EL ESPIONAJE DE RUSIA UTILIZANDO NUESTRO TERRITORIO Y EL DE BRASIL PARA IMPORTAR AGENTES CON IDENTIDADES DE ESTA REGION EN PAISES DE LA UNION EUROPEA Y LA OTAN

Por Daniel Ariza. Analista  Política. Internacional.

La guerra de Rusia / Ucrania, fue durante los años que lleva en curso calentando los ánimos de aliados de una y otra parte y esto puso en alerta a las naciones más poderosas del planeta, en una nueva suerte de “Guerra Fría”, donde las acciones de inteligencia y contra inteligencia se profundizaron, en forma paulatina y no solo se limitaron a la recolección sistemática de información para estudiar las vulnerabilidades del eventual enemigo.

También se produjeron acciones de guerra especial, con la concreción de jaqueo a sistemas informáticos de organismos claves en la defensa y en los sistemas de infraestructura de los países, si se toma en cuenta la realidad reinante en estos días y la dependencia del mundo moderno a los sistemas informáticos integrados, cualquier ataque a los mismos que logren vulnerar los sistemas defensivos, pone en peligro directos a las ciudadanías de los países involucrados.

Pero además de la utilización de la penetración de bases de datos o sistemas informáticos complejos que regulan la actividad de empresas de servicios y algunas relacionadas con la defensa nacional , la acción de recolección de información al igual que en los primeras crónicas de la historia mundial se realiza por medio de los agentes infiltrados tras las filas del enemigo, que utilizando distintas técnicas, logran obtener información básica para nutrir a sus propios sistemas de análisis de inteligencia.

Una vez lograda la penetración los agentes procuran perfilar individuos proclives a ser captados como colaboradores y para ello se los evalúa durante meses e inclusive años evaluando si se los puede captar como potenciales agentes, que  se presten a colaborar buscando que se identifiquen con una causa con un país y también tentándolos por el pago de grandes sumas de dinero, pero primero es necesario que cumpla los puntos anteriores, lo que garantice su nueva lealtad.

Pero también hay casos en los cuales los agentes extranjeros buscan otros métodos de penetración mas sofisticados, como la penetración de agentes en los propios organismos a investigar, para esto tienen que armar una cobertura de información básica de un individuo que sea creíble y este estructurada y asimilada por el agente, lo que le permita ser interrogado una y otra vez y mantenerse firme en una historia, contando detalles de su vida ficticia creíbles y consistentes.

Es así que utilizando en parte estos parámetros un grupo de agentes al servicio de diversas naciones se han adentrado en diversos países para recolectar información o para ser también agentes encubiertos latentes capaces de producir ataques internos sorpresivos sobre infraestructura  de importancia geoestratégica, o atentados selectivos sobre personalidades de importancia política de un Estado.

Estos agentes serian hombres grises entrenados para pasar desapercibidos en el entorno que se mueven, adoptando identidades y trabajos que les permitan moverse sin levantar sospechas, esta actividad en tan vieja como la historia misma de Atenas, Esparta, Roma, China,   Japón feudal, Hunos, Otomanos etc.

Pero esta actividad en nuestros días está más activa que nunca porque los grandes bloques mundiales pretenden su hegemonía mundial, por un lado occidente con Estados Unidos a la cabeza, integrando la OTAN y los países que la componen y por otro lado China y Rusia encabezando el Bloque oriental, dividiendo al mundo en dos claras y antagónicas posturas, aun existiendo algunos países  como India y Turquía, que tienen un pie en cada bloque, al igual que otros estados, esto genera una necesidad de información continua para los gobiernos para jugar en el tablero del mundial del Ajedrez.

Es así que recientemente quedo  en evidenciado, que  América Latina se ha convertido en un terreno fértil para la creación de identidades falsas por parte de los servicios de inteligencia rusos. Argentina, Perú y Brasil fueron algunos de los países utilizados por el Kremlin para fabricar las “leyendas” —las entidades encubiertas—, de sus agentes “ilegales”.

