¿CUAL ES LA SITUACION INTERNA DE LA INSTITUCION QUE TIENE QUE VELAR POR LA SEGURIDAD PUBLICA EN EL AMBITO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES?
¿Alcanzan los intentos del ejecutivo por profesionalizarla?
POR JUAN SEVERO/ 20 NOVIEMBRE DE 2024.
Mucho se habla hoy de la Seguridad Publica y en especial de la que se desarrolla en el ámbito del Partido de la Matanza, diariamente los titulares de los medios de prensa, repiten e informan de hechos delictuales dentro de este distrito.
El Ministerio de Seguridad Provincial está gastando fortunas en campañas publicitarias mostrando los distintos programas de capacitación que está desarrollando tendientes a capacitar a los nuevos oficiales de policía.
En estos espot publicitarios se explican los objetivos de la Dirección de Capacitación y Entrenamiento y el Plan Anual de Capacitación Técnico Profesional 2024, por el cual el Ministerio plantea una política de profesionalización de los cuadros policiales en sus distintos niveles y especialidades.
Buscando una capacitación indispensable para brindar un servicio más eficaz, y elevar las competencias profesionales del personal y dar a conocer los marcos legales y doctrinarios de la función policial, necesarios para el correcto desempeño de dicha función.
Atento a ello, la Subsecretaria de Formación y Desarrollo Profesional, a través de la Dirección Provincial de Formación, Capacitación y Evaluación, se encarga de llevar adelante el Plan Anual de Capacitación (P.A.C.) el cual, siguiendo los lineamientos estratégicos de la formación y capacitación.
Por otra parte, plantea la presentación de la oferta Académica a nivel Ministerial de las distintas áreas que se encuentran comprendidas en él. Esto es logrado por medio de la sistematización del conjunto de propuestas formativas teniendo como resultado la organización de la oferta académica presente en la institución policial permitiendo, centralizar el conocimiento disperso entre las áreas y organizarlo según especialidades, a fin de integrarlo al sistema de formación y capacitación policial.
Este programa de Capacitación está dirigido a el personal de las distintas Superintendencias de investigaciones de Trafico de Drogas Ilícitas, de Investigaciones y de Delitos Complejos, de Policía Científica, de Comunicaciones, de Inteligencia Criminal, de Políticas de Genero, De Análisis Criminal, de Cuerpos, de Cuerpos, de Planeamiento y Operaciones Policiales, Sub secretaria de Coordinación y Logística Operativa, Subsecretaria de Planificación e Inteligencia, Subsecretaria de formación y Desarrollo. Subsecretaria de emergencias.
En líneas generales esta estructura de formación ha mejorado en lo académico, no así en la preparación real para que los efectivos cumplan con sus funciones en la calle, muchos viejos policías hablan, de que al no haber entre los nuevos instructores personal con experiencia real en la calle, estos docentes se limitan a transmitir conocimientos vacíos de conocimiento real y especifico que permita saber, como manejarse en la trinchera.
Quizás esto tenga que ver con una postura ideológica, que al intentar democratizar a la policía, no entendieron que el personal recibe órdenes y normalmente las acata y que adecuar su accionar a nuevos tiempos implicaba capacitarlos pero respaldarlos en su función y no denotarlos y hacer estadísticas, con aquellos que no se adecuan al sistema, no por ser en muchos casos malos funcionarios, si no por intentar diferenciarse de los corruptos, lo que motivo en algunos casos la separación o jubilación de los mismos, mientras que la mayoría cierra la boca.
Pero si esta caza de brujas interna, no se centra en la corrupción y en la erradicación de estos focos y si en la disidencias; se produce un efecto contrario los policías trabajan con miedo, de ser puesto en disponibilidad en el mejor de los casos o terminar detenidos, solo por hacer lo que la ley les obliga a hacer como auxiliares de justicia, porque hoy por visiones políticas, excesivamente garantistas, los delincuentes tienen mayores garantías que la policía en funciones.
