Un jardín de Ramos Mejía, con vacantes para salas de dos a cinco años
Las integrantes del Jardín N° 954, sito en la calle Coronel Pizarro 1.461, continúan embelleciendo el establecimiento de cara al inicio lectivo del próximo 5 de marzo. A su vez, recordaron que las inscripciones siguen abiertas.
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La baja de la natalidad en el país impacta, sobre todo, en el nivel inicial de educación. Pese a ello, docentes y directivos del Jardín estatal N° 954 “María Elena Walsh” de Ramos Mejía continúan “poniendo lindo” el establecimiento de la calle Coronel Pizarro al 1.461, a pasos de Avenida de Mayo, de cara al inicio del ciclo lectivo 2025 el próximo 5 de marzo. Asimismo, invitan a la comunidad a que anoten a sus hijos en dicha institución.
La oferta incluye salas de dos años (una novedad más que positiva en muchos jardines que, por sobre todas las cosas, busca dar respuesta al descenso de la natalidad y, también, garantizar las matrículas), tres, cuatro y cinco años en los turnos mañana y tarde.
El1 recorrió en la mañana de este viernes gris las coloridas instalaciones del Jardín N° 954. Diversas aulas equipadas con material educativo, didáctico y recreativo, un parque con juegos y un área destinada para un futuro espacio verde forman parte de la arquitectura educativa.
“Estamos preparando, con mucha alegría, nuestro jardín para recibir a niños y niñas a partir de dos a cinco años. Para que transiten su proceso educativo inicial acá”, enfatizó Mery Alba, profesora de música y delegada gremial del Jardín N° 954.
“Este es el primer año que hacemos una difusión masiva convocando a las familias, en este caso para que anoten a sus niños de dos años, ampliando así la oferta pedagógica del jardín, para que las familias cuenten con un espacio de cuidado, educación y calidad para sus hijos a temprana edad”, agregó la docente.
Jardín N° 954: ofrecer más herramientas para las nuevas generaciones
Y, en este marco, sumó en referencia a la capacitación docente y el vínculo con las familias: “Nosotros siempre tenemos en cuenta que cuando viene un niño, no solo nos toca recibirlo a él, sino a toda su familia. Por eso este es un trabajo coordinado y en equipo del que también forma parte el grupo familiar. Este es un jardín público con docentes capacitadas para estar a la altura de las nuevas necesidades que nos traen estas nuevas generaciones que obviamente se van modificando en el tiempo. Hoy, las necesidades de las familias no son las mismas que hace años atrás, por eso nosotras como docentes estamos formándonos permanentemente, buscando nuevas herramientas para poder ampliar las posibilidades y que los padres no tengan esa sensación de que los dejan aquí solo para que los cuidemos, sino que ellos vean que hay resultados educativos en estas trayectorias”.
“Nosotros como profesionales de la educación tenemos la certeza de que el jardín ofrece más herramientas porque tenemos la posibilidad de acompañar a las familias en la crianza y hacer que ese niño o niña se olvide un poco de lo digital. Está comprobado que la presencia de pantallas a temprana edad genera en ellos trastornos de ansiedad y otros problemas. El jardín es un espacio educativo en el que los docentes generan en forma permanente propuestas educativas que después las familias pueden practicar en sus casas; todo esto con el objetivo de poder prolongar la mayor distancia posible del niño o niña de las pantallas”, cerró.