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El Gobierno rechaza el Pacto del Futuro

Milei vuelve a priorizar su posicionamiento personal como referente de la extrema derecha mundial por sobre los intereses del país. El acuerdo propone acciones respecto del cambio climático, la igualdad de género y la inteligencia artificial, entre otros temas.

Redacción Canal Abierto | El Gobierno anunció en la ONU su voto negativo al Pacto del Futuro a través del cual el organismo propone una serie de objetivos a realizarse a través de 56 acciones en torno a políticas con el desarrollo sustentable contra el cambio climático, innovación, regulaciones a la Inteligencia Artificial y de la arquitectura multilateral.

Así lo expuso el presidente Javier Milei en su discurso de hoy, en el que planteó que “Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio ni la violación de los derechos naturales de los individuos. No importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”.

Y manifestó “nuestro disenso sobre el Pacto del Futuro e invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañes, no sólo en el disenso de este pacto, sino en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la agenda de la libertad”.

El acuerdo cuenta con el respaldo de 143 países de la ONU y lo llamativo del caso es que el posicionamiento del gobierno libertariano se acerca al de países a los que el Gobierno suele atacar como Rusia, Irán o Corea del Norte.

La disidencia de estas naciones surge a partir del pedido del país presidido por Vladimir Putin de introducir una enmienda en la que se planteara que el texto no fue elaborado con la totalidad de los integrantes del organismo y que atiende a las necesidades del bloque occidental

Las motivaciones de la negativa argentina es diferente a la des estos países. El cambio climático, la igualdad de género, la introducción de controles a las grandes empresas tecnológicas son algunos de estos lineamientos  que están también incluidos dentro de la Agenda 2030, contra la que el presidente Javier Milei viene fustigando desde sus años como invitado crónico a programas de televisión.

Para el politólogo y director de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA Autónoma Julián Aguirre “esta visión es bastante ideologizada y ve en estas agendas una fuerza reguladora que viene a interponerse en el desarrollo del mercado. Pero si uno empieza a leer con atención, muchas veces son los mismos actores privados los que están subidos a esto y son las propias empresas internacionales las que  están gustosas de ser parte de iniciativas que contemplan, entre otras cosas, nuevos marcos para la promoción de inversiones, para la promoción de la alfabetización digital”.

En diálogo con Canal Abierto, Aguirre calificó como una paradoja el hecho que “Argentina introduzca su fundamentalismo del libre mercado y ponga a nuestro país a contramano de acuerdos, discusiones y debates que no son una ocurrencia de las izquierdas o de un estatismo radical, sino que es más bien algo que se viene discutiendo en foros empresariales y en ámbitos multilaterales de los propios países del Norte global. Estos espacios son los más entusiastas promotores de este tipo de agenda”.

“Entonces acá vemos cómo el gobierno argentino relata sus decisiones y la verdadera realidad es que hay una fuerte separación entre lo que el gobierno y sus voceros relatan de la relación Argentina con el mundo y el mundo realmente existente”, agregó el especialista.

Consultado acerca de las consecuencias que esta actitud pueda tener en el ámbito de las relaciones internacionales, Aguirre planteó que una actitud así tiende a enfriar lazos y demoler la construcción de confianza diplomática, empresarial y política. “Esto después lleva muchos años recuperar. Esto lo vemos ni más ni menos que con China, con la caída, congelamiento o retracción de la cooperación en materia de inversiones, financiamiento y comercio con un país que es un socio fundamental para cualquier país como el nuestro”, lamentó.

“Esto lo vemos en nuestra región, donde el gobierno argentino ha congelado, erosionado y debilitado en los lazos con nuestros vecinos que son, a fin de cuentas, los países con los cuales deberíamos tener una prioridad al momento de construir relaciones. Son aquellos con los que compartimos fronteras, con los que compartimos poblaciones, con los que tenemos fuertes lazos comerciales y con los que hay una multitud de relaciones que se tejen todos los días y sin embargo vemos que Latinoamérica está lejos de ser una prioridad”, advirtió Aguirre.

Y expuso que “ la relación de Argentina con nuestros vecinos ha retrocedido en muchos aspectos, tanto de coordinación bilateral, así como de los bloques tales como el Mercosur. Si cuando uno deja que el capricho y las fantasías personales de un presidente o que la ideología se imponga tanto por sobre el cálculo concreto los intereses concretos de nuestro país, las consecuencias son que el día de mañana esto puede significar la pérdida de oportunidades de inversiones de cooperación. También puede significar la pérdida del perfil de nuestro país y de su credibilidad en espacios internacionales o la pérdida de mercados y con ello un impacto para la recuperación de la economía nacional”.

Respecto del acuerdo, Aguirre señaló que “no es algo que va a traer soluciones mágicas. Muchas de las propuestas son de hecho declaraciones de principios que sin mecanismos claros van a quedar en meras intenciones. Este es el histórico el problema de las Naciones Unidas, que es cómo materializar algunos de los principios, sin dudas nobles, que en sus orígenes motivaron a esa organización”.

Sin embargo, rescató que “el Pacto del Futuro contempla entre otras cosas una reforma de las instituciones de gobierno entre ellas el Consejo de Seguridad, que se habla de ampliarlo y de otorgarle otras facultades, aunque no entran demasiados detalles y eso será objeto de muchas negociaciones”.

Aguirre también destacó “el capítulo dedicado a la conectividad, las tecnologías de información, las tecnologías digitales e informática. Eso es importantísimo porque estamos hablando de tratar de sentar una posición ni más ni menos que en las economías digitales, en la economía 2.0, en las redes sociales, el funcionamiento de los algoritmos y la inteligencia artificial. Son muchos aspectos que poco a poco están gobernando o al menos alterando la vida diaria, no sólo del trabajo y de la economía, sino de las relaciones sociales, de las relaciones entre países, del funcionamiento de los estados y también del sector privado”.

“Ya reconocer esos sectores y empezar a darles mayor atención, expande la Agenda 2030 más allá de meros indicadores y objetivos de desarrollo y tratar de plantear otra forma de gobernar las relaciones entre países. Aunque hay que volver a lo que decíamos al principio: puede ser que todo acaben siendo buenas intenciones”, concluyó.

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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