Hace tiempo vemos que esto no es un plan de estabilización. La motosierra y la licuadora de Javier Milei buscaban bajar los altos niveles de inflación con una brutal recesión y caída de la actividad. Eso lo logró exitosamente porque la UOCRA denuncia la pérdida de más de 150.000 puestos de trabajo en la construcción, el trabajo registrado privado cayó unos 6.000 puestos, y hay niveles de pobreza que no vemos en los últimos 20 años.

Esto no es un plan de estabilización porque no contempla cómo ir acompasando los aumentos de salario. O cómo acompasar la normalización de los precios relativos de la economía y controlar la restricción externa.

Lo que domina la crisis macroeconómica, agravado por la toma de deuda con el Fondo Monetario Internacional, es la escasez de divisas. Al no tener un programa de crecimiento ni una forma de acumular esas divisas porque el mundo no se las presta a Luis Caputo, vemos esta semana cómo el Gobierno perdió la confianza de los mercados. Puede recuperar esa confianza, pero se evidencia un accionar económico que está lejos de ser inteligente.

Es cierto que el Gobierno anterior llegó a tener un cien por ciento de brecha cambiaria, en una situación muy incómoda porque la brecha entre el dólar oficial y el dólar financiero genera arbitrajes que hacen que el funcionamiento de los precios se distorsione. Pero, con ese Gobierno, había crecimiento, generación de empleo, proyectos estratégicos, un modelo exportador y un programa hacia dónde ir. Eso es lo que proponía Sergio Massa, con un montón de limitaciones, pero lo tenía.

Ahora, tenemos una inflación alta con un escenario de recesión y de aumento de los niveles de desempleo y desocupación. El escenario es complejo. Y se aceleró, en los últimos días, porque no sucedió la llegada de inversiones y de dólares frescos. Y, ahora, le caen al Gobierno vencimientos de deuda y de préstamos con el FMI. Por esto, el Banco Central acumula menos reservas de las que debería en esta época del año, y eso genera corridas.

Las medidas que tendría que tomar el Gobierno para paliar este escenario complejo tienen que ver con la producción, el crecimiento y las inversiones. Pero eso no está porque el Gobierno no cree en eso. Me parece que todo tiene muchos pies de barro, es muy endeble y está basado en figuritas. En la economía, cuando se sufre en la macro, se sufre en la micro y, por ejemplo, el litro de leche, con suerte, está 1.400 pesos. Y esto me parece de una irresponsabilidad y de una crueldad total.

*Economista y directora del Banco Ciudad.