Bolivia en su laberinto
Se cerró la inscripción de candidaturas para los comicios del 17 de agosto. En el marco de la crisis surgida del golpe de 2019, el proceso electoral se desarrolla entre impugnaciones, un expresidente proscripto, conflictos entre organismos y denuncias de injerencia.

Por Mariano Vázquez | Este lunes a las 23:59 terminó en Bolivia la inscripción de candidaturas para los comicios del 17 de agosto. En sintonía con la crisis política y económica que atraviesa el país desde el golpe de Estado de 2019, el proceso electoral se desarrolla entre impugnaciones, un expresidente proscripto y un conflicto entre el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), con denuncias de injerencia que ponen en riesgo el cumplimiento del cronograma.
El dato más relevante es que el TSE no aceptó la inscripción de la fórmula compuesta por Evo Morales y Wilma Alanoca. La razón esgrimida fue que la sigla utilizada, correspondiente al Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), no tiene vigente su personería jurídica. La respuesta del expresidente no se hizo esperar: “Informo que nuestro Instrumento Político EVO PUEBLO cumplió los requisitos y plazos establecidos para registrar a nuestro binomio mediante el sistema digital”.
En el centro de la escena está la disputa con los miembros autoprorrogados del Tribunal Constitucional Plurinacional, que estaría interfiriendo en las facultades del TSE, considerado el cuarto poder del Estado. Tal es así que el vocal Francisco Vargas advirtió:
“Alerto al país y a la comunidad internacional que se está poniendo en riesgo el sistema democrático mediante la aplicación de acciones legales que pretenden afectar el normal desarrollo de las elecciones, subordinando las competencias y decisiones del TSE” .
Fue precisamente el TCP quien, interpretando arbitrariamente la Constitución, había inhabilitado previamente a Morales. El artículo 168 de la Carta Magna establece que el Presidente y el Vicepresidente pueden ser reelectos una sola vez de forma continua, por lo que Evo estaría habilitado, ya que dicha disposición no impide la reelección discontinua.
Diez binomios, contando a Morales-Alanoca, compiten por llegar al Palacio Quemado, reflejo del alto nivel de fragmentación del sistema político y de una profunda crisis de representación. Tanto la derecha como el bloque popular presentan tres opciones electorales cada uno. El caso más emblemático es el del MAS-IPSP, el instrumento político fundado por Evo hace 30 años, el único de carácter nacional y tan poderoso en su momento como el extinto MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario, impulsor de la Revolución de 1952). Una triple fractura que implosiona al campo popular.
El gobierno de Luis Arce, exministro de Economía y elegido por Morales para sucederlo tras el interinato autoritario que duró exactamente un año, logró quedarse —mediante maniobras oscuras y en colusión con el Poder Judicial— con la sigla del MAS. Pero esa estructura hoy es una cáscara vacía. Su gestión es repudiada por amplios sectores de la sociedad: el ciclo virtuoso de la nacionalización de los hidrocarburos está estancado, no hay dólares ni gasolina, y su escaso 2% de apoyo electoral lo obligó a desistir de su candidatura. En su lugar se presenta la figura fuerte y el brazo represivo del actual gobierno: el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, a quien Morales responsabilizó directamente por el intento de asesinato que sufrió el 27 de octubre de 2024 y por la orquestada persecución judicial en su contra. La ley electoral establece que si una fuerza no alcanza el 3% de los votos, pierde su personería jurídica. Es decir, la formación que marcó el proceso de cambio estructural en Bolivia en el siglo XXI podría desaparecer.
El escenario en la izquierda terminó de colapsar con el anuncio de candidatura de Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y segundo de Morales en las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba. Rodríguez se había ausentado del lanzamiento del nuevo instrumento político “Evo Pueblo” en Villa Tunari a fines de marzo, y llevaba meses evitando a Morales. Esta ruptura generó un fuerte impacto, y desde el evismo la interpretan como un acto de traición. La vice de Andrónico es Mariana Prado, ministra de Planificación del Desarrollo en el último gobierno de Evo. Ella siempre estuvo en el círculo de influencia de Álvaro García Linera.
La candidatura de Rodríguez aún está en duda: el TSE decidió acatar una medida cautelar dictada por una sala constitucional del departamento del Beni que afecta la inscripción de Alianza Popular, con plazo hasta el 21 de mayo. El recurso fue presentado por Peter Erlwein Beckhauser, el mismo que logró anular las siglas del Frente Para la Victoria (FPV) y de Pan-Bol. Curiosamente, Erlwein forma parte del equipo político del candidato Samuel Doria Medina, el mejor posicionado en la derecha.
Una vez más, la embajada de Estados Unidos no logró unificar a la derecha, que concurre dividida en tres fórmulas, todas encabezadas por figuras añejas y de largo recorrido. El empresario Doria Medina, quien fue Ministro de Planificación en los años 90 y artífice de las salvajes privatizaciones de esa década, es quien tiene más posibilidades. Esta es su cuarta postulación a la presidencia, y si bien es persistente, carece de magnetismo.
Jorge “Tuto” Quiroga representa a la derecha más recalcitrante, con vínculos aceitados en Washington. Fue presidente de Bolivia durante un año, tras la renuncia del exdictador Hugo Banzer. Ocupó la primera magistratura durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas y estableció una alianza con George W. Bush para reprimir duramente a los sindicatos campesinos productores de coca liderados por Morales, marcando un pico en la criminalización de este sector.
El tercero en discordia es el exmilitar Manfred Reyes Villa, actual alcalde de Cochabamba, quien vivió refugiado durante diez años en Estados Unidos para eludir cargos de corrupción. El resto de las candidaturas son meramente testimoniales. Un dato llamativo es la ausencia de una figura relevante proveniente del eje Santa Cruz de la Sierra, histórico bastión de la llamada “Media Luna” separatista. Su máximo referente, Fernando Camacho, está actualmente preso por haber participado en la ruptura del orden constitucional durante el golpe de 2019, al igual que la presidenta de facto Jeanine Añez.
Mientras tanto, la Confederación Nacional de Gremiales marchará este miércoles en la ciudad de La Paz para exigir respuestas ante la crítica situación económica, marcada por el aumento en el costo de la canasta familiar, la inestabilidad del tipo de cambio del dólar y la escasez de combustibles. Según encuestas recientes, el 90 % de la población señala a la economía como su principal preocupación.
Foto principal: Partidarios del expresidente Evo Morales participan en una marcha el 16/05/2025 para exigir la inscripción de su líder como candidato presidencial. AIZAR RALDES/AFP
Mariano Vázquez en X: @marianovazkez
Fuente: https://canalabierto.com.ar