“LAS ASPIRACIONES DE SER EL ARTIFICE DE LA PAZ ENTRE RUSIA Y UCRANIA ESTA CADA VEZ MAS LEJANA PARA DONALD TRUMP
Putin redobla sus ataques a Ucrania sobre Ciudades

Por: Daniel Ariza Analista Política Internacional
El presidente de EE.UU. Donald Trump se queja de que si bien siempre tuvo una buena relación personal con el líder Ruso Vladimir Putin, considera que “algo le ha pasado, esta algo loco”, en reacción a los intensos ataques con drones y misiles rusos que está llevando a cabo contra Ucrania durante estos últimos días, Putin parece no inmutarse ante la insistencia de la diplomacia de Estados Unidos de desescalar el conflicto mientras se llevan a cabo negociaciones para lograr un alto el fuego.
El Kremlin muy por el contrario redobla la apuesta y continua la guerra incesante en Ucrania, donde los ataques aéreos se han convertido en algo diario y están afectando bastas ciudades de Ucrania, mientras las tropas de infantería siguen avanzando aun ante tremendas pérdidas de vidas humanas, de parte de ambos bandos.
Esta situación está haciendo dudar a Trump sobre la actitud de Putin para lograr la paz, mientras la diplomacia intenta con sumo esfuerzo estadounidense lograr la paz en Ucrania, algo que Trump presumía que podía lograr, en días y semanas la pacificación del conflicto; pero la realidad le golpeó duramente en el rostro, dado que la postura tanto de Putin como de Zelenski están saboteando las negociaciones por el odio mutuo que se tienen y sus posturas irreflexivas e inalterables.
Emmanuel Macron, el presidente de Francia, sin duda cree que ha cambiado su mentalidad y dijo a la prensa en Vietnam que la última crítica de Trump a su homólogo ruso, significa que el presidente estadounidense “se da cuenta” de que Putin ha “mentido” sobre la guerra en Ucrania, y agregó que espera que las palabras de Trump “se traduzcan en hechos”, Trump ha expresado públicamente su impaciencia o su enfado con el jefe del Kremlin y no es la primera critica que ha salido de su boca, por la negativa de Putin a aceptar un cese del fuego de 30 días.
En abril, Trump exigió “Vladimir, DETENTE”, después de que un ataque con misiles rusos sobre Kyiv dejara una docena de muertos; mientras reflexionaba, “Quizás no quiera realmente detener la guerra y solo me esté siguiendo la corriente”, reflexionó Trump más tarde, sus reproches han ido acompañados de expresiones de decepción personal y amenazas de posibles represalias, como aranceles secundarios sobre “todo el petróleo procedente de Rusia” o “sanciones adicionales” no identificadas.
Tras la más reciente reprimenda contra Putin, al ser preguntado de nuevo si consideraría imponer más sanciones a Rusia, Trump respondió: “Por supuesto”, pero hasta el momento, no ha habido indicios reales de que Trump esté dispuesto a utilizar la considerable influencia económica a su disposición para obligar al Kremlin a replantear su línea dura, corriendo el riesgo de mostrarse demasiado condescendiente con Putin, lo que sin dudas afectaría su imagen.
Por otra parte el Senado estadounidense, donde se presentó un proyecto de ley multipartidista para dificultar que Rusia financie su guerra, el proyecto de ley, ahora respaldado por 81 senadores, no solo propone más sanciones directas contra Rusia, sino también sanciones secundarias, como un fuerte arancel del 500 % a los países que compren energía rusa.
Pero las medidas, que afectarían gravemente a una economía rusa ya frágil y dependiente del petróleo, son sumamente controvertidas, debido a que también castigarían a China, India y la Unión Europea, que siguen siendo importantes consumidores de energía para Rusia, esto hace prever que ante la situación planteada que Trump ahora apoye con fuerza el proyecto de ley, o quizás una versión diluida. Pero eso representaría un gran cambio de rumbo, dada su constante reticencia a confrontar y castigar al Kremlin hasta el momento.
Lo más probable es que el reciente recrudecimiento de la violencia en Ucrania convenza aún más a un presidente estadounidense, ya de por sí frustrado, de que simplemente es incapaz de unir a las partes en conflicto a corto plazo y en medio de toda su ira y bravuconería contra Putin, Trump podría simplemente optar por apartarse.
Por su parte criticó duramente la “peligrosa” decisión de los aliados de Ucrania de levantar la prohibición a que Kyiv dispare misiles de largo alcance contra Rusia, después de que el canciller alemán, Friedrich Merz, declarara que ya no existían restricciones de alcance para las armas suministradas por Occidente.
