Sobre el tema, El1 dialogó con Martín Epstein, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que se refirió a las causas del fenómeno: “El disparador de esta inflación baja en pesos, pero alta en dólares, tiene que ver con la decisión del Gobierno que, desde diciembre del 2023, hizo un proceso de reflación”.

“El Gobierno, primero, hizo una gran devaluación y, luego, atrasó el tipo de cambio. Este atraso del dólar es un mecanismo para bajar la inflación porque parte del principio de que el tipo de cambio tiene incidencia en gran parte de la economía”, explicó, y agregó: “Así, usa el dólar para anclar la inflación”.

En ese sentido, señaló: “El descenso de la inflación, además, está asociado con una política recesiva, con ingresos a la baja”. “El primer año y medio de gestión de Javier Milei no mostró nada novedoso, es un programa clásico de atraso del tipo de cambio. El costo en términos sociales de este freno de la inflación puede ser hasta más alto que el objetivo buscado”, afirmó.

Por eso, remarcó: “Si uno mira en perspectiva, el Gobierno contó con un blanqueo, con un apoyo en el Congreso que nadie hubiese imaginado, con endeudamiento y con un ajuste brutal, que incluyó a los trabajadores, a los jubilados y al sector universitario”. “A todo esto, hay que aclarar que la inflación no está pulverizada, como dice el Gobierno, ni mucho menos”, aseveró.

“Nadie puede asegurar cuánto tiempo puede durar esta política. Este programa tiene fecha de caducidad porque está relacionado con el faltante de dólares. A Mauricio Macri le duró dos años y medio”, advirtió, y enfatizó: “El programa tiene fecha de caducidad porque necesita un flujo constante de dólares y no se le puede pedir constantemente al Fondo Monetario Internacional».

La “fiebre verde” de Argentina

En línea con la problemática del faltante de dólares que tiene el país, Epstein indicó: La singularidad que tiene Argentina frente a otros países de la región es que tiene una multidemanda de dólares. Hay una enorme demanda en sectores que no necesariamente tienen que estar dolarizados, como lo relacionado a los inmuebles”.

En este sentido, hizo hincapié en “la lógica de ahorro en dólares por la sensación de que el tipo de cambio se puede distorsionar en cualquier momento”. “Esto hace que la incidencia del tipo de cambio en la formación de precios sea mayor en Argentina que en otros países de la región”, concluyó.