En comunicación con Radio Universidad, Martín Genauer, sobreviviente y miembro de la Coordinadora Cromañón, detalló los alcances de la iniciativa y reflexionó sobre lo vivido en la trágica noche del 30 de diciembre de 2004 en el local bailable de Balvanera.

“La esencia del encuentro es encontrarnos. Es difícil hablar de un festival, cuando lo que estamos conmemorando es una tragedia o una masacre. Por eso hablamos de encuentro, pero esto no es un eufemismo para no usar otra palabra. Hablamos de encontrarnos las víctimas, los jóvenes, y transitar en forma colectiva un día traumático. Y lo hacemos el 29, porque el 30 hay un montón de eventos que toda la vida fueron, por decirlo así, sectoriales”, evaluó.

Resignificar Cromañon

“Cuando llega este tiempo uno empieza a recordar todo, sobre todo aquello que hacíamos los días previos al 30 de diciembre. Después, hicimos la Coordinadora Cromañón, que de alguna manera nos ayudó a resignificar todo esto, para transformar toda esa energía e intensidad del recuerdo de lo más crudo e irreparable, en otra cosa. Hoy, gracias a estos encuentros, la pasamos todos juntos como dice el ‘Pato’ Fontanet, ‘con frío, pero abrazados’. Es la idea de vivir lo irreparable con lo colectivo. De una u otra forma, atravesarlo de esa manera es parte de la cura. Y así, lograr que esos recuerdos no se queden solo en lo malo, sino que todo esto nos ayude a encontrarlo y a resignificarlo”, valoró.

Asimismo, Genauer aclaró que no participarán de la concentración que está prevista para este sábado 30 en las inmediaciones del Obelisco porteño. “Cuando nosotros nacimos como Coordinadora, lo que dijimos es no vamos a estar de ningún lado, porque tenemos nuestro propio lado: las víctimas de Cromañón. Somos uno de los lados de esto. No tenemos que estar ni a favor de Ibarra ni en contra de Callejeros. En realidad, son ellos los que tienen que estar a favor nuestro, por eso lo hacemos un día antes: para que aquel que le gusta Callejeros y aquel que no, aquel que sea kirchnerista o aquel que no lo sea, pueda venir al encuentro, abrazarse y poder pasar ese día en forma colectiva. Porque víctimas somos todos, más allá de cómo votes o la música que escuches”, remarcó el sobreviviente.

“En lo personal, me parece un poco hipócrita si le queremos echar la culpa de todo lo que pasó a un pibe de Ciudad Celina, que en ese momento tenía 25 años. Y me parece cortar por la parte más fina del hilo”, señaló Genauer.

Por último, Genauer enfatizó que, para su generación, Cromañón fue un hecho fundacional. “En el 2004, tenía 21 años y creo que, para una generación como la nuestra, esto fue un hecho fundacional. No viví Malvinas ni la dictadura, pero sí me tocó vivir Cromañón en primera persona. Esa frase de ‘Cromañón nos pasó a todos’ es muy cierta, porque, de alguna manera, nos pasó como juventud y como sociedad. Y todos aquellos que más o menos vivimos la nocturnidad y los espacios culturales post Cromañón empezamos a prestar más atención a las salidas, a los matafuegos, a todo lo que se suponía que debía estar bien de forma natural. Cromañón nos enseñó que eso no era así”, concluyó.