Sociedad

Comprueban la existencia de tigres “dientes de sable” en San Pedro

Es a partir del hallazgo de un fósil de la mano izquierda en este partido de la provincia de Buenos Aires. Integrantes del Museo Paleontológico de San Pedro explican cómo se dio el descubrimiento, por qué es tan importante para entender la fauna de la época y los puntos fuertes y débiles de este mamífero prehistórico.

Vaya a saber por qué motivos, pero algunos animales prehistóricos parecen gozar de más “popularidad” o fama que otros. Tal vez por el nombre, algún dato curioso sobre su descubrimiento o por la fisonomía que tenían. Lo cierto es que, sacando a los siempre bien publicitados dinosaurios, los smilodon, o tigres “dientes de sable”, han estado en este privilegiado grupo de ser conocidos, incluso, por personas que no pertenecen a la comunidad paleontológica.

Ahora, un reciente descubrimiento del Grupo Conservacionista de Fósiles del Museo Paleontológico de San Pedro confirmó, por primera vez, la existencia de estos grandes carnívoros en este partido bonaerense, a partir del descubrimiento de una pieza ósea perteneciente al mamífero, más precisamente el quinto metatarsiano de la mano izquierda.

“El descubrimiento se dio en un procedimiento de rutina. En este caso, estábamos a unos dos kilómetros de la ciudad, en una región donde habitualmente aparecen fósiles porque es una barranca que se erosiona con facilidad y donde hay una capa de más de 200.000 años de antigüedad”, le explicó José Luis Aguilar, director del Museo, a la Agencia CTyS-UNLaM.

El hueso fosilizado fue descubierto por Walter Parra, en compañía del mismo Aguilar, Lucía Schvindt, Candela Alcorta, Santiago Ferreyra y Julio Simonini, integrantes del Museo. “Tener confirmada la existencia en esta zona de un animal como este es clave. Llevamos varios años al frente del Museo y recién ahora se pudo lograr. Además, es interesante porque se suma a otros hallazgos de este mismo animal en localidades vecinas, como Arrecifes, Zárate y Pilar”, destacó el director.

Identikit de una máquina perfecta para cazar

El equipo del Museo contó con la colaboración del doctor Francisco Prevosti, investigador de CONICET y docente de la Universidad Nacional de La Rioja, quien es uno de los especialistas más destacados en el estudio de carnívoros prehistóricos.

“Estos animales llegaron a pesar unos 300 kilogramos, siendo los depredadores top de la cadena alimenticia en su época. Tenían una dentición híper especializada que, según se cree, le servía para tener una mordida de precisión mucho más rápida y efectiva que la de otros félidos. Tenían un modo de matar a sus presas mucho más veloz y eficiente y todo indica que atacaba, preferentemente, a animales grandes”, explicó el especialista.

El fósil descubierto, comparado con una mano humana. Fuente imagen: gentileza investigadores.

Prevosti, además, indicó que tanto la estructura de su cráneo y mandíbulas como la estructura de las vértebras cervicales y los músculos que movían la cabeza y todo el cuello estaban adaptados para este depredador. “Tenía músculos muy fuertes y patas anteriores muy robustas, en relación con las posteriores, que, se cree, le servían para estabilizar a la presa y afirmarla más fuertemente para inmovilizarla a la hora de la fatal mordida”, resaltó.

Sin embargo, el investigador también aclara que, si bien su dentición estaba muy especializada, tenía también un punto débil: “esos dientes, que eran fatales a la hora de morder, quizás no lo eran tanto en el momento de la alimentación, debiendo tener cuidado de que no se quebraran porque no volvían a crecer”.

Por su parte, Aguilar agrega que, a lo largo de los años, se habían recuperado piezas de otros animales en la misma región, como ranas, escuerzos y sapos, lo que da la pauta de que la región, en torno a un pequeño cuerpo de agua, “era frecuentado por muchos animales diferentes, en distintas épocas de la prehistoria”.


Un nuevo “integrante” para el Museo

La pieza hallada ya está exhibida en una de las salas del Museo Paleontológico, junto a fósiles de otros carnívoros descubiertos en la zona. “Contamos también con el cráneo de un oso prehistórico gigante, el esqueleto de un cánido fósil de 500 mil años, cráneos de zorros fósiles y hasta la rodilla fosilizada de un yaguareté, hallada en las afueras de la ciudad”, detalla Aguilar. La ambientación incluye una recreación de la cabeza a escala real de un smilodon, realizada por el paleoartista Miguel Lugo.

Fuente: https://www.el1digital.com.ar

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