De que se trata

Trump: USAID, OMS, Acuerdo de París… Out!

Con el “America first” como lema, la Casa Blanca anuncia cada día su retirada de un nuevo organismo multilateral. En las últimas horas, la mayoría de los 10 mil empleados de la USAID, agencia de ayuda exterior de Estados Unidos, fueron desvinculados y sus fondos congelados.

Redacción Canal Abierto | La continuidad de la existencia de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) fue puesta en duda por Donald Trump y por el encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental, un tal Elon Musk.

“Está dirigida por un puñado de lunáticos radicales y los estamos echando”, sostuvo el magnate y bronceado presidente norteamericano; en tanto que el CEO de Tesla sostuvo que, según lo conversado, Trump “está de acuerdo en que deberíamos cerrarla”.

El organismo, en los papeles independiente de la Casa Blanca, fue creado en 1961, durante el gobierno de John Fitzgerald Kennedy, para coordinar y distribuir la mayor parte de la ayuda exterior de carácter no-militar en cooperación con los países receptores en las áreas económica, agrícola, sanitaria y humanitaria. Más allá de esta finalidad, siempre se señaló su alineamiento con los intereses políticos del Pentágono y su vinculación a la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA): en plena Guerra Fría, la agencia para promover el desarrollo social era una herramienta más de lucha contra el comunismo.

Este lunes 3, el secretario de Estado Marco Rubio anunció su designación como director interino de la agencia, y se descuenta que será sometida a un cruento recorte presupuestario y de personal, siempre y cuando no sea reducida a escombros.

“Cada dólar que gastamos debe estar alineado con el interés nacional de EEUU, y la USAID tiene un historial de ignorar eso y decidir que son una organización benéfica global separada del interés nacional”, sostuvo Rubio.

Gracias por su servicio

“El viernes 7 de febrero de 2025, a las 23:59 (EST), todo el personal contratado directamente por USAID será puesto en licencia administrativa a nivel mundial, con excepción del personal designado responsable de funciones críticas para la misión, el liderazgo central y los programas especialmente designados. El personal esencial que se espera que continúe trabajando será informado por el liderazgo de la Agencia el jueves 6 de febrero a las 15:00 (EST)”. Este mensaje aparece en este momento cuando uno ingresa al sitio web de la USAID.

“En el caso del personal de USAID que actualmente se encuentra destacado fuera de los Estados Unidos, la Agencia, en coordinación con las misiones y el Departamento de Estado, está preparando actualmente un plan, de conformidad con todos los requisitos y leyes aplicables, en virtud del cual la Agencia organizará y pagará el viaje de regreso a los Estados Unidos en un plazo de 30 días y preverá la rescisión de los contratos de PSC e ISC que no se determinen como esenciales. La Agencia considerará excepciones caso por caso y extensiones de viaje de regreso basadas en dificultades personales o familiares, problemas de movilidad o seguridad u otras razones (…). Próximamente se proporcionará más orientación sobre cómo solicitar una excepción”. De esta forma o por correo electrónico, los empleados de la agencia alrededor del mundo se enteraron que la administración central prescinde de sus servicios y verá en las próximas horas la forma de repatriarlos.

Alrededor de diez mil personas trabajaban para el organismo, dos tercios de las cuales estaban destinadas alrededor del mundo y hoy, con sus cuentas de e-mail canceladas y sin acceso a información oficial, desconocen cuál será su futuro. Las órdenes ejecutivas de Trump ordenaron congelar por 90 días toda la ayuda exterior, durante los que se revisará qué aportes continúan y cuáles no.

“Estados Unidos primero”

Con el America First (Estados Unidos primero) como bandera, la gestión Trump inició una retirada en estampida de los Estados Unidos de organismos multilaterales internacionales. A la vez que paraliza la USAID, con plan de desmantelarla o reducirla a su mínima expresión, la Casa Blanca retiró su participación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el 20 de enero Trump firmó el decreto para retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima.

La “ayuda humanitaria” y la Guerra Fría

Desde los 60 hasta hoy, las misiones de ayuda humanitaria nunca estuvieron lejos de los intereses geopolíticos de la Casa Blanca o de las agencias de inteligencia del estado norteamericano.

En Perú, durante el mandato de Alberto Fujimori -en cuya campaña electoral se denuncia invirtieron 30 millones de dólares-, se probó su participación financiando un programa de “planificación familiar” que esterilizó de manera forzada a más de 300 mil mujeres y 25 mil hombres.

Con los gobiernos progresistas de Latinoamérica tuvo una tensa relación. En 2008, la Unión de Cocaleros del Chapare, con apoyo del presidente Evo Morales, expulsó a una misión de más de 100 empleados de la USAID. Finalmente en 2013, en el marco de la celebración del día del trabajador, Morales anunció la expulsión de la agencia de Bolivia, acusándola de conspirar contra el gobierno de Bolivia.

Un año antes, en junio de 2012, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, amenazó con expulsar a la USAID acusándola de financiar a grupos de la oposición política.

Según datos del Servicio de Investigación del Congreso (CRS – Congressional Research Service), un instituto de investigación de políticas públicas del Congreso de los Estados Unidos, en los tres años que lleva la guerra tras la invasión rusa, Ucrania ha recibido más de 46.000 millones de dólares en asistencia no militar administrados exclusiva o parcialmente por USAID. Es el país que mayor volumen de ayuda de la agencia ha recibido. Le siguen, de mayor a menor, Etiopía, Jordania, la República Democrática del Congo, Somalia, Yemen, Afganistán, Nigeria, Sudán del Sur y Siria.

En América Latina, los países que recibieron más ayuda en 2023 fueron Colombia y Haití. La región es una de las menos beneficiadas por los aportes. Argentina y Uruguay no recibieron ese año ningún tipo de ayuda de la Agencia.

En general, estos fondos son canalizados a través de ONGs, empresas, otras organizaciones internacionales o gobiernos afines.

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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