Sociedad

De cuando el fútbol era fútbol

Por Juan Severo

Siempre se dice que “todo tiempo pasado fue mejor”. No sé si es tan así, pero lo cierto es que el fútbol de ayer y el de hoy parecen dos mundos distintos. Tal vez la vida misma, con los años que uno carga encima, te hace mirar atrás y recordar con más cariño.

Hace rato que me pica la idea de escribir sobre el fútbol moderno, y la verdad, muchas veces viendo un partido por televisión, te duelen los ojos. Jugadores corriendo sin ton ni son, a todos lados, sin saber bien por qué. Mi abuelo, que no era muy amante de la pelota, decía que no podía mirar “a 22 tipos corriendo atrás de una pelota”… Imagínate, hace 50 años vino a mi casa una persona para convencer a mi viejo de que me dejara practicar fútbol. El argumento fue claro: “Mi hijo tiene que ser trabajador, no vago”.

Pasó medio siglo desde aquella escena, y hoy los chicos se los llevan cada vez más jóvenes por millones de dólares. Muchos padres presionan a sus hijos con la ilusión de que sean tocados por la varita mágica. Pero no quiero desviarme. O tal vez sí, porque ahí hay un punto en común: antes se jugaba por amor a la camiseta. Existía eso de “tener el ADN del club”, de ser “paladar negro”, “guantes blancos” o de poner pura garra.

Yo tuve la suerte de cruzarme con gente que me enseñó el oficio de arquero. Cómo salir a cortar centros casi en el borde del área grande, cómo sacar rápido con la mano para iniciar una contra, cómo leer al pateador en el penal por la forma en que arqueaba el cuerpo… Hoy, después de tanta “evolución” táctica, me cuesta ver un arquero que salga a cortar un centro como se debe.

Y como hincha bostero, me duele aún más ver a jugadores que corren sin ideas. Hoy el técnico pone dos nueves que corren y corren, pero nunca alcanzan la pelota. Me recuerda a aquella adivinanza de chicos: “corre, corre, pero siempre se queda en el mismo lugar”. Cavani y Merentiel, por ejemplo, no juegan mal, pero terminan a contramano de la jugada porque tienen que bajar a defender.

Antes era distinto: Latorre gambeteaba hasta el fondo y tiraba el centro para el Bati. Guillermo servía la pelota a Palermo. El Boca del Toto Lorenzo tenía cada pieza en su lugar. Hoy, traen a un cinco y lo ponen de dos. Y ya no hay un 11 o un 7 bien definido que encare y busque al 9 en el área.

Se fueron esos jugadores que te hacían levantar del asiento: el Burrito Ortega, el Beto Márcico, el Beto Alonso… Hoy el fútbol no se juega por lo mismo. Antes había gloria. Ahora, parece que sólo hay contratos.

                       Continuara!!!!!

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