Politica

Crisis de gabinete

Una riña en la casta liberticida.

LLA, que va por la personería electoral en los 24 distritos del país. El aparato de gobierno no está aceitado todavía, ni de lejos, para ese objetivo. De modo que las peleas de camarillas continuarán, al menos hasta que explote el conjunto de la situación económica y política. El ritmo de este proceso no depende sólo de factores internos.

Había numerosas razones para que el Gobierno de la LLA desatara una crisis política.  La sublevación de la Policía en Misiones y la huelga de trabajadores de la educación y la salud habían dejado en evidencia que el aparato estatal de las provincias no tiene condiciones de hacer frente al cese de las ayudas del estado nacional y a la caída de la coparticipación federal y de la recaudación interna como consecuencia de una recesión industrial extraordinaria.

El gobierno de Misiones ha pretendido sobrellevar esta asfixia mediante la instalación de una aduana interior, que grava el ingreso de las mercaderías del resto del país. Varias provincias han anunciado la disposición a hacer lo mismo.

La cadena contradicciones que enfrenta la política oficial no se confina a Misiones. El caso del corte del suministro de gas a la industria, que el oficialismo atribuye a un invierno más crudo, es la consecuencia de la motosierra aplicada a la obra pública – en este caso, los gasoductos.

En el vasto paquete de estas contradicciones, se encuentra el fracaso del Gobierno para conseguir la aprobación de la Ley Ómnibus, y ahora de la Ley Bases y el paquete fiscal. La nominación de Francos apunta a seducir a una parte del Senado a la idea de que Milei ha decidido abandonar su llamado ‘autoritarismo’ y colaborar con el Congreso. Es una maniobra de cortísimo vuelo, porque descuenta que estos cambios serían aprobados por Diputados. La posibilidad -o la certeza- de que estos proyectos acabarán en el fracaso, explica la designación de Federico Sturzenegger como ministro, dispuesto a meter por medio de decretos y regulaciones, la privatización de empresas públicas, incluida la confiscación del Fondo de la ANSeS.

Los trascendidos que ventila el periodismo llevan a la conclusión de que Milei y su entorno han decidido salir de este laberinto apostando a una victoria electoral en octubre de 2025. Han retrasado la aplicación de los tarifazos y regulado los aranceles de las prepagas para circunstancias económicas mejores, en función de ese propósito político. Las elecciones de 2025 han provocado una dura crisis en el PRO, ante el intento de Macri de evitar que lo fagocite la LLA, que va por la personería electoral en los 24 distritos del país. El aparato de gobierno no está aceitado todavía, ni de lejos, para ese objetivo. De modo que las peleas de camarillas continuarán, al menos hasta que explote el conjunto de la situación económica y política. El ritmo de este proceso no depende sólo de factores internos. Una crisis financiera en Estados Unidos y la Unión Europea está instalada en el horizonte, en el marco de una acentuación de la guerra comercial y fragmentación de la economía mundial.

La purga de Posse y las peleas de camarillas esconden todavía la profundidad de una crisis de gobierno, que deberá estallar de cualquier manera. Argentina viene atravesando las diversas etapas de una crisis, que finalmente llegará al núcleo de esta experiencia de ultraderecha.

FUENTE: https://politicaobrera.com/

 

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