De que se trata

El legado del otro Eternauta

Vuelve a presentarse la caja editada en 2010 con casi un centenar de láminas de ilustraciones de Francisco Solano López, el plumín que dio cara y formas a Juan Salvo, Elena, Martita, Favalli, manos, gurbos y cascarudos que llegaron a Buenos Aires desde la imaginación de Oesterheld.

Por Manuel Rodríguez | El estreno en Netflix de El Eternauta, adaptación en formato de serie del clásico de la historieta nacional creado por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López es la excusa para poner de nuevo en circulación la caja de Solano López.

Se trata de una caja que contiene casi un centenar de láminas tomadas de originales proporcionados por el artista, que participó de la curación de esta colección que fue presentada en la Feria del Libro de Frankfurt cuando en 2010 Argentina fue el país invitado con motivo del Bicentenario del Primer Gobierno Patrio.

La misma tendrá una presentación oficial mañana a las 18 horas en el espacio de Ediciones Ciccus en la Feria del Libro, stand 223 del Pabellón Azul.

El trabajo fue motorizado por el editor Claudio Bernárdez, quien en diálogo con Canal Abierto contó que “la llamamos la Solano Box y es un objeto artístico de alta relevancia. Es la conservación de un objeto artístico de relevancia que fuimos cuidando y guardando con la intención de, llegado un momento clave como es este, volver a ponerlo en circulación”.

LA caja contiene páginas completas de El Eternauta original, además de bocetos y ensayos para otras versiones. También de otros trabajos de Solano López, como EvaristoInstituto, o adaptaciones al comic de obras literarias como Cabecita Negra de German Rozanmacher, Operación Masacre, de Rodolfo Walsh o El Cuervo, de Edgar Alan Poe.

Además, a modo de homenaje, también hay láminas de relecturas de la obra de Solano López por Daniel Santoro , Alejandro Okiff, Luis Scafati, Alfredo Benavidez Bedoya, Ciruelo, Mandrafina, Juan Sáenz Valiente, Kirwan, Ivonne Káiser, Pablo Maistegui, Quique Alcatena, Nico Fonzo, Mariana Baizan y Sebastián Maissa.

Bernárdez está vinculado al mundo de la historieta desde hace décadas y tuvo relación cercana con la familia de Oesterheld y con el propio Solano López y planteó que “la película era lo que faltaba y siempre estuvimos ahí viendo qué posibilidad había de que se materializada. Sabíamos que en algún momento iba a llegar, entonces conservamos algunos números de esta Solano Box para que tenga otro sabor llegado este momento”.

“Hoy en día, por una cuestión de costos, de producción y del papel que ya no se consigue, sería imposible volver a hacerla, por lo que se convierte en un objeto de colección. Se hicieron 500 unidades en aquel momento y quedan apenas algo menos de 50”, señaló Bernárdez.

El origen de esta presentación es a partir de una propuesta que le hace Bernárdez al dibujante. “Yo le ofrecía hacer esto en vida. Tengo una anécdota al respecto y también le estaba comentando de empezar a emprolijar los temas de derechos y demás. Nosotros teníamos una relación muy estrecha. Nos veíamos casi todas las semanas y los sábados teníamos la costumbre de reunirnos para planificar cosas. Comíamos unas empanadas y tomábamos un tinto en la casa de él. Pero de pronto, después de hacerle ese ofrecimiento, de hacer el objeto este artístico en homenaje a él y hablar de esto, se corta la comunicación abruptamente. Yo llamaba, no me atendía y se dilataba”, relató Bernárdez.

La historia tiene un final feliz, ya que el relato prosigue cuando “después de un par de semanas suena el teléfono de mi casa. Era el maestro y me pregunta cuánto tardaba en llegar con el tinto que ya había encargado las empanadas. Así que salí disparado y ahí fue que me confesó que lo había impactado el ofrecimiento, que en principio le cayó muy mal. Es que hablábamos de herencia, derechos y esas cosas. Entonces el decía `ya me están enterrando´. Pero que después lo pensó y me dijo que yo tenía mucha razón y, agradecido, se iba a poner a a trabajar para concretar este objeto”.

Bernadez explicó que, para reforzar su idea le planteó que “era mejor el homenaje en vid. Le dije `Solano, lo festejamos nosotros y los sandwichitos nos los comemos nosotros, se lo come usted y no lo demás. Encima, después van a hacer recopilaciones de lo que se les ocurra. Acá la dirección artística la tiene usted´. El se emocionó, le gustó mucho la idea y empezamos a seleccionar entre todo el material que había disponible”.

Así es que se rastrearon y encontraron trabajos de Solano López de distintas épocas que fueron impresas “en una muy buena técnica de offfset y con papel gramado de 300 gramos en medidas de 35×45 centímetros. La joya es la imagen de Los ojos de Juan Salvo en primer plano, que esa mide 70×30 centímetros”, describió Bernárdez.

Respecto de la apreciación que tuvo el propio Solano López al momento de su edición, Bernárdez contó que “cuando él lo vio, se quedó sorprendido porque dijo que nunca lo había visto impreso en esta calidad. Por lo general, la historieta era una impresión de bastante baja calidad, aburrida, con unos pintazos insoportables. Lo que se logra acá es poner en relevancia el nivel artístico de del dibujante. Lo que quisimos es resaltar que la historieta también tiene un nivel artístico de importancia. Eso es algo que acá queda evidenciado”.

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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