Internacional

URGENTE CRECE LA TENSION ENTRE INDIA Y PAKISTANCON ATAQUES MUTUOS

Esto puede generar una confrontación masiva

Por Daniel Ariza. Analista  Política. Internacional.

 

La situación planteada entre India y Pakistán, altera aún más el frágil equilibrio de la paz mundial ante una posible “3er. Guerra Mundial”, minuto a minuto se desarrollan los acontecimientos y ambos gobiernos pretenden ser los dueños de la verdad, los hechos ocurridos asi lo demuestran por lo que en esta entrega les damos un panorama de situación:

◾️ El primer ministro indio, Narendra Modi, ordeno una operación especial en respuesta al atentado de grupos radicalizados Pakistaníes que produjeron la muerte de 26 turistas en la localidad de Cachemira, con el nombre clave de Operación Cindoor.

◾️ El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, informo que según sus datos otras 48 personas resultaron heridas. 🇵🇰🇮🇳 Se eleva a 26 el número de fallecidos en los ataques de la aviación india contra Pakistán, anunció el jefe del Estado Mayor de las FF.AA. de Pakistán, general Asim Munir, citado por la agencia Reuters.Al menos 46 personas más resultaron heridas, agregó Islamabad.

◾️ El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a Nueva Delhi e Islamabad a actuar con la máxima moderación en medio de las tensiones;

◾️ El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, aseguró que Washington mantendrá contactos con los líderes de ambos países para resolver el conflicto;

◾️ China instó a India y Pakistán a mantener la calma y evitar acciones que pudieran provocar una escalada;

◾️ El ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, manifestó que Ankara se solidariza con Islamabad y se opone a la agresión de India;

◾️ Japón expresó su preocupación por el agravamiento de la situación y anunció que teme el inicio de un conflicto militar a gran escala en la región.

◾️Pakistán derivó 5 cazas Indios con misiles y una cantidad no precisada de drones y  atacó una escuela en el poblado distrito de Punch, en el territorio de la unión india de Jammu y Cachemira, informaron  fuentes indias.

◾️A su vez, los interlocutores aseguraron que Pakistán agredió también un lugar de culto religioso propio del sijismo en Punch. Hasta el momento no se especifica el número de muertos y heridos,  publicaron en la red social X vídeos del lugar del ataque, que muestran a niños heridos. Los médicos les están brindando ayuda.

◾️Rusia llama a India y Pakistán a la moderación, manifestó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.»Esto es motivo de extrema preocupación. Llamamos a ambas partes a ejercer moderación y a pasar rápidamente a un método negociado para resolver las diferencias», expresó el vocero presidencial ruso.

Pero la pregunta es ¿quiénes son los terroristas que iniciaron este conflicto?. Cachemira, una de las zonas más tensas y disputadas del mundo.

El Frente de Resistencia es una guerrilla islamista y separatista que opera principalmente en la región de Jammu y Cachemira. Fundado en 2019, poco después de que el gobierno indio revocara el estatus especial de la región, el grupo surgió como respuesta a las políticas consideradas de ocupación y «cambio demográfico» implementadas por Nueva Delhi.

Sus fundadores, Muhammad Abbas Sheikh y Sheikh Sajjad Gul, establecieron el grupo con el objetivo explícito de «reivindicación, recuperación y liberación de la región de Cachemira».esta organización se presenta como una organización local, pero las autoridades indias y varios analistas lo consideran una fachada moderna del grupo paquistaní Lashkar-e-Taiba (LeT).

Este grupo es conocido por su historial de ataques terroristas, incluido el asalto de Bombay en 2008. Aunque su discurso enfatiza la resistencia contra la «ocupación india» y el «fascismo», su trasfondo yihadista y separatista es innegable, alineándose con el objetivo de separar Cachemira de la India y, en última instancia, unirla a Pakistán o lograr su independencia.

La disputa por Cachemira es uno de los conflictos más antiguos y peligrosos del planeta. Se remonta a 1947, tras la partición de la India británica, cuando el marajá de Cachemira decidió unirse a la India a pesar de la mayoría musulmana de la región. Esto desencadenó la primera guerra entre India y Pakistán, seguida de otras dos contiendas y numerosos enfrentamientos menores.

