Abandonados y sin respuestas: casos testigos de la crisis del IOMA
Afiliados del IOMA de toda la provincia de Buenos Aires salieron a exponer el “abandono” y “desamparo” de la obra social de Axel Kicillof.
Más allá de todas las marchas, cacerolazos y denuncias ante la Justicia, la crisis que atraviesa el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires se expresa en casos concretos de personas de carne y hueso que ya no saben que puerta golpear para que la obra social, que pagan mes a mes, cumpla la principal función que tiene una mutual: cuidar a sus beneficiarios.
En este contexto, Diputados Bonaerenses recopiló los principales testimonios que recorren las redes sociales de usuarios del IOMA, en los que piden soluciones y narran sus tristes dolencias que van desde pérdidas familiares por la nula de cobertura, docentes que deben pagar sus operaciones de su bolsillo, jubilados que tienen que viajar de un distrito a otro para poder tratar sus cuadros y con una característica en común: la falta de respuestas de la gestión del gobernador Axel Kicillof que mira para otro lado.
La desidia del IOMA, caso por caso
IOMA: María espera una cirugía de rodilla hace 3 años
En Mar del Plata, María Claudia del Valle asiste periódicamente a la Clínica Colón como afiliada del IOMA, ya que desde hace más de una década padece artritis. Sin embargo, como hace un año ese sanatorio dejó de atender por la obra social, la mujer discapacitada de 55 años denunció que Giles le quitó la posibilidad de seguir atendiéndose.
“El equipo médico me conoce, saben de mi padecer y como prevenir alguna complicación. Muchos de mis especialistas me atienden como si cobraran de IOMA y no como particular, ya que la consulta supera los $20.000. Ellos no me cobran ese monto porque son humanos, empáticos y con vocación de servicio”, contó María.
En esta línea, la afiliada del IOMA aclaró que los responsables de que “no salga con vida del quirófano por estar esperando 3 años una cirugía de un remplazo total de rodilla” son Giles y el gobernador Axel Kicillof. “La demora me complica órganos y otras articulaciones”, indicó.
IOMA: Gabriela asegura que dejaron morir a su mamá
En la ciudad cabecera de la Quinta sección, Gabriela Barba comentó que su madre falleció en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) sin recibir la atención adecuada para una persona que padecía un parkinson avanzado. “Sin medicamentos esenciales, sin higiene adecuada y atendida en un pasillo improvisado”, enumeró.
“Ella tenía derecho a ser trasladada a alguna de las clínicas de la ciudad, pero ese derecho fue ignorado. Durante días intenté, sin éxito, contactar a responsables de IOMA que garantizaran su atención digna. Su fallecimiento en esas condiciones no fue solo una tragedia personal, sino un reflejo del abandono que enfrentan miles de afiliados”, apuntó la marplatense.
En esta línea, Barba apuntó contra Giles al anunciar que el titular del IOMA piensa que “los reclamos de los afiliados son una cuestión partidaria”. “Esa afirmación es injusta, irrespetuosa y desconectada de la realidad. Este dolor no tiene colores políticos, sino una causa urgente: la crisis de un sistema que falla en su propósito esencial”, cerró.
IOMA: Analía asegura que le cancelan las operaciones
Desde hace 34 años Analía Paternico es afiliada del IOMA, y desde hace una década padece artrosis de cadera, una enfermedad que en el último tiempo se agravó tanto que limitó su día a dia. No obstante, la obra social de Giles aún no autorizó la cirugía para afrontar el cuadro, pese a que ya hubo dos fechas pactadas que la mutual terminó cancelando a último momento.
“El 23 de septiembre de 2023 se pacta la cirugía y se pide la prótesis que indica el doctor. IOMA autoriza la cirugía pero no provee el material, por lo tanto se suspende. Luego de muchos pedidos en los que no recibí respuesta, acudí a un abogado que pide una medida cautelar que termina fallando a mi favor para operarme en febrero. Pero pasó lo mismo, IOMA autoriza la cirugía pero no cumple con la prótesis”, declaró Analía.
La docente jubilada denuncia que la abogada del IOMA no responde las llamadas de su letrado, y pide para que la mutual atienda su enfermedad. “No puedo caminar por más de media hora, estuve noches sentada en la cocina porque no puedo acostarme en la cama, llegué a decirle a mi familia llorando que no quiero vivir”, confesó.
IOMA: Marcela debe pagar USD 1000 para tratar su artrosis
También en Mar del Plata, la afiliada de IOMA Marcela Talamazzi padece una patología en la columna por la cual tuvo que iniciar tratamientos de fisioterapia y kinesiología, debido a que comenzó a dificultársele gravemente el caminar. Al tratarse con el médico, el diagnostico le dio que sufre una artrosis interfacetaria bilatera que degenera su disco invertebral.
“Me hicieron hacen un bloqueo lumbar en julio, pero es necesaria la cirugía. El médico me explica que me operarían en la Clínica del Niño pero que el neurólogo y el anestesista me van cobran aparte, que averigüe. Ahí me entero que debería pagar aparte USD 1000”, aseguró la marplatense.
Frente a ese contexto, Talamazzi pidió un turno en la Clínica de Fracturas y Ortopedia para hacerse una resonancia más específica, cubierta con el pago del coseguro, y allí el traumatólogo también le recomendó afrontar una cirugía. “Cuatro meses después, luego de llamados, reclamos y un nuevo pedido del médico, IOMA me autoriza la operación, pero los materiales están en presupuesto”, señaló.
