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“El Braden o Perón se actualiza incluso de una forma más dramática”

A 80 años del 17 de octubre de 1945, Juan Manuel Abal Medina plantea posibles actualizaciones del hito ante la coyuntura actual. “Aunque se nos dé por muertos, el peronismo está inserto en la cultura política y social argentina”, señala.

Redacción Canal Abierto | Hace 80 años se daba la movilización popular con mayor incidencia política de la historia argentina. Una multitud de trabajadores colmó la Plaza de Mayo para exigir la liberación del Secretario de Trabajo, Juan Domingo Perón, recluido en la prisión de la Isla Martín García

Así surgía el peronismo, la identidad política que marcaría el devenir argentino desde entonces hasta nuestros días. Amado, odiado, proscripto, resurgido, bastardeado, traicionado y vuelto a surgir, la facción que debe su denominación a Juan Domingo Perón cumple 80 años en un momento

Juan Manuel Abal Medina (h) es politólogo y fue parte de los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner en distintos cargos, siendo la Jefatura de Gabinete el de mayor responsabilidad. Además, fue la mano derecha de su padre a la hora de la escritura de Conocer a Perón, testamento biográfico de Juan Abal Manuel Medina e hito de la literatura política de los últimos años.

En el libro, Abal Medina (p) pone en común sus vivencias con el Perón desde que en su exilio en España generaba escenarios que posibilitaran su retorno hasta el fallecimiento el 1º de julio de 1974.

«Mi viejo bromeaba con que él era más viejo que el peronismo, porque ya había cumplido los 80 años», cuenta Abal Medina en diálogo con Canal Abierto. Su padre falleció hace poco más de cuatro meses.

17 de octubre

– Para mí el 17 de octubre obviamente es un inicio. Pero es un inicio que tiene raíces profundas en la historia argentina. Porque es un fenómeno evidentemente nacional, que uno puede rastrear atrás en el tiempo. En la rebelión artiguista con los caudillos federales, en Dorrego, en la batalla por la vuelta de Obligado. Es una historia que tiene que ver con la lucha de un federalismo popular, en la que de alguna manera también en parte tuvieron que ver también las elecciones radicales, con Yrigoyen.  Todo eso es lo que de alguna se amalgama manera el 17 de octubre.

– Es que es un acontecimiento único, de esos que se dan pocas veces en la historia y que marcan un antes y un después. Pienso en la Revolución Francesa o en la Revolución Cubana, para ponerte ejemplos. Son hechos que calan tan profundo que parten la historia. Argentina, después del 17 de octubre pasó a ser otra cosa. Y entonces es de por sí y por definición irreproducible.

-Básicamente, que la pelea por la igualdad sigue muy viva en la memoria argentina. Que esas ideas básicas que llamamos nuestras banderas que son la independencia económica, la soberanía política y la justicia social tienen que seguir siendo defendidas más que nunca en estos tiempos.

En esta Argentina en la que tantas veces se dijo que el peronismo iba a desaparecer, que el peronismo no existía más, que el peronismo es el pasado vemos que, para bien o para mal, sigue estando. Y creo que está muy claro para todo el mundo, para los que nos aman y para los que nos odian, que el peronismo está muy profundamente inserto en la en la cultura política y social argentina.

– Lo que estamos viendo ahora es si se quiere todavía peor que en aquel momento. Porque en aquel momento era un embajador con la fuerza de su gobierno, pero era un embajador hablando en nombre de. Lo que acá tenemos es al Secretario del Tesoro de la principal economía del mundo y el Presidente de la principal potencia económica y militar del mundo metiéndose absolutamente los asuntos de los asuntos argentinos.

Así que me parece que lo que se vivió en ese momento se actualiza incluso de una forma más dramática. Y nos pone a todos nosotros también en la obligación de enfrentarlo con esa misma decisión, pero todavía con más fortaleza porque obviamente la Argentina de aquel momento era un país mucho más poderoso que el que es ahora.

– El mismo de siempre. Lo que hizo el General brillantemente en ese momento fue interpretar a los trabajadores argentinos. Específicamente, cuando él sale el 17 octubre a la noche al balcón a hablarle a la plaza, no dice compatriotas, no dice correligionarios, no dice compañeros, sino que dice trabajadores. Ahí se construyó esa relación permanente entre el el peronismo y los trabajadores argentinos.

La clave nuestra es que los trabajadores de aquel momento no son los mismos que ahora. Tenemos que interpretar a los trabajadores formales e informales, a los trabajadores de las plataformas, a los que trabajan en muchas y muy diversas maneras, muy distintas a las de aquel momento histórico. Ese es el desafío que tenemos: hacer lo mismo, pero con sujetos nuevos.

Porque ha cambiado mucho el trabajo y el empleo en nuestro tiempo y el peronismo tiene que seguir representando a eso. Tiene que ser la expresión política de la mayoría social que constituyen los trabajadores y trabajadoras formales y informales de Argentina.

– A veces nos quedamos muy enamorados o muy enganchados en nuestra última versión políticamente exitosa, que fue el kirchnerismo, esos años gloriosos, esa década ganada. Pero el peronismo tiene que ser capaz de reinventarse para enfrentar los problemas de presente.