Desde 1989, la insurgencia armada en Jammu y Cachemira ha dejado decenas de miles de muertos, con grupos separatistas y guerrillas islamistas (muchas veces apoyadas por Pakistán) enfrentándose al ejército indio. En 2019, la revocación del estatus especial de Cachemira por parte del gobierno de India incrementó las tensiones y dio pie a la aparición de nuevos grupos, como el Frente de Resistencia en Cachemira.

Actualmente, la región sigue dividida entre India y Pakistán, ambos con posturas irreconciliables y con frecuentes episodios de violencia y represión, lo que mantiene la inestabilidad y el riesgo de escalada entre dos potencias nucleares.

El Frente de Resistencia en Cachemira ha reivindicado numerosos ataques desde su aparición, incluyendo atentados con granadas, tiroteos y asesinatos selectivos de civiles, fuerzas de seguridad y personas consideradas «colaboradores» del gobierno indio. Uno de los episodios más recientes y sangrientos fue el ataque en Pahalgam en abril de 2025, donde murieron al menos 26 turistas, en su mayoría indios, un hecho que marcó la mayor masacre de civiles en la región desde 2008.

El grupo emplea tácticas de guerrilla urbana, ataques relámpago y asesinatos selectivos, utilizando armas ligeras y explosivos improvisados. Además, utilizan de forma intensa las redes sociales y aplicaciones de mensajería para difundir propaganda, amenazar a opositores y reclamar la autoría de atentados, lo que le ha permitido ganar notoriedad.

A diferencia de otros grupos más abiertamente yihadistas, el Frente de Resistencia intenta proyectar una imagen menos religiosa y más política, centrándose en la «resistencia» y el «separatismo en India», aunque sus vínculos con la guerrilla islamista son evidentes.

Las acciones del Frente de Resistencia han incrementado la sensación de inseguridad en Cachemira, afectando especialmente a minorías, migrantes y turistas. Sus atentados han provocado desplazamientos, miedo y una caída en el turismo, además de alimentar la espiral de violencia entre insurgentes y fuerzas de seguridad. La población civil se encuentra atrapada entre la represión estatal y las amenazas de los grupos armados, lo que dificulta cualquier avance hacia la paz.

Las autoridades indias consideran al Frente de Resistencia en Cachemira como una escisión o fachada de Lashkar-e-Taiba, organización terrorista con base en Pakistán y responsable de numerosos atentados en la India. El TRF ha adoptado una estrategia de comunicación distinta, pero su estructura, recursos y modus operandi podrían tener una fuerte conexión con LeT y, en menor medida, con otros grupos como Jaish-e-Mohammed.

Además, India acusa a Pakistán de apoyar logística y financieramente a estos grupos, facilitando su entrenamiento y refugio en territorio paquistaní. Aunque Pakistán niega estas acusaciones, la comunidad internacional, incluida la ONU, ha señalado la presencia de infraestructuras terroristas en la región y la falta de acciones contundentes por parte de Islamabad para desmontarlas.

Tras los atentados más recientes, la presencia de la India en Cachemira ha aumentado. Además, ha realizado operaciones transfronterizas contra supuestos campamentos insurgentes en Pakistán y ha adoptado medidas diplomáticas como la expulsión de diplomáticos y el cierre de fronteras. El gobierno indio también ha catalogado al Frente de Resistencia en Cachemira como organización terrorista y ha reforzado el control sobre la región con nuevas leyes y restricciones.

Sin embargo, Pakistán ha rechazado las acusaciones y ha calificado las represalias indias de «injustificadas», convocando reuniones de seguridad y denunciando los ataques ante la comunidad internacional. Otros países han llamado a la contención y al diálogo, alertando sobre el riesgo de una escalada bélica entre dos potencias nucleares.

Por su parte, la ONU y otras organizaciones internacionales han pedido investigaciones independientes sobre los ataques y han instado a ambas partes a respetar los derechos humanos y buscar una solución política al conflicto en Cachemira. Sin embargo, la falta de avances concretos y la persistencia de la violencia dificultan la mediación internacional.

Por el momento el panorama que se observa es de máxima tensión y de altas posibilidades de que exista una escalada de violencia, debiéndose recordar que técnicamente estos dos Estados están en guerra desde hace décadas..

 

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