Tras días de bombardeos aéreos generalizados por parte de Rusia sobre la capital ucraniana y otras regiones, el canciller alemán declaró el lunes que su país y otros aliados habían decidido levantar las restricciones de alcance, “Ya no existen restricciones de alcance para las armas suministradas a Ucrania. Ni de los británicos, ni de los franceses, ni nuestras. Ni de los estadounidenses”, declaró Merz en un evento organizado por la cadena pública alemana WDR.
Rusia está desatando el terror aéreo contra civiles ucranianos para aparentar victoria, según expertos y analistas mientras no puede lograr avances significativos en el frente y mientras ha recibido golpes de parte de los Ucranianos más que contundentes a aeródromos, fábricas de armas e infraestructura de importancia operacional.
“En otras palabras, Ucrania ahora puede defenderse, incluso atacando posiciones militares en Rusia, por ejemplo. Hasta hace algún tiempo no podía hacerlo. Con muy pocas excepciones, tampoco lo hizo hasta hace muy poco”, explicó Merz. Este martes, después de que sus declaraciones se interpretaran como un anuncio de una nueva política, Merz afirmó que “ha sido así durante meses”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, criticó duramente el anuncio de Merz el lunes, al afirmar que el levantamiento de las restricciones es “bastante peligroso”, según la agencia de noticias estatal rusa TASS. “Si se toma una decisión de ese tipo, irá absolutamente en contra de nuestras aspiraciones de alcanzar un acuerdo político y de los intentos que se están realizando en el marco de dicho acuerdo”, declaró, según TASS, Rusia ha amenazado abiertamente con que cualquier levantamiento de las restricciones a las armas de largo alcance significaría una guerra con la OTAN.
Putin ha advertido a Occidente que Moscú considerará cualquier ataque apoyado por una potencia nuclear como un ataque conjunto, y que Rusia podría usar armas nucleares si fuera atacada con misiles convencionales, la amenaza de usar armas nucleares supuso una escalada significativa en la retórica del Kremlin, aunque no actuó al respecto cuando Kiev comenzó a utilizar misiles fabricados en Reino Unido y Estados Unidos para atacar dentro del territorio ruso.
Los aliados clave de Ucrania se habían negado ante los pedidos de Ucrania para utilizar armas suministradas por Occidente en el interior de Rusia. Esto cambió a finales del año pasado, cuando el expresidente estadounidense Joe Biden autorizó a Ucrania a utilizar los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército de largo alcance (ATACMS), suministrados por Estados Unidos, dentro de Rusia.
Pero esa también fue una decisión controvertida que requirió meses de debate. Estados Unidos se negó incluso a proporcionar ATACMS a Ucrania durante los dos primeros años de la guerra, y la primera vez que entregó los misiles fue recién en abril de 2024. Algunos funcionarios estadounidenses temían una escalada de la guerra, que ahora transita su cuarto año, mientras que otros temían la disminución de las reservas de armas del Pentágono.
Merz fue nombrado canciller hace algunas semanas, y su declaración de que Berlín permitirá a Ucrania utilizar armas de largo alcance de fabricación alemana para atacar dentro de Rusia contrasta marcadamente con la de su predecesor, Olaf Scholz, quien había rechazado repetidamente las peticiones de Ucrania de levantar las restricciones; sin embargo, Merz no especificó si Alemania suministrará a Ucrania sus potentes misiles Taurus de largo alcance, algo que había apoyado cuando Scholz aún estaba en el poder, según informó Reuters.
Los comentarios de Merz se producen en el contexto de ataques récord con drones y misiles contra Ucrania durante el fin de semana. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, enfrenta presión internacional para aceptar un acuerdo de alto el fuego, incluso por parte del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien se muestra cada vez más frustrado por la lentitud de los progresos.
Se espera que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, visite Berlín en el día de la fecha , según informó Reuters, citando varias fuentes; “Sin una presión realmente fuerte sobre los líderes rusos, esta brutalidad no se puede detener”, declaró Zelensky el domingo.
La presión también aumenta desde la base republicana de Trump, con varios congresistas, entre ellos los senadores Chuck Grassley y Lindsey Graham, y los representantes Brian Fitzpatrick y Don Bacon, instando al presidente a imponer sanciones severas a Rusia; “Es hora de ser honestos. Las conversaciones de paz no tienen ningún efecto sobre Putin”, escribió Bacon en X. “Estados Unidos y sus aliados deben armar a Ucrania hasta los dientes”.
Como se puede apreciar la situación lejos de atemperarse tiende a agravarse, sin una salida consensuada para lograr la desescalada del conflicto y la posterior paz, dejando a Donald Trump, en una posición comprometida donde su liderazgo se ve afectado. Ante una realidad donde la suma de intereses tiene más peso que las iniciativas de paz.