Analizan el uso de tejido de placenta para heridas, procesos inflamatorios y hasta problemas cardíacos
Especialistas del CONICET estudian los efectos cicatrizantes y antiinflamatorios de la membrana amniótica a partir de su aplicación en casos clínicos concretos.
La placenta, además de ser un material natural rico en factores biológicos, proteínas y nutrientes, tiene probados efectos cicatrizantes y no hay riesgos en su obtención. Sin embargo, en la mayoría de los casos no solo se desecha, sino que se paga para hacerlo. La membrana amniótica, un tejido transparente que cubre la cara interna de la placenta, es utilizado desde hace años en terapias de regeneración de tejidos y por el cual, básicamente, las maternidades deben contratar a una empresa para la logística de tirarlo como un residuo biológico.
Con miras a profundizar el conocimiento de sus propiedades y al mismo tiempo hacer más amplia y eficiente su aplicación en el campo de la salud, un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET en La Plata y Florencio Varela estudia su funcionamiento a la luz de casos clínicos concretos en hospitales de la provincia de Buenos Aires.
“En lugar de criopreservación, el proceso que utilizamos es el de liofilización, un tratamiento de deshidratación por el cual pasa de líquido a sólido. Así, el producto se integra al lecho de la herida porque se hidrata y libera los factores biológicos propios de la membrana más otros como ácido hialurónico y colágeno, que actúan sobre las células implicadas en la regeneración del tejido”, explica Alejandro Berra, investigador del CONICET en el Centro de Medicina Traslacional (CEMET, HEC), y director de Investigación, Desarrollo e Innovación de AMNIOSBMA.
“Estamos innovando en la transformación de un procedimiento que hasta ahora era únicamente quirúrgico y que requería transporte y almacenamiento a 80 grados bajo cero, a un método que se puede aplicar en el consultorio y, en un futuro cercano, en el propio hogar”, relata el experto.
La mayoría de los casos en seguimiento que se tratan con los apósitos, parches e insertos de membrana amniótica son personas con patologías oculares o pie diabético, aunque también hay otras con quemaduras, úlceras por presión o escaras, y lastimaduras que por diferentes motivos no cicatrizan.
“Observamos resultados exitosos en la totalidad de las y los pacientes, teniendo en cuenta que en general son heridas que tenían indicación de amputación por no responder a los tratamientos convencionales, y que de este modo pudieron salvarse. También hemos reportado datos muy positivos tras la colocación de unos pequeños parches que van al fondo del saco conjuntival y alivian el dolor de las personas que esperan un trasplante de córnea. No hay evidencia de rechazo o de adversidad en las aplicaciones”, agrega Berra.
Un trabajo de cooperación
Este equipo de investigación trabaja en conjunto con la Asociación Civil Para el Progreso de la Tecnología Médica de Tejidos (AMNIOSBMA – Banco de Membrana Amniótica), una ONG de base tecnológica que funciona físicamente en el predio del Instituto de Tecnología Industrial (INTI), en el partido bonaerense de San Martín.
Sin fines de lucro, esta ONG se dedica tanto al procesamiento y provisión de membrana amniótica como al desarrollo de nuevos productos biológicos, y en el medio los provee sin costo a quienes lo necesiten. De hecho, el 65 por ciento de la producción se destina a hospitales públicos donde hay profesionales -habilitados por INCUCAI o la autoridad regulatoria provincial correspondiente- que lo solicitan para tratar pacientes.