Hay muchos ejemplos de personas que, por ejemplo, ganaron la lotería o el quini 6 y que, a los pocos meses, está en banca rota de nuevo. Porque el que no sabe administrar el dinero, se queda muy pronto sin nada. Y los mayores desastres en la administración del dinero lo hacen aquellos a los que les llegó fácilmente y no les costó ganarlo. Al que le viene el dinero de arriba, no valora el esfuerzo que costó ese activo. Cuando las cosas cuestan, son más sustentables.

Se puede hablar fácil del dinero, y empieza a ser más difícil, incluso, cuando se empieza a ganar el dinero propio. Las cosas se consiguen con esfuerzo, por lo que cualquier cosa que no tiene un esfuerzo asociado, suele durar poco y hasta ser ilegal.

Es importante que, para llegar al éxito, se conjuguen y se sumen la capacidad, la educación, los contactos, la suerte, la constancia y la disciplina. El éxito es una sumatoria y combinación exacta de todas estas cosas porque, muchas veces, es fundamental el conocimiento y la capacidad, pero otras es clave el factor suerte. Es decir, para que se produzca el éxito, se debe tener lo que uno maneja y una pizca de lo que uno no maneja.

Hay otra variable que también es muy importante. Creemos que el éxito es dinerario o que está relacionado con tener o poseer algo. Muchas veces el éxito está relacionado con hacer lo que uno ama y de la forma que a uno le gusta. Esto excede el dinero.

Por eso, hay que tratar de no vivir con un modelo que tira para atrás y que deprime porque es muy difícil alcanzar el dinero rápido y que todo gire en torno a eso. El dinero es algo externo, es decir, no es algo que se tiene intrínsecamente. El éxito tiene que estar en ser feliz, no en tener. La posesión y el dinero son resultante de qué tan bien se hace lo que a uno lo hace feliz.