En busca de una idea política para rivalizar con Milei
Por Juan Severo
Los partidos políticos y los movimientos populares parecen estar desorientados ante los desafíos que plantea el libertarismo de Javier Milei. Su ideología difusa e híbrida desafía los paradigmas tradicionales, dejando a sus oponentes sin una respuesta clara. En este contexto, resulta imprescindible una nueva mirada y un debate político profundo para avanzar hacia una alternativa sólida.
Hoy en día, los dirigentes políticos están más preocupados en salvaguardar sus propios intereses que en representar genuinamente al pueblo. La falta de discusión sobre cómo empoderar a la ciudadanía refleja un temor latente a lo que el pueblo podría hacer si tomara conciencia plena de su poder. Sin embargo, el pueblo tiene derecho a conocer en profundidad las decisiones que toman sus representantes, ya que son ellos quienes padecen las malas políticas gubernamentales.
Los representantes de las corporaciones partidarias deciden cuestiones clave, como las fechas electorales, la reelección indefinida de los intendentes y otras normas que, lejos de fortalecer la participación ciudadana, solo buscan perpetuar su dominio. En paralelo, La Libertad Avanza intenta restringir la creación de nuevos partidos políticos y aumentar las trabas para los partidos más pequeños, consolidando así una dinámica de exclusión política.
Ante este panorama, es necesario reconstruir los partidos políticos tradicionales. Las alianzas coyunturales han fracasado repetidamente: se conforman para ganar elecciones y, al día siguiente, están en conflicto, dejando siempre como víctima al pueblo. Debemos dejar de delegar nuestro futuro en terceros y asumir la responsabilidad de nuestro presente y el porvenir de nuestros hijos y nietos.
A menudo se escucha que «los políticos son todos corruptos». Si bien no comparto esa afirmación generalizada, sí creo firmemente que si los corruptos siguen al mando es porque la ciudadanía no participa activamente en la vida interna de los partidos. En una Argentina sumida en la decadencia, la crisis de representación y la falta de alternativas políticas se solucionan con más participación y poder popular, no con más corporaciones.
Como diría un gran dirigente del cual nadie puede afirmar ni fundamentar que se enriqueció en los distintos cargos que ocupó, hablo de Víctor De Gennaro: «Basta de verso: boleta única por categoría en todas las instancias y un solo día de elección nacional, provincial y municipal». Una gran jornada democrática porque, al final del día, somos un solo pueblo y queremos ser una sola Nación.
¡¡¡AHORA ES CUANDO!!!!