Cambios en el etiquetado frontal de alimentos: “Se ha perdido el verdadero espíritu de la ley”
La nueva aplicación de los octógonos negros en los comestibles es considerada un “retroceso significativo” en la protección de la salud.
La serie de modificaciones que implementó el Gobierno nacional a la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable generó preocupación entre los especialistas de la nutrición, que alertaron sobre las implicancias de estos cambios. Entre ellos, el nuevo sistema de aplicación de los octógonos negros en los productos, comúnmente llamado «etiquetado frontal», es considerado como un “retroceso significativo” en la protección de la salud.
En comunicación con Radio Universidad, la presidenta del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, Laura Salzman, aseguró que “se ha perdido el verdadero espíritu de la ley”. “La nueva disposición cambia rotundamente la cantidad de productos que van a llevar los sellos”, alertó.
De ahora en adelante, el criterio para decidir si un producto llevará o no el octógono negro será distinto: se basará únicamente en el exceso de los nutrientes críticos agregados del producto. De esta manera, se dejan de lado los intrínsecos, es decir, los que forman parte de la composición química de un alimento.
“Por ejemplo, la manteca, un alimento naturalmente graso, solo va a contar con el sello de exceso en sodio, ya que es añadido. Además, las empresas tampoco van a tener que declarar la composición de nutrientes que tiene el producto que desarrollan, solo el nutriente crítico”, explicó.
Etiquetado frontal: una herramienta para la educación alimentaria
Según recordó Salzman, el objetivo de la normativa en relación con el etiquetado frontal era brindar información “clara, veraz y sencilla”. “La ley es una gran herramienta para promover la educación alimentaria en la población y recuperar el estado de salud a partir de datos”, señaló.
En este sentido, destacó que, mediante informes realizados por diversas entidades, se comprobó que la población argentina tiene problemas de malnutrición asociados al sobrepeso y la obesidad. “Esto se puede tratar ayudando a la población a que conozca qué está comiendo y, como resultado, hacer mejores elecciones en lo que a la alimentación refiere”, agregó.
Sin embargo, y con la aplicación de nuevos criterios a la hora de identificar los nutrientes en exceso, Salzman consideró que es “un guiño muy fuerte” a la industria alimentaria con el fin de aumentar ventas. “Es una picardía pasar por esto y tener que soportar este tipo de retroceso”, expresó.
Por último, recordó que la normativa ahora en cuestión promueve la salud y subrayó la necesidad de reivindicarla. “Habla de qué sociedad queremos ser a largo plazo y permite vivir mejor. La alimentación nos atraviesa a todos y hay mucho en agenda para discutir”, concluyó.