Para crear su nueva identidad, haciendo desaparecer de los registros a bebés fallecidos para robar sus nombres, sobornando a funcionarios de registros civiles de provincias remotas para conseguir certificados, y aprovechando la mezcla cultural de un continente variado y multicultural”.

La importancia de estos agentes para Rusia ha aumentado significativamente desde la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. Tras la expulsión de cientos de diplomáticos rusos de países occidentales, Moscú se ha visto obligado a recurrir más a estos agentes encubiertos e ilegales.

El presidente ruso Vladimir Putin, con su experiencia como agente del soviético KGB y ex director de su heredero, el FSB, ha impulsado significativamente el programa de espías “ilegales”, según los expertos. El presidente ruso aparentemente valora en gran medida a estos agentes de élite.

La complejidad de su preparación queda evidenciada en las palabras del legendario espía soviético Yuri Drozdov, quien afirmó que formar a un agente ilegal competente puede requerir hasta diez años de entrenamiento riguroso  y después puede pasar otros dos o tres años hasta que logre penetrar un objetivo potencial.

Con relación a esta actividad los casos emblemáticos para nuestro país son los de los agentes  Artem Niom y Anna Dultsev, quienes se hicieron pasar por ciudadanos argentinos durante más de una década con los nombres falsos de Ludwig Gisch y María Rosa Mayer Muñoz, respectivamente, la  pareja llegó a Argentina en 2012, cada uno por separado estos con identidad de nuestro país viajaron a infiltrarse y fueron descubiertos y detenidos en Eslovenia y posteriormente liberados en un intercambio de prisioneros y fueron recibidos con honores en Moscú y por propio Vladimir Putin.

Artem afirmó ser hijo de una argentina y un austriaco nacido en Namibia, mientras que Anna se presentó como mexicana nacida en Grecia. Ambos obtuvieron la ciudadanía argentina en 2014, aprovechando las leyes de naturalización del país, y se mudaron a Eslovenia en 2017, estableciendo negocios de bajo perfil —una galería de arte ella, una empresa informática él— como tapadera. Sus hijos, de 11 y 8 años, crecieron hablando español y desconocían su verdadera identidad rusa.

El compromiso con sus identidades falsas es tal que, según el informe, cuando los Dultsev fueron entrevistados en la televisión rusa tras su intercambio, “lo hicieron en un ruso muy oxidado”, los espías de Putin liberados hablaron de su falsa vida como argentinos y del engaño a sus propios hijos

La propia pareja explicó que nunca habló ruso con sus hijos, sino solo español. Hasta el punto de que a Anna Dultseva aún le cuesta hablar en su lengua materna, según contó. Cuando uno está en inmersión, “no piensas en [tu] idioma, te controlas permanentemente”, afirmó. “Al regresar nos dimos cuenta de que no podíamos hablar ruso en absoluto. Y ni siquiera entendemos a las personas que nos rodean que hablan nuestro propio idioma”.

Es que para algunos agentes de cobertura profunda, “hablar en ruso, pensar en ruso e incluso soñar en ruso está terminantemente prohibido”, es una regla profesional, inalterable que les puede costar la libertad o la vida; este  caso de los Dultsev también expuso en particular la operación de agentes rusos encubiertos en Argentina y planteó preocupaciones sobre la seguridad nacional y los acuerdos de viaje sin visa entre ambos países, según un dossier secreto

El arresto de los agentes en Eslovenia en diciembre de 2022 reveló su sofisticado equipo: miles de euros ocultos y software de encriptación avanzado. Según las fuentes de inteligencia, estos agentes no solo recolectaban información, sino que también servían como intermediarios para otros operativos rusos, incluidos mercenarios. Esta táctica responde a la creciente dificultad de la inteligencia militar rusa (GRU) para operar en Europa debido a los crecientes controles que siguieron a la invasión rusa a Ucrania.