Hoy muchos delincuentes, tienen respaldo en sectores de la política, en una conjunción muy especial, militancia política, barras bravas de clubes de futbol, punteros de droga y control de otros negocios o ilícitos como el cobro a vendedores ambulantes, remises truchos, buses truchos, cigarrillo de contrabando, toma de tierras, robo o hurto de automotores y dentro de este contexto todo tiene relación entre si y la policía, solo mira y deja pasar impávida de poder actuar.
Muchos jóvenes de ambos sexos han ingresado en los últimos años, a la fuerza, muchos solo en busca de un empleo que les permita subsistir y tener una obra social, otros la minoría lo hacen por identificarse con la función policial, pero a poco de andar se dan cuenta de las limitaciones y terminan yéndose o se dejan adsorber por el sistema.
Pero que es lo que está pasando dentro de los procesos de trasformación social, por los que atraviesa la sociedad de nuestro País y en especial de la Provincia de Buenos Aires, donde se requiere de una constante transformación y adaptación institucional, para poder contrarrestar el accionar delictivo y la constante mutación de la delincuencia.
La tarea operativa policial en muchos casos es insuficiente dado que se actúa sobre el efecto del delito y no sobre los factores que los desencadenan, la prevención temprana es inexistente en muchos casos y se encuentra estancada, por falta de una adecuada canalización de la información, delictual.
Solo se puede prevenir los hechos si se conoce al eventual oponente, en su terreno y si se controla ese medio, pero hoy la realidad que el estado está ausente en grandes conglomerados urbanos y ante la falta de presencia del estado, lo que está presente es el narcotráfico, que fue avanzando durante décadas en nuestro país.
Consultados funcionarios policiales de algunas dependencias, que recorren las calles se puede apreciar como estos conocen lugares donde se venden distinto tipo de drogas, donde se reducen repuestos de rodados robados, o en qué lugares se congregan delincuentes conocidos, pero esta información se desperdicia por muchas razones; a saber:
- Muchos funcionarios de baja y media graduación, creen que algunos de los responsables operativos de las dependencias (servicios de calle) transan con los delincuentes y hacen la junta para sus Jefes y estos fondos siguen una cadena de mando directa a las cabezas de la Institución, por lo que desconfían de sus pares y muchas veces no cumplen con su función para no entrar en conflicto o terminar trasladados por meterse en los negocios del sistema.
- En muchos casos también esta desconfianza alcanza a algunos funcionarios judiciales, en concordancia con algunos políticos, lo que atenta contra la erradicación del delito.
- De este coctel y de la falta de adecuado manejo del factor humano dentro de la fuerza y de un real control de las situaciones particulares de los efectivos la fuerza, se desprende sueldos paupérrimos, pagos de adicionales con montos irrisorios que no alcanzan ni para comprar un alfajor triple.
- Este panorama ha generado un clima de falta de interés de algunos. La desmoralización o la negligencia manifiesta, atenta contra la reinserción social, de la fuera en el entramado social, sigue existiendo un divorcio entre policía y la población, resultado de políticas del propio poder Ejecutivo de atacar durante años a toda aquella institución del Estado que porte uniforme.
- Sin entender que estas instituciones son el propio brazo del monopolio de la fuerza pública de un Estado, y que dentro de un régimen democrático, estás son las responsables del control del orden y la Paz Publica, donde se respeten los derechos y la seguridad de los cuídanos, por encima de la delincuencia, sin importar quién es el que quiebra la Ley.
- En la fuerza existen excelentes funcionarios, pero en la actualidad por los motivos antes expuestos la atención, sobre la ciudadanía esta resentida; y el clima interno es tan complicado, que generaron casi 40 suicidios de funcionarios en lo que va del año, por distintos motivos, todos relacionados en su mayoría por su pertenencia a la fuerza.
- En la calle los patrullajes son insuficientes, los controles si se realizan están mal implementados se puede ver hasta 10 efectivos leyendo sus teléfonos y no parando a nadie, no se toman en cuentan las normas básicas de seguridad, no se cubre en forma adecuada a los funcionarios que solicitan documentación a los choferes.
