La medida se publicó este lunes en el Boletín Oficial, con sus respectivas precisiones. Así, la reducción de las retenciones para la soja (grano) será del 33 al 26 por ciento; mientras que sus derivados van del 31 al 26. Además, las retenciones para el trigo, la cebada, el maíz y el sorgo se recortan del doce al 9,5 por ciento; y las del girasol, del siete al 5,5.

Asimismo, el decreto establece que los exportadores deberán liquidar al menos el 95 por ciento de las divisas generadas por estas mercancías en un plazo máximo de 15 días a partir de la Declaración Jurada de Venta al Exterior correspondiente. Si este plazo se vence, se aplicará de nuevo la alícuota de derechos de exportación correspondiente a la posición arancelaria anterior.

Esta baja temporal de las retenciones agropecuarias tiene por objetivo la liquidación de granos y la acumulación de reservas mediante un incentivo de alícuotas más bajas para los principales productos exportados del sector. El cumplimiento de estos plazos estará a cargo de la Agencia de Recaudación y Control Tributario (ARCA) y del Banco Central de la República Argentina.

Así, el Gobierno asiente a los pedidos del campo, que exigía un alivio fiscal. “Este impuesto fue un obstáculo histórico para el crecimiento del sector productivo. No es viable exigir el pago de impuestos, cuando los productores ni siquiera logran cubrir sus costos de producción”, habían reclamado los titulares del CRA, el Coninagro, la Federación Agraria y la Sociedad Rural.