Yo siempre digo lo mismo, el Perón del 52 no era el mismo que el del 45, porque el tiempo cambia. Como nosotros tuvimos esa experiencia que fue muy fuerte, incluso para muchos de nosotros dentro en nuestra vida, nos cuesta salir y realmente seguimos no pudiendo interpretar lo que está siendo este presente.

Eso nos pasó en la última campaña electoral cuando decíamos que si ganaba Milei iba a sacar el aguinaldo, iba a bajar los salarios. Eso se lo decíamos una gran mayoría de jóvenes que nunca en su vida tuvieron aguinaldo ni vacaciones.

Entonces me parece que hay que dar este click y ser capaces de adecuarnos a los tiempos y también de reconocer los errores. Tenemos que hacernos cargo de que tuvimos un muy mal gobierno, como fue el de Alberto. No podemos mirar para otro lado, nos tenemos que hacer cargo de eso para justamente no repetir la experiencia

No podemos pensar que el peronismo vuelva a gobernar Argentina simplemente porque a Milei le va muy mal, porque eso contra la idea del peronismo. Tenemos que volver a gobernar Argentina para volver a lograr lo que el peronismo busca. Es volver al General en esa plaza, a que el pueblo y los trabajadores tengan sus días más felices.

– Lo que pasa es que es un fenómeno global. Obviamente, algunas cuestiones tienen que ver con factores nuestros y con temas generales, pero digamos mucho tiene que ver con cuestiones globales. Hoy el mundo funciona con una clave distinta. Con más o menos trabajo formal, va a haber un gran un gran impacto de trabajadores que van a ser los de las de las apps. El período del 45 interpretó a los sectores más dinámicos de la economía argentina. Lo que fue el 17 de octubre fue hecho por los trabajadores del teléfono, los ferrocarriles, lo que era la industria de punta, digámoslo así. Entonces, tenemos que volver a hacer eso, poder interpretar a los que están en la vanguardia.

Para eso es clave reconectar con el mundo de producción. De alguna manera, al principio por la crisis con el campo y después por algunas otras cuestiones y discusiones, el peronismo realmente existente, en este caso el kirchnerismo, fue tomando un perfil antiempresarial que tiene poco que ver con el peronismo. El peronismo siempre fue conciliación de clases, nunca sostuvimos la lucha de clases. El trabajo lo tiene que generar centralmente las empresas privadas y sí tienen que estar los sindicatos para defender los derechos de los trabajadores. Entonces creo que hay que volver un poco esa esencia del peronismo y despegarnos un poco de cierto exceso de estatalismo que nos agarró en el último momento.

– El cómo se lo puedes articular sería para un seminario, ojalá tuviera la respuesta. Por lo primero, para mí, esto tiene que ver en gran medida con que el peronismo, en muy poquitos años, desde que asumió el General en el Departamento de Trabajo y Previsión en el 43 hasta el 49, generó un proceso de igualdad social que otros países tardaban décadas o siglos.

En Inglaterra, en Alemania, en Francia, los derechos de los trabajadores se consiguieron con peleas que duraron décadas. En Argentina, en poquitos años, el peón rural, que era considerado casi un siervo de la gleba, pasó a tener los mismos derechos que el patrón. En Francia tomó 100 años que una persona que era del servicio doméstico pudiera ir a veranear al mismo lugar que su empleador, acá el peronismo lo hizo en 3 años.

Eso generó una bronca social muy grande porque fue muy rápido y muy profundo. Esa velocidad explica tanto la profundidad del peronismo como la del antiperonismo. Por eso la desarticulación de eso es difícil.

Y también creo que para hacerlo va a requerir de parte nuestra cierta idea de poder escuchar un poco más al otro. Dejar de creer que el otro porque no es peronista no existe o porque no es peronista no aporta nada. Y, del otro lado, despejar lo que es antiperonismo de otras cosas que están ahí de por medio.

Hay cierta asimilación de cómo se entiende al peronismo y, de repente, algunos creen que el peronismo es estatismo y proliferación de los derechos. Y el peronismo puede tener algunos de esos componentes, pero no es eso lo que compone el todo. Y así, una persona perfectamente puede ser católico, antiabortista y peronista.

A veces queda cierta confusión al respecto. Cuando lo juzgan sobre todo los antiperonistas, o su versión anti-woke. Y el peronismo woke no es. Se nos puede caracterizar por muchas cosas, pero woke no somos.

-Es cierto, no la tenía. La toma del PRO y le agrega el componente anti-woke y la lleva para el lado de la agenda de la nueva derecha. Y ahí mete en un lugar raro al peronismo. Porque durante esos 80 años, desde la izquierda marxista en Argentina nos acusaron de ser los que frenamos la revolución de clases.

-Absolutamente. Incluso te diría que más problemas tenía la identidad peronista en los 90, con el mundo que se pensaba totalmente globalizado y con la desaparición de los estados. Era ese momento que se hablaba del fin de la historia y de que con capitalismo más democracia se solucionaba todo. Hoy es un mundo en el que el estado ha vuelto con toda la fuerza y todos buscan cómo protegerse, cómo cuidarse, para bien o para mal. Y este es un mundo en el que  el peronismo tiene mucho para decir.

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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