Según el comunicado lanzado por ambas cámaras, el objetivo es amortiguar la escalada inflacionaria. Algunos de los productos integrantes son: harina, fideos, aceite, leche, pan, azúcar, yerba, huevos, galletitas dulces y saladas, legumbres (arvejas y lentejas), puré de tomate, dulce de leche, té y gaseosas. Además, incluirá artículos de limpieza y cuidado personal como jabón de tocador, papel higiénico, rollos de cocina, lavandina y detergente.

En este contexto, El1 se comunicó con Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA), que indicó: “Ellos (por los supermercados) tienen trato directo con las empresas y pueden negociar directamente; en cambio, nosotros (por los almaceneros) dependemos de los mayoristas”.

Sin embargo, Savore planteó que hay una caída en las ventas porque “las personas compran lo que pueden”. “La mercadería, en función del alza de precios, va a rotar de una manera mucho más lenta y no porque la gente sea caprichosa, sino porque no le alcanza”, explicó.

Por lo tanto, ante la iniciativa de CAS y FASA, desde FABA comenzaron a contactarse con los principales mayoristas para realizar su propio acuerdo de precios y aumentar las ventas. “Esta semana fui a diferentes mayoristas y estaban vacíos, si no negocian con las empresas, ninguno va a vender, ni ellos ni nosotros”, planteó.

“Luego de las elecciones, vimos que los precios aumentaron entre un 25 y un 30 por ciento. Ahí es donde comenzó esta catarata de incrementos demasiado agresivos, que superaron el valor nuestro de renta. Trazando este arco, la mercadería duplicó el valor”, detalló y sumó: “Hay que darse cuenta de que, si los precios no bajan, la gente no compra”.