IOMA: a una docente no le quieren cubrir una colonoscopía
En Tandil, una docente jubilada usuaria de IOMA relató que discutió durante dos meses con la gerenciadora 23 de Diciembre, el intermediario que está presente en ese municipio, porque no le querían tramitar la cobertura de una colonoscopía, que debía hacerse urgentemente ya que tenía sangrado intestinal.
“Me dirigí a IOMA con la orden médica, con el código de ese estudio. Pero la 23 de Diciembre me entregaba una autorización con otro número de código. Lo llevé al doctor pero me reclamó que el número era otro. Así estuve dos meses hasta que un día el doctor me dijo: ‘Te tengo que hacer el estudio ya porque es urgente, tengo que cobrarte $300.000’”, recordó la usuaria de la mutual.
Ante esa situación, a la jubilada tandilense le dieron la opción de ir a Mar del Plata, pero como apenas podía caminar y no tenía ningún familiar en el país, tuvo que conseguir el dinero y afrontar ella misma la operación en un consultorio particular. Dos días después de la cirugía, la 23 de Diciembre le envió la autorización con el número correcto, pero no pudo recuperar el dinero porque la gerenciadora no paga la intervención sin autorización previa.
IOMA: Martha pagó su postoperatorio de su bolsillo
En General Alvarado, la jubilada Martha Luchetti cuenta que en febrero del 2023 fue operada de un neurinoma en Mar del Plata, que debió pagarla de su bolsillo ya que IOMA no quiso cubrirla, pese a que hace más de 30 décadas paga mensualmente el abono de la obra social.
“Tuve que alquilar un succionador del tumor en Buenos Aires porque en Mar del Plata no se lo querían alquilar a IOMA por desconfianza. Me realizaron una traqueotomía porque se afectó la deglución. La operación y mi internación duraron 45 días porque quedé afectada del oído derecho, y tuve una pequeña parálisis de la cara del lado derecho. Pude permanecer internada solo por la buena voluntad de mi neurocirujano”, rememoró Luchetti.
A partir de allí, la docente vivió un calvario debido a que IOMA no le cubrió el fonoaudiólogo especialista en deglución hasta el pasado agosto. A eso, se le sumo el otorrinolaringólogo y el gastronenterólogo que también tuvo que abonar por sus propios medios. “Estoy esperando desde junio para la autorización y turnos de estos tres estudios, ya no sé qué más hacer”, exclamó.
IOMA: Jorgelina pide a gritos que le realicen una ablación a su hija
En Azul, Jorgelina Tedesco tiene a su hija Caterina Cabrera, de 16 años, que en el último tiempo comenzó a tener síntomas que derivaron en una serie de consultas con neurólogos y cardiólogos que dictaminaron que la joven debía realizarse una ablación. Sin embargo, la operación aún no fue realizada debido a la tardanza de IOMA, que constantemente pide documentación.
“El día 25 de junio mi hija se interna en Olavarría ya con todo autorizado por IOMA, ingresó a quirófano y el aparato que se debe utilizar no funciona. Por eso, no se pudo realizar el procedimiento, el equipo se había quemado. Como estaba en garantía, se envía a EEUU y vuelve a mediados de agosto, y ahí comenzó de nuevo la discusión para ver cuándo se le puede realizar la ablacion. El 24 de septiembre volvemos con el trámite de documentación, tratamos de conseguir la autorización pero siempre desde IOMA piden cualquier cosa”, contó Tedesco.
A partir de allí, todas las semanas IOMA comenzó a pedirle a la familia de Azul órdenes y órdenes, hasta que comunicaron que la fecha de la cirugía era el 22 de octubre, algo que nunca ocurrió. “El trámite se autorizó pero quedó trabado en la compra de insumos, cerró la fecha y no hubo cotización. Necesito que mi hija se pueda realizar la ablacion lo antes posible y pueda volver a su vida normal”, sentenció.
IOMA: afiliada relata que le boicotean la operación a su padre
Otra afiliada que no quiso aportar su nombre, comunicó que su padre hace 5 años comenzó a sufrir problemas de artrosis que derivaron en que sus piernas queden fuertemente afectadas. Por esa razón, profesionales de la salud le ordenaron que se someta a cirugía, pero el IOMA solo le quería dar una prótesis fabricada en Argentina, mientras que los médicos exigían que sí o sí sea importada.
“Le dijeron que por tener 67 años solo le podían dar la prótesis nacional, y siempre los médicos decían que necesitaba la importada. Ellos no querían operarlo con esa prótesis porque la otra le daba una mejor calidad de vida, se iba a sostener mejor, iba a tener mejor flexibilidad. Si lo operaban con la nacional, a lo mejor lo iban a tener que volver a abrir porque no solo que su mismo cuerpo la podía llegar a rechazar, sino que incluso podía no funcionar”, advirtió la afiliada del IOMA.
Como la operación en ese entonces costaba algo de USD 5.000, cifra inalcanzable para esta familia, la cirugía nunca se realizó. “Nos querían cobrar lo que era anestesia aparte y ayudantes de cirujano aparte también, porque decían que no tenían convenio y que no cubrían. Hasta el día de hoy estamos así. Tengo a mi papá imposibilitado de caminar, el último diagnóstico que le dio el médico fue hace dos semanas que le dijo que ya no puede caminar para nada porque corre el riesgo de caerse y quebrarse. Ninguna clínica está cubriendo, está cayendo en depresión, yo hago todo lo que puedo y me parte el alma porque quiero verlo bien”, finalizó la usuaria del IOMA.
Fuente: https://diputadosbsas.com.ar