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¿Crisis en Vaca Muerta? Un paro de 48 horas enciende las alertas

Al día siguiente de ser ratificado como titular del Sindicato de Petroleros Privados, Marcelo Rucci anunció una medida de fuerza ante los más de 1200 despidos y las suspensiones. La situación de los trabajadores y la especulación del segundo semestre.

Por Elisa Corzo | El Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa acaba de anunciar un paro de 48 horas con afectación a la producción de Vaca Muerta, para el próximo jueves 31 de julio y viernes 1 de agosto. Es en respuesta al despido de unos 1200 trabajadores y el licenciamiento de otros 2000, en empresas que operan en uno de los sectores económicos más pujantes del país.

La medida fue anunciada por el titular del gremio, Marcelo Rucci, este miércoles, al día siguiente de una elección que lo tuvo a la cabeza de una lista única y en la que cosechó un 80% de respaldo. Quienes conocen el paño y hablan de manera informal con los laburantes, aseguran que detrás del apoyo también habría miedo de que el sindicato les suelte la mano en un contexto de despidos.

Al anunciar la medida, el mismo Rucci cuestionó la paradoja de que haya una crisis laboral en la promesa argentina, y se quejó de que los empresarios le suelten la mano al gremio que “estuvo en los peores momentos”.

“Es muy difícil de explicar que en el mejor momento de Vaca Muerta haya despidos de trabajadores”, expresó Rucci en declaraciones mediáticas. “Pensábamos que las empresas iban a poner en valor el esfuerzo de la gente para batir todos los récords no sólo de perforación o de fractura, sino también de producción, que estimaban alcanzar en 2026 y que pudieron lograr este año, con 600.000 barriles de petróleo. Pero tiran a la gente a la calle sin contemplaciones, sin ver que detrás de cada uno de esos obreros que dejan en la calle hay una familia y necesidades”.

“Y –agregó- en una falta total de palabra porque hemos acompañado en los peores momentos de la industria y ahora vemos que en el mejor momento nos sueltan la mano, humillando a miles de trabajadores que hoy están en una situación de incertidumbre tremenda”.

En diálogo con Canal Abiertoel periodista neuquino, Ariel Curbelo, explica que detrás de la parálisis laboral en el sector lo que hay es una gran especulación del empresariado, que ya en mayo, al cierre del primer semestre, anunció un freno en las inversiones para la segunda mitad de 2025, a la espera de la concreción de ductos como el Vaca Muerta Oleoducto Sur y la consecuente disminución de los costos de producción.

“Lo que dice Rucci públicamente es que ellos llaman a la medida de fuerza exigiéndole a las operadoras un puente hacia el 2026, porque la realidad es que no es que las empresas están perdiendo plata, sino que están ganando menos de lo esperado. A esto se suman varios factores, como por ejemplo, la volatilidad del precio del barril internacional, del Brent, que cayó diez dólares”, precisa el corresponsal de La Izquierda Diario.

Y agrega: “Lo que nosotros venimos viendo, a partir de lo que nos cuentan trabajadores de distintas empresas, es que muchas veces lo que hacen las empresas es aprovechar estos momentos en que para la actividad, para después, cuando vuelve a repuntar, flexibilizar el trabajo y reabsorber personal con peores condiciones laborales. De hecho, ya se firman muchos contratos a través de la UOCRA, con convenios que son muy precarizados”.

Otro factor de inestabilidad tiene que ver con la estrategia de YPF y otras grandes operadoras de abandonar los campos maduros de convencionales. Así lo manifestaron los sindicatos petroleros de distintas provincias –entre ellos, el que lidera Rucci- que la semana pasada se reunieron y lanzaron un espacio de coordinación para monitorear la situación cuenca por cuenca.

Sobre la crisis vinculada al abandono de pozos maduros, caída de la inversión y el desplazamiento de empresas locales, también se habían pronunciado las PYMES nucleadas en entes como la Cámara de Empresas, Industria y Servicios de Añelo (Ceisa) o la Cámara Empresarial, Industrial y Petrolera de Neuquén (Ceipa).

“Razones para parar sobran”

Con buena relación con los gobiernos y con las empresas, el sindicato liderado por Rucci no se caracteriza por ser combativo. En efecto -asegura Curbelo- varios trabajadores petroleros dudan de que la medida anunciada finalmente se haga efectiva, o incluso que se retroceda con la conciliación obligatoria, porque ya en ocasiones anteriores hubo amagues. Sin embargo, afirma que el malestar en el sector es creciente y que “razones para parar sobran”.

“Hay muchos trabajadores que dejaron de hacer salidas al campo, que no están pudiendo realizar horas extras y están reducidos a cobrar solamente el básico de su sueldo, que es un ingreso muy escaso. Hay que tener en cuenta –subraya- que hay un gran porcentaje del ingreso del trabajador de convenio que es en negro, con ítems, con bonos de productividad, que no se están pudiendo cobrar y esto produce un malestar creciente por abajo”.

En ese sentido, señala que la idea que hay en el resto del país del trabajador petrolero que gana fortunas es una visión que quedó un tanto vieja, o que al menos es parcial. El sector -explica- está mayormente conformado por pequeñas empresas que brindan servicios a las grandes operadoras.

“Son muchas empresitas que prestan servicios específicos donde, inclusive, hay muchas cuadrillas que están por fuera de los convenios”. Entonces, “en el mejor de los casos, si estás bajo convenio, estás atravesando esta situación de baja de actividad”, en un contexto en el que las empresas “esperan una caída del 31% de la actividad para el segundo semestre”.

Otro rasgo preocupante de la actividad, y que se agudiza en el actual clima de disciplinamiento que se vive por los despidos y cesantías, son los accidentes laborales. “Una vez al mes, en promedio, nos enteramos de que algún trabajador petrolero perdió la vida”.

Las empresas, insiste, “están abaratando los costos laborales y se está generando un clima de disciplinamiento donde muchos temen por ser despedidos o suspendidos de sus lugares de trabajo”. Entonces, “eso lleva también a aumentar la presión en los ritmos de trabajo. Y muchas veces esto termina con la mutilación de los cuerpos”.

“Sin ir más lejos –apunta–, el domingo pasado hubo un accidente laboral a 20 kilómetros del casco urbano de Allen (Río Negro), justamente, en la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur”.

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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