De que se trata

Cómo será el cónclave, el proceso de elección del sucesor del Papa Francisco

Una vez finalizados los ritos funerarios, cardenales de todo el mundo se reunirán en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico para la elección del Sumo Pontífice 267. En qué consiste el cónclave y cuándo se anunciará el nuevo Papa.

Mientras el mundo lamenta la muerte del Papa Francisco, en el Vaticano ya se activó el protocolo que definirá a su sucesor: el cónclave. Con la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico como escenario, los integrantes del Colegio Cardenalicio habilitados para votar elegirán al sucesor de Bergoglio y próximo líder de la Iglesia Católica.

¿En qué consiste el cónclave?

La palabra cónclave proviene del latín cum clave, es decir, “con llave”, y hace referencia a la sala antiguamente cerrada donde se reunían los cardenales para elegir a un nuevo Papa. Con la muerte de Francisco, el decano de los cardenales, Giovanni Battista Re, comenzó a llamar a Roma a los cardenales de todo el mundo para que conformen “congregaciones”.

Todos están obligados a asistir, excepto aquellos cuya salud no se los permita, ya que son los encargados de organizar el funeral y el entierro del Papa que, tradicionalmente, tiene lugar entre cuatro y seis días después de su muerte.

Además, las congregaciones fijan la fecha y la hora del comienzo del cónclave, que normalmente tiene lugar 15 días después de la muerte del Papa. No obstante, las congregaciones pueden ampliar el plazo hasta un máximo de 20 días, según lo estipula la ley vaticana, para dar tiempo a los cardenales electores de otros países para llegar al Vaticano.

Proceso de votación

El nuevo Papa es elegido por 120 cardenales y el proceso de votación consta de tres fases: el pre escrutinio, el escrutinio y el post escrutinio. Para que la votación sea válida, el elegido necesita dos tercios de los votos, calculados sobre la totalidad de los electores presentes.

Pre escrutinio

En la primera etapa, se preparan las papeletas de voto, unas simples tarjetas que se doblan por la mitad una sola vez y llevan impresa la frase Eligo in Summun Pontificem (latín de “Elijo como Sumo Pontífice”). Se entregan, al menos, dos a cada cardenal elector.

Cuando comienza la votación, abandonan la capilla el secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias y los maestros de ceremonias, mientras que el cardenal diácono de menor antigüedad cierra la puerta. A continuación, extrae nueve nombres por sorteo; de ellos, los tres primeros serán los escrutadores; los tres segundos, los infirmarii; y los tres últimos, los revisores.

Escrutinio

A la hora de votar, los cardenales electores proceden a llevar sus papeletas escritas con el nombre de la persona seleccionada hasta el altar, donde se encuentran los escrutadores. Cuando emiten el voto, cada cardenal presta un juramento en latín: Testor Christum Dominum, qui me iudicaturus est, me eum eligere, quem secundum Deum iudico eligi debere (“Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”).

Una vez emitidos todos los votos, un escrutador agita el recipiente donde se depositaron las mismas, mientras que otro cuenta las papeletas. Si no se observan irregularidades, se procede a abrirlas y contar los votos; cada uno de los tres escrutadores toma nota del nombre indicado, y uno de ellos lee el nombre en voz alta.

Para el ritual de votación, se deben preparar dos estufas en la Capilla Sixtina. Mientras que en una se queman las papeletas de cada una de las votaciones, en la otra se lanza el humo que, si es de color blanco, indica la elección del nuevo Papa. En cambio, si el humo es negro, significa que la votación continuará.

Si nadie resulta elegido en el primer escrutinio, se realizará inmediatamente el segundo. Se podrán realizar un máximo de cuatro escrutinios cada día, dos por la mañana y dos por la tarde.

Post escrutinio

En la última etapa del Cónclave, los escrutadores suman los votos y queman las papeletas con ayuda del secretario del Colegio Cardenalicio y de los maestros de ceremonias. Si alguno de los cardenales obtuvo dos tercios de los votos, se procede a emitir el humo blanco, conocida como “fumata blanca”, símbolo que indica la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Con la elección concluida, el cardenal decano convoca al secretario del Colegio Cardenalicio y al maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. Así, pregunta al Papa electo si acepta la elección: Acceptasne eleccionem de te canonice factam in Summum Pontificem? (“¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”). Además, el nuevo Papa elige el nombre con el que será conocido durante su pontificado.

Si el elegido acepta y ya es obispo, asume inmediatamente el cargo. Si no lo es, primero debe ser consagrado como tal antes de poder asumir el cargo. En tanto, si es elegido un sacerdote, el decano del Colegio Cardenalicio le ordenará inmediatamente obispo; si se trata de un laico, el decano primero le ordenará diácono, luego sacerdote, y solo entonces le ordenará obispo. Sólo después de convertirse en obispo el Papa electo asume el cargo.

Fuente: https://www.el1digital.com.ar

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