“Lo que pasó es que el viernes por la noche el Presidente Milei publicitó una criptomoneda nueva, que nadie conocía, llamada Libra, y la asoció a que iba a estar relacionada con inversión en PyMEs, en empresas argentinas. Entonces, lo planteó como una moneda que iba a respaldar los funding (NR: fondos) en empresas argentinas. El tema es que esa criptomoneda nueva, de hecho, se había hecho unas horas antes del posteo del Presidente”, marcó.

“Nadie la conocía, se conoció por el posteo del Presidente y un montón de gente empezó a comprar, por esa recomendación del Presidente esperando que suba la cotización o algo, pero la criptomoneda terminó en una estafa que se llama ‘Rug pool’, en donde un cierto grupo, que generalmente es el grupo que la crea, lo que hace es esperar a que suba el precio, y cuando está el precio que ellos consideran aceptable, salen a vender todo muy rápido, entonces terminan llevándose el dinero recaudado” explicó.

“Libra, técnicamente, es un token en una red llamada Solana, que es lo que se conoce como una criptomoneda. Hablando mal y pronto le decimos ya cripto. Y cualquiera puede hacer la cripto. Cualquiera de nosotros, con una inversión de 200 dólares, más o menos, y 15 minutos nos podemos hacer una cripto. Con el conocimiento necesario o usando algún servicio que copias y pegas, bueno, todavía hay un proceso, pero no es que requiere una mega inversión, ni requiere nada muy complicado. O sea, en 15 minutos y con 200 dólares, podemos tener una criptomoneda creada. Ahora, ¿quién la va a querer? Nadie”, evaluó.

“Entonces vos lo que tenés que generar es confianza, y alguna historia alrededor de esa criptomoneda. Entonces, en este caso, la historia fue esta que presentó el Presidente, como Presidente de Argentina. Los que quieren apoyar a la Argentina, o los que les gusta Milei como persona, fueron a comprar esa moneda” detalló.

¿Qué pasa con los damnificados?

“Hay damnificados. Muchos no aparecen, no lo van a decir por vergüenza o porque están acostumbrados a perder, porque esto era muy especulativo. Y el principal problema es que había un grupo de personas que sabía de antemano que iba a salir la criptomoneda, entonces la compró a cero. Y fueron los que se llevaban el dinero. O sea, tenían información de insider que hizo que se llevara el dinero”, remarcó Firtman, abordando así el tema de la información privilegiada.

“A nivel técnico los damnificados no pueden hacer nada. Así que lo que les queda es considerar hacer una acción legal. El tema legal no es mi expertise” aclaró.

“Los damnificados siguen teniendo las Libras que compraron, no es que se las robaron. Lo que pasa es que las Libras que compraron valen cero. O, por ejemplo, la compraron a cinco dólares ahora vale 0.05. Entonces, en general la gente sabía que esto es especulativo. Lo que pasa es que no sabía que había una estafa más clara detrás, que estaba organizado, para que esto baje el precio”, enfatizó el experto.

“En la ‘Rug pool’ usualmente se busca un influencer, en este caso consiguieron un Presidente, que promueva algo para que suba el precio, para que muchos se interesen y compren. Eso, por defecto de demanda, hace subir el precio. Y cuando llega a cierto nivel, van y venden todo. Los que querían mucho y compraron a cero, ya sea porque lo obtuvieron de regalo cuando la crearon, o porque la compraron en el segundo 01 del lanzamiento, venden todos juntos y ahí recaudan la ganancia”, detalló.

Consecuencias

También, Firtman especificó cuál es la diferencia con las llamadas “memecoins”. “Técnicamente son lo mismo. Es decir, es un token en una blockchain. Pero una memecoin es un token, una de estas criptos, que se vende como meme, como un chiste, como algo poco serio. Y se usa de manera súper especulativa, se usa como una manera de apoyar a algo, por ejemplo, apoyar a Trump, porque te gusta. Y podés ganar, podés perder”, explicó.

“El que compre una memecoin sabe que no hay nada serio detrás. Acá no se vendió como una memecoin, como la de Trump. Se vendió como una inversión que iba a terminar en funding de empresas argentinas, en tecnología, educación y no sé qué cosa más”, señaló.

Las consecuencias son, en principio, políticas y éticas. “Desde el punto de vista ético y político le pegó muy fuerte al Presidente, porque acá, si no es parte de la estafa, él queda intelectualmente muy afectado, porque la persona que decía que era uno de los mejores economistas del mundo, que iba a ganar el Primer Nobel, cae en una trampa tan fácil de este tipo. Evidentemente, pega muy fuerte en la imagen de Argentina. Con qué cara vas a ahora al FMI a solicitar plata” advirtió.