El Mirasol dejó el alma, pero se equivocó dos veces y se terminó quedando con las manos vacías
Un error no forzado en el cierre del primer tiempo y otro en el arranque del complemento condicionaron a Almirante, que disputó un gran partido pero que terminó cayendo ante Boca por 2 a 1 en la Copa Argentina. Pese a la derrota, los más de 10.000 hinchas del Mirasol que viajaron a Mendoza armaron su propia fiesta.
Esa imagen del final, con los jugadores de Almirante Brown arrojando las camisetas a los hinchas que reventaron la popular Sur del Malvinas Argentinas, fue una gran síntesis de la noche inolvidable que vivió el club aurinegro este miércoles en Mendoza. Fue derrota 2 a 1 ante Boca y eliminación de la Copa Argentina, sí. Esperable en la previa. Pero que dejó a todo el pueblo mirasol con la tranquilidad y el orgullo de haber estado a la altura de un compromiso histórico.
El plan venía saliendo a la perfección en el primer tiempo, porque lo de Almirante Brown venía rozando la excelencia. Tenía controlado a Boca, se las arregló para generar algunas ocasiones con cierto peligro y no sufría ningún tipo de zozobra en el arco del Mono Martínez. Hasta que a los 47 minutos, justo cuando se terminaba la etapa inicial, pasó lo que no tenía que pasar: un error no forzado que le permitió al Xeneize ponerse en ventaja en su primera llegada.
Es imposible saber qué hubiera pasado si Leandro Iglesias se llevaba la pelota hasta el fondo de la cancha o si abría hacía la izquierda para Joaquín Ibáñez. Quizás la chapa final hubiese sido la misma. Pero lo concreto es que lo que siguió a esa pérdida de balón fue una muestra gratis de la jerarquía de Boca: avance veloz de Medina, pase exacto para Merentiel que (¿en offside?) definió de manera brillante ante la salida del Mono Martínez.
El impacto de ese tanto continuó en el comienzo del segundo tiempo. Porque Almirante se mostró desordenado por primera vez en el partido. Y lo terminó pagando con otro gol en contra, luego de un mal pase de Enzo Cardozo que derivó en un contrataque del Xeneize manejado por Merentiel y definido en soledad por Edinson Cavani.
Descuento y esperanza
Con el 0-2, el Mirasol salió a vender cara su derrota. Se arriesgó a que Boca lo goleara, pero mostró orgullo para ir a buscar el descuento, pese al contexto negativo que le presentaba el partido.
Y esa valentía tuvo su premio a los 32 minutos, con un muy lindo cabezazo de Santiago Vera tras un gran centro de Natán Acosta.
El final fue a puro corazón. Con Almirante empujando para tratar de llegar al empate. Y con Boca nervioso ante esa posibilidad, desaprovechando las contras que dispuso con superioridad numérica.
Hasta que llegó el pitazo final de Pablo Echavarría que decretó el 2-1 inamovible. Y al Mirasol le quedó esa agridulce sensación de haber perdido, pero habiéndole jugado de igual a igual a uno de los equipos más poderosos del continente.
Por eso, los más de 10.000 hinchas aurinegros que se movilizaron hasta Mendoza despidieron al equipo a puro grito de aliento. Para reconocer el esfuerzo de los jugadores. Y, también, para volver a demostrar que, en las tribunas, Almirante es de Primera.