De que se trata

El pacto de impunidad, ¿una bofetada a la democracia?

Por Juan Severo

Hoy, en el Congreso Nacional, debía tratarse un tema fundamental para la transparencia en la política: la Ley de Ficha Limpia , que busca prohibir que personas con condenas por delitos graves ocupen cargos públicos. Sin embargo, de los 257 diputados que integran la Cámara, solo 98 se presentaron, dejando el recinto vacío y el debate trunco. Este hecho, más que una anécdota, es un símbolo del pacto de impunidad del oficialismo y el Kirchnerismo

La ausencia de los diputados no es un simple problema de quórum; es una muestra de desprecio hacia la ciudadanía que los elegidos. Mientras los trabajadores enfrentan sanciones estrictas en sus empleos por faltar sin justificación, los legisladores, que cobran sueldos financiados con el dinero de todos, pueden ausentarse sin repercusiones.

En cualquier empresa privada, faltar sin aviso implica la pérdida del presentismo, del sueldo diario e incluso el despido en casos reiterados. ¿Qué pasa con los diputados que incumplen sus responsabilidades? Nada. Ni descuentos salariales, ni llamados de atención, ni rendición de cuentas. La pregunta es inevitable.

¿Cómo pretendemos combatir la corrupción y la casta si quienes deberían legislar para erradicarla no cumplen siquiera con su deber básico de asistir al Congreso?

Ficha Limpia: un espejo de las prioridades

La Ley de Ficha Limpia no es solo un proyecto legislativo; es un clamor popular. La ciudadanía exige reglas claras que impidan quiénes han cometido delitos de corrupción en el estado en sus distintos estamentos. Sin embargo, la falta de quórum para tratar esta ley evidencia que las prioridades de los legisladores están lejos de las necesidades de la gente. Pareciera que los partidos políticos están más interesados ​​en mantener sus propios privilegios que en garantizar la transparencia y la ética en la gestión pública.

La corrupción como pacto tácito

La falta de compromiso para avanzar en una ley como Ficha Limpia pone de manifiesto un pacto tácito entre las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Un acuerdo no escrito que dice: «Hoy te cubro, mañana me cubrís». Esta dinámica no solo perpetúa la impunidad, sino que alimenta el desencanto y la apatía ciudadana.

Hablan de combatir la corrupción, pero cuando llega el momento de actuar, las bancas vacías son elocuentes. Mientras tanto, el ciudadano común enfrenta los rigores de la justicia, la falta de oportunidades y el peso de un sistema que no lo representa.

Propuestas para romper el pacto de impunidad

Si queremos cambiar esta realidad, es necesario proponer medidas concretas:

  1. Sanciones por inasistencia injustificada: Implementar descuentos salariales automáticos para los legisladores que falten sin justificación válida y pública.
  2. Publicación de asistencias: Crear un registro accesible donde los ciudadanos puedan consultar las asistencias y votos de cada legislador.
  3. Límites a la reelección: Reducir la posibilidad de perpetuarse en el poder, fomentando la renovación y la alternancia.
  4. Ficha Limpia como prioridad: Reinstalar el debate de la ley con carácter urgente, asegurando que quienes ocupan cargos públicos tengan un historial ético irreprochable.
  5. Mecanismos de revocatoria popular: Permitir que los ciudadanos puedan destituir a legisladores que no cumplan con sus funciones.

Conclusión: ¿representantes del pueblo o guardianes de privilegios?

La escena de un Congreso vacío en un día clave es un recordatorio de que algo está profundamente roto en nuestra democracia. Los diputados no son representantes solos; son empleados del pueblo. Y como tales, deben ser evaluados, sancionados y, si es necesario, despedidos.

Es hora de romper con la lógica del privilegio y construir una política basada en la responsabilidad, la ética y el compromiso real con los intereses de la ciudadanía. De lo contrario, seguiremos atrapados en el círculo vicioso de la corrupción, la impunidad y el desencanto. El cambio no llegará desde las bancas vacías; Llegará desde la presión y la exigencia de un pueblo que ya no está dispuesto a tolerar más pactos de impunidad.

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