Sociedad

Donde va la gente cuando llueve?

Reflexión a Letra abierta

No desaparecen, ni se esconden, solo se protegen de lo que los demás disfrutan, como el frio que, en frente a una estufa o en  la hoguera de sus casas calientan sus manos, sus pies… Su tranquilidad. En cambio ellos que debajo de un puente sienten como si se partieran sus manos del frio y su seguridad se ve vulnerable ante el agravio del que también necesita. Es irónico ver como el que no tiene nada igual que el otro, se manifiesta dueño de lo que el otro tiene. Es injusto? Ya no se, tal vez sea parecido a lo que reza  Ley de La Selva donde vence el mas fuerte, el menos vulnerable y porque no hasta el mal intencionado.

En la Ley de La Selva solo se piensa en sobrevivir al momento del depredador que solo quiere comer para vivir. No hay mala ni buena intención, solo necesidad. En cambio el Sapiens que viene con el castigo heredado desde el comienzo de su aparición en este cascote llamado mundo, con reglas preestablecidas religiones y politicas vitales solo para el que las imparte.

Donde va la gente cuando llueve?

Divagan en busca de lo que para algunos es basura y desecho pero para ellos un alimento, cartón o botella de vidrio o plástico  encontrado en un tacho, es oro en polvo.  Algunos con fallas mentales se los ve riendo, hablando con alguien que nosotros no vemos pero ellos si. Otros miran a la nada misma y reflejan desesperanza y son atrapados por postulados a algo, que para conseguir un voto les brindan alguna ayuda fantasma y descartan cuando el mundial de las elecciones termina.

El pobre es el gran negocio del que siempre estuvo arriba de todos ellos. Pero que pasara si este proyecto diabólico se derrumbara? Que pasa cuando una población de Pobres supera a la de la clase empresaria? seriamos tan mansos como hasta ahora?. soplan vientos de cambios bruscos. Parece mentira, parece de ciencia ficción lo que ocurre. Es el comienzo del purgue y exterminio.

Entre comida vencida y gobernantes ineptos, se lo ve al pobre remando en un mar lleno de sensaciones encontradas. Por un lado la desesperación de llevar el pan a casa y por otro la felicidad momentánea que llega una vez al mes que logra la sonrisa de un pibe de una piba que no entiende que no se puede tener todo en la vida, pero la piba y el pibe de enfrente si, si tiene, y se lo refriega en la cara a los chicos pobres, y podemos decir que ahi comienza la guerra de clases. Ahí comienza la mala costumbre de comprar cosas robadas, el desquicio de promover a mansalva el consumo despechado y la publicidad distorsiva para la sociedad.

Jorge Vergara: Reflexiones a Letra Abierta

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