogar y guardar. Eso también tuvo éxito y así se empezó a generar una cantidad muy considerable de trabajos”, comentó el realizador.
“Esperamos llegar a marzo del año que viene a hacer una presentación en sala de algunos de los cortos y después subirlos todos a YouTube”, planteó Castaño.
Y explicó que Oxido de hierro no tiene una finalidad únicamente de difusión de lo que se ha producido en el instituto a lo largo de su historia, sino que también tiene una finalidad aplicada a la enseñanza. “Ahora viene la etapa en la que esto se va a incorporar a la pedagogía. La idea es ahora empezar con la reconstrucción histórica de estos materiales y la realización de mini documentales sobre los mismos. En esta primera etapa se trataba de reconstruirnos nosotros. No sabíamos qué íbamos a encontrar ni si íbamos a encontrar algo, pero ahora que lo tenemos ya podemos meterle para adelante”, desarrolló.
Consultado respecto a la implicancia de una labor como la de Oxido de hierro en un contexto como el actual en el que toda forma de expresión independiente está siendo atacada por el Gobierno tanto desde la desfinanciación como desde la arenga verbal, Castaño dijo que debe entenderse como “un llamado a la acción”.
Y se explayó al plantear que “no va a haber fondos, no nos van a venir a salvar, así que tenemos que organizarnos y hacer las cosas. No lo hicimos antes cuando había con quión hablar. No organizamos la cinematecas, no llevamos adelante el proyecto que sabíamos que había que llevar adelante. Lo sabíamos porque nos lo estaba gritando gente como Fernando Martín Peña que todo el tiempo nos estaban diciendo `esto hay que hacerlo´. Y nunca se hizo la Cinemateca, no se resguardó de material y se perdió gran parte de la historia cinematográfica argentina”.
“Esa parte de la historia que se pierde es parte también del problema de que no generamos un público. ¿Y cómo vamos a generar un público si no respetamos nuestra historia? Y el problema del cine hoy es que el público nos dio la espalda. No en los números, porque la gente sigue diciendo que le gusta el cine argentino, pero apoya un Poder Ejecutivo que nos prende fuego cada vez que puede”, concluyó.
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