Maria Rosa Mayer Muños, como se hacía llamar la espía rusa con falsa identidad y documentación argentina. Usaba una galería de arte como tapadera mientras estuvieron en argentina permitiéndoles realizar diversos viajes sin despertar sospechas.

El futuro de los agentes descubiertos tras su regreso a Rusia es incierto. Según El País, la mayoría no volverá a tener ninguna otra misión, ni siquiera dentro de Rusia. Algunos, como Elena Vavilova y Andrei Bezrukov, agentes repatriados en un intercambio anterior y que inspiraron la serie The Americans, han asumido roles de alto perfil en empresas rusas o en la política.

Otro caso emblemático fue el una diseñadora de joyas peruana y un empresario brasileño, la supuesta diseñadora de joyas de origen peruano que decía llamarse María Adela Kuhfeldt Rivera, durante uno de los eventos sociales que organizaba en Nápoles, Italia, donde conseguía información de los altos oficiales de la OTAN estacionados en esa ciudad.

El caso de los Dultsev no es aislado. María Adela Kuhfeldt Rivera, una supuesta peruana, logró infiltrarse en los círculos sociales de Nápoles, Italia, haciéndose pasar por una diseñadora de joyas y hasta enamoró a varios oficiales del comando conjunto de fuerzas aliadas de la OTAN de esa ciudad para sacarles información.

Su verdadera identidad como agente rusa fue revelada tras una investigación del medio especializado Bellingcat. Se esfumó sin dejar rastro en 2018. Se cree que regresó a Moscú y sigue trabajando para el GRU, la inteligencia militar del Kremlin.

Su esposo también sugiere una conexión con América Latina. El marido tenía ciudadanía ecuatoriana y rusa, decía que había nacido en Moscú de madre rusa y padre ecuatoriano. Los datos obtenidos por los investigadores de Bellingcat muestran que, en abril de 2012, justo antes de su boda, el hombre obtuvo un pasaporte ruso en la Embajada de Rusia en Quito.

Una vez registrado el matrimonio en Roma, viajó a Moscú, donde obtuvo un número de identificación fiscal ruso en septiembre de 2012. Menos de un año más tarde, el matrimonio ya estaba disuelto y el hombre volvió a Rusia donde murió el 13 de julio de 2013, a la edad de 30 años.

En Brasil, el caso de Gerhard Campos Wittich, un supuesto brasileño de ascendencia austriaca, ha causado conmoción. Wittich, cuyo verdadero apellido es Chmirev, desapareció a principios de 2022 tras recibir una advertencia de que su cobertura estaba en peligro.

Estos casos han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de registro y naturalización en América Latina. Según fuentes de inteligencia citadas por El País, los agentes rusos aprovechan la diversidad étnica y cultural de la región para crear identidades creíbles.

“En la era de internet y de las redes sociales, ‘colocar’ a un ilegal y darle una nueva identidad es extremadamente difícil”, señala el informe. Sin embargo, la complejidad y diversidad de América Latina aún ofrecen oportunidades para esta práctica.

Esta situación deja muchos interrogantes: ¿Están los países latinoamericanos preparados para enfrentar la sofisticada infiltración de agentes extranjeros? ¿Son suficientes las actuales medidas de seguridad? ¿Deberían los países de América Latina reforzar su cooperación en materia de seguridad e inteligencia? Preguntas por ahora sin respuesta.

Consultadas fuentes altamente calificadas, sobre las actividades de la Inteligencia, se pudo saber que a pesar de las acciones deliberadas de destruir los sistemas de inteligencia de la Nación aún existen agentes activos en condiciones de trabajar y profundizar estas actividades de prevención de actos de infiltración, la negación de la necesidad de contar con organismos profesionales a chocado durante décadas con imposiciones políticas de poner a cargo de esta delicada actividad a políticos que saben poco y nada de sus funciones específicas y de lo delicado de su trabajo, más si se toma en cuenta las diversas hipótesis de conflictos mundiales y la complejidad alianzas regionales y lo que esto representa para nuestro país.