El Gobierno de Milei anunció un aumento para los residentes del Hospital Garrahan

Después de días de tensión, paros, denuncias y movilizaciones, el Gobierno de Javier Milei finalmente dio marcha atrás y accedió a uno de los principales reclamos de los médicos residentes del Hospital Garrahan. Este domingo, las autoridades del centro de salud pediátrico más importante del país anunciaron que, a partir del 1° de julio, los residentes pasarán a cobrar un salario que rondará los $1.300.000 mensuales.

La noticia fue difundida a través de un comunicado oficial que intentó presentar la medida como un resultado de la “planificación presupuestaria” y no como una respuesta directa a las medidas de fuerza. Sin embargo, el aumento llega luego de que los médicos advirtieran públicamente sobre la crisis en la atención, la fuga de profesionales y el vaciamiento de servicios clave por los bajos ingresos.

“Hoy un residente de primer año gana $797.000. Eso no cubre ni el alquiler y el transporte“, habían señalado los profesionales en una carta difundida el lunes pasado. Durante toda la semana, los trabajadores realizaron protestas en la puerta del hospital y denunciaron públicamente que el salario estaba por debajo de la línea de pobreza.

En lugar de priorizar el reconocimiento del conflicto, el comunicado difundido por el Hospital Garrahan apuntó duramente contra los trabajadores y sus organizaciones gremiales. En el texto las autoridades acusaron a una “casta de militantes y privilegiados” de haber convertido a los hospitales en “plataformas de acumulación de cargos innecesarios y estructuras paralelas”. Según la administración, el aumento será posible gracias a la “eliminación de desvíos presupuestarios” y al despido de “personal fantasma”.

En esa misma línea, desde el Hospital Garrahan anunciaron que a partir de julio se implementará un sistema biométrico de control de asistencia, y se advirtió que quien no cumpla con su trabajo será despedido. “Esta gestión premia el esfuerzo, no la pertenencia política. El que cumple, cobra más. El que no cumple, queda afuera”, remarcaron en el texto difundido por las redes sociales del nosocomio.

A lo largo de la semana, el conflicto había escalado a tal punto que, incluso, el propio presidente Javier Milei dedicó varios minutos en una entrevista de streaming para desacreditar el reclamo. “Fue fogoneado por psicópatas kirchneristas. Lo armaron como curro político”, sentenció. Sin embargo, tras esas declaraciones, el Gobierno comenzó a preparar un anuncio que, por distintas idas y vueltas, se concretó recién el domingo.

Desde el oficialismo aseguran que el aumento no responde a la presión del paro sino al reordenamiento administrativo. Sin embargo, fuentes del Hospital Garrahan confirmaron que la decisión fue tomada luego de que la situación amenazara con romper la estructura de atención. “Se estaba yendo gente clave, y había áreas en las que no quedaban residentes”, señalaron desde uno de los servicios.

Lo cierto es que, más allá del discurso confrontativo, el Gobierno terminó reconociendo un problema real: la desactualización salarial de quienes están al frente de la atención en uno de los hospitales más importantes del país. Mientras los carteles en la puerta del Garrahan rezaban “Médicos pobres, país enfermo”, en la Casa Rosada se debatía cómo evitar un escándalo mayor.

Hospital Garrahan: una solución con sabor amargo

Pese a la suba salarial, el conflicto entre el Gobierno y la junta interna sindical del Garrahan está lejos de haberse cerrado. Desde el Ejecutivo redoblaron su ofensiva contra los gremios, a quienes acusan de “politizar” el reclamo y oponerse a los controles de asistencia y recorte de privilegios.

El comunicado del Hospital Garrahan, que fue revisado por la Casa Rosada, apunta directamente contra la dirigencia gremial y sugiere que los verdaderos motivos del conflicto no son salariales, sino de resistencia a la “limpieza estructural” que lleva adelante la administración. “El Garrahan no será más un refugio de ñoquis”, sentenciaron.

En respuesta, desde la Junta Interna de ATE afirmaron que la conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Capital Humano fue incumplida por el Gobierno, que no convocó a ninguna instancia real de diálogo. “Siguen amenazando con despidos y descuentos en lugar de negociar”, remarcaron en un comunicado.

Además, los gremios rechazaron las acusaciones sobre “personal fantasma” y aclararon que, si existen trabajadores sin funciones definidas, es responsabilidad de la actual administración que conduce el hospital desde diciembre. Mientras tanto, la tensión continúa y, aunque el salario se actualizó, la grieta entre el Ejecutivo y los trabajadores del Garrahan parece cada vez más profunda.