25 de Mayo, el presente del país y el Partido Socialista

Por Juan Severo
La Revolución de Mayo no fue solo una reacción contra el poder colonial español; fue un intento de construir una patria libre, justa y soberana. En sus fundamentos latía la idea de un pueblo con voz propia, capaz de autogobernarse, con instituciones que respondieran a las necesidades de las mayorías y no a los intereses de las elites. Un proyecto de nación basado en la libertad, la igualdad y la participación popular.
Doscientos quince años después, la pregunta es incómoda pero necesaria: ¿estamos honrando aquel legado? ¿Tenemos hoy un país donde el pueblo gobierna? ¿Dónde las decisiones se toman en función del bien común y no de los intereses concentrados?
En lo personal, esta misma duda, o mejor dicho, esta misma inquietud, me atraviesa también como militante del Partido Socialista. Y me lleva a otra pregunta crucial: ¿Hoy, en la Provincia de Buenos Aires, el Partido Socialista defiende los mismos principios con los que fue fundado?
Recordemos que el Partido Socialista en Argentina fue creado en 1896 por Juan B. Justo y un puñado de luchadores e intelectuales que entendieron que sin organización política no habría justicia social. Nació para defender a la clase trabajadora, para promover una sociedad más equitativa, con democracia real y con igualdad de derechos. Nació para transformar, no para acomodarse.
Un partido socialista auténtico no puede perder de vista estos objetivos. El socialismo implica una visión del mundo: donde el trabajo vale más que la especulación, donde los servicios públicos son un derecho y no un negocio, donde el Estado está al servicio del pueblo y no de las corporaciones.
Pero hoy, en pleno 2025, el panorama interno del Partido Socialista en la Provincia de Buenos Aires es desalentador. En los próximos meses se celebrarán elecciones internas. Se han presentado listas en todos los niveles: provincial, seccional, distrital y local. Sin embargo, lo que debería ser un momento de debate y fortalecimiento democrático, se parece más a una competencia vacía de sentido.
Porque hasta ahora, ninguna lista, repito: ninguna, ha dicho claramente por qué los afiliados socialistas deberían votarlos. No hay una sola propuesta que plantee un modelo de partido para los tiempos que corren. No hay un programa político que interpele a los trabajadores, a las juventudes, a los jubilados, a las mujeres, a las diversidades. No hay una mirada clara sobre los problemas urgentes: seguridad, educación, salud, vivienda y empleo.
Lo único que parece mover a muchos de los sectores en pugna es la ambición por los cargos. La especulación sobre qué espacio político conviene más: si arrimarse al oficialismo provincial de Kicillof o pactar con sectores de la oposición de derecha. Como si la identidad socialista se pudiera rifar al mejor postor. Como si ser socialista fuera una etiqueta y no una convicción.
Muchos dicen que la democracia está herida, o incluso moribunda. Y tal vez tengan razón. Pero lo peor sería resignarse. Porque si no hay norte, no hay rumbo. Y si no hay proyecto, no hay partido.
Desde nuestra agrupación Volver a Empezar, creemos que todavía es posible recuperar el sentido original del socialismo. Creemos que es tiempo de volver a discutir ideas. De representar a quienes nunca fueron representados. De poner al Partido Socialista al servicio del pueblo bonaerense, no de las internas ni de las conveniencias personales.
Porque la Revolución de Mayo no fue un acto de museo. Fue una apuesta a la transformación. La historia nos pide estar a la altura de esa promesa.
Agrupación Política Volver a Empezar
Partido Socialista – La Matanza