- No hay retenes preparados para evitar fugas de rodados, no se hace más operativos con personal especializado en automotores, para constatar documentación con vista de números de chasis y motores, en la vía pública, si se concretaran nuevamente seguro habría grandes sorpresas.
- Hoy se aprecia desinterés de gran parte del personal por cumplir con la labor específica, (vasta con ingresar como cualquier ciudadano a efectuar una denuncia en una dependencia policial, para que podamos observar como se trata de desalentar a los ciudadanos a que efectúen denuncias de todo tipo, poniéndole trabas constantes, que obligan al denunciante a desistir , de sus intenciones, esto tiene que ver con manejar discrecionalmente las estadísticas, las cuales tampoco son mostradas al público como debería ser.
- Solo persisten los damnificados que tienen seguros sobre sus patrimonios o en casos donde se produjeron hechos de sangre); la vorágine diaria hace que los oficiales para tomar denuncias sea insuficiente en todas las dependencias, basta con concurrir un fin de semana para ver como hay personas en las guardias aguardando varias horas para que le tomen una denuncia.
- Si la institución no efectúa un autoanálisis de sus propias falencias en forma objetiva y sincera no podrá estar a la altura de las necesidades futuras, la problemática de la seguridad debe ser motivo de un profundo análisis sociológico, pero basamentando, en estadísticas reales, si la institución se engaña a si misma con estadísticas dudosas, esto repercute aún más en el descrédito que hoy tiene sobre la sociedad.
- Revertir la mala imagen que ostenta la institución policial, es un objetivo fundamental, solo posible si se logra reinsertar la Policía, como un aparato destinado a servir socialmente, pero para esto los distintos estamentos deben mostrar eficiencia, alejándose de los negocios de unos pocos, que afectan en su conjunto a la buena policía.
La transformación de la institución es en líneas generales es necesaria y oportuna, pero es bien sabido que todo proceso de cambio trae aparejado, problemáticas de adaptación de los individuos que la componen, por lo que es necesario tomar en cuenta el “factor humano” como pilar fundamental de ese propio cambio; en la actualidad se ha descuidado en algunos casos a este factor, deshumanizando la transformación; muchos efectivos con más de 25 o 30 años de servicio que no han tenido oportunidad de capacitarse intelectualmente, sufren de una suerte de discriminación por parte de los nuevos cuadros, porque en forma errónea se les inculca que lo anterior era todo malo, y en forma errónea, vez de generar un buen entendimiento y espíritu de camaradería, bien entendido.
Otro de los factores que atentan en contra del propio proceso de transformación es el desaprovechamiento de los conocimientos de aquellos funcionarios con experiencia cierta en el trabajo policial, (en las distintas áreas, que en algunos casos carecen de conocimientos académicos pero si conocen profundamente las técnicas policiales, lo que en la jerga policial se conoce como “oficio policial”) los títulos secundarios y terciarios, contribuyen a generar funcionarios con mayor preparación intelectual , pero esto no garantiza que estos sean buenos policías.
Así mismo se requiere de políticas claras que brinde al funcionario individuo seguridad laboral; respaldo para el desempeño de su función teniéndose en cuenta que toda acción de represión del delito puede significar el uso de la fuerza y que esto puede traer aparejado cargas jurídicas e inclusive responsabilidades , civiles y penales, dado que los manuales o las nociones sobre operaciones policiales tienden a garantizar buenos procedimientos, pero esto es falible porque ninguna circunstancia es igual a otra, todo hecho es único y personal, por lo cual no es posible conocer la respuesta exacta solo se puede brindar parámetros de acción pero estas no son exactas.
Solo con la seguridad jurídica y el respaldo para los funcionarios por parte del propio estado que lo contrata este puede cumplir son su rol, debiendo existir mecanismos de control que permitan que dentro de este marco no existan excesos en la función. (control – si ) pero dentro de un marco de igualdad y objetividad y ajustándose a Derecho .
repitiendo la frase de G. Nimo: por lo menos así lo veo yo