Xenofobia, negacionismo climático y premios a golpistas: las primeras 24 hs de Trump
Ni bien asumió, retiró a EEUU del Acuerdo de París y de la OMS, indultó a condenados por el asalto al Capitolio y proclamó la emergencia nacional en la frontera con México. Además, el guiño al radicalismo belicista en Israel y una vuelta atrás respecto a Cuba.
Redacción Canal Abierto | Es costumbre que, tras jurar el cargo, cada presidente de Estados Unidos inicie su mandato con una batería de medidas y anuncios a modo de declaración de intenciones. En las últimas 24 hs, Donald Trump mostró que no iba a ser la excepción.
Como primer mensaje a propios y ajenos, y a sola firma, arrancó derogando 78 órdenes ejecutivas de Joe Biden. Entre otras cosas, volvió a incluir a Cuba en la lista de “estados patrocinadores del terrorismo”, tal como había resuelto él mismo en 2021.
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se apresuró a reaccionar en X (ex Twitter) a la decisión, que tildó como un “acto de arrogancia y desprecio por la verdad”. También dijo que el la marcha atrás “no sorprende”.
A esta declaración de principios en materia de geopolítica, le siguió la derogación de las sanciones a colonos violentos de Israel, en lo que se considera como un guiño a los ministros más radicales y belicistas de la coalición que encabeza Benjamín Netanyahu.
La medida eliminada buscaba desincentivar las agresiones físicas, hostigamiento o quema de viviendas que a diario sufren los palestinos. Sobre el conflicto en cuestión, y aún cuando intentó llevarse el crédito por el alto al fuego vigente en Gaza, Trump aseguró “no estar seguro” de su vigencia y sostenimiento: “Esa no es nuestra guerra, es su guerra, pero creo que están muy débiles en el otro bando [Hamás]”.
Su próximo embajador en Jerusalén, Mike Huckabee, defiende que “no existe” Cisjordania (utiliza el término bíblico y oficial en Israel, de Judea y Samaria) ni el pueblo palestino, ni la ocupación militar israelí desde 1967.
Otras naciones en la mira del relato y las primeras políticas trumpistas fueron latinoamericanas. En primer lugar, la proclamación de una emergencia nacional en la frontera con México que podría incluir el envío de militares.
Así, el mandatario cumple con uno de los puntos que más explotó en esta y anteriores campañas, la xenofobia y ataque a los migrantes. “Ordenaré a nuestro Gobierno que utilice todo el inmenso poder de las fuerzas del orden federales y estatales para eliminar la presencia de todas las redes criminales de bandas extranjeras, que traen una delincuencia devastadora a suelo estadounidense, incluidas nuestras ciudades y centros urbanos”, dijo.
A su vez, declaró a los carteles de la droga como “terroristas globales”, lo que algunos especialistas advierten podría devenir en excusa para una intervención en territorio extranjero.
En la misma línea, amenazó con eliminar la adquisición de nacionalidad estadounidense por el nacimiento en el territorio del país, aunque es algo previsto en la Constitución.
Además, anunció que renombrará el golfo de México como golfo de América, lo que sólo tendría efecto (simbólico) fronteras adentro.
Aunque aún no fue confirmado, el mandatario estadounidense aseguró que podría imponer un arancel generalizado del 25% a las importaciones mexicanas y canadienses a partir del 1 de febrero, lo que ya generó un cimbronazo financiero en sus países vecinos.
Otra amenaza, aunque hasta el momento sólo en palabras, tiene que ver con la principal vía fluvial que conecta los océanos Atlántico y Pacífico: “China está operando el canal de Panamá. Pero no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá, y lo vamos a tomar de nuevo”.
Además, hubo firmas para la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la que batalló duramente durante la pandemia, y otro para la retirada del acuerdo de la OCDE para establecer un impuesto mínimo del 15% a las multinacionales.
En su discurso de asunción, Trump habló de dar “rienda suelta” a la energía estadounidense, poniendo fin a lo que su equipo denomina “políticas de extremismo climático de Biden”. Por lo pronto, decidió retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima, como ya hizo durante su primer mandato, para libremente poder “perforar, perforar, perforar”.
“Pondré fin a la política gubernamental de tratar de imponer socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada. Forjaremos una sociedad ciega al color y basada en el mérito. A partir de hoy, la política oficial del Gobierno de Estados Unidos será que solo hay dos géneros, masculino y femenino”, anunció Trump. En concreto, podría derivar en el cese de todas las políticas de protección de la comunidad LGBTQ+.
A esta recorrida por los primeros pasos del segundo paso del platinado por la Casa Blanca hay que sumar otra serie de decretos como la congelación de contrataciones de funcionarios públicos o la supresión del teletrabajo para funcionarios federales, además de vagas declaraciones vinculadas a inflación y libertad de expresión.
Fuente: https://canalabierto.com.ar