“Las empresas que integran AAETA están de paro. Las que están funcionando son una parte menor del sistema. El análisis que hicimos fue a partir de un relevamiento que hizo una cuenta de X, que se llama Ciudad de Bondis, que estuvieron hablando con todas las empresas. Nosotros, con el número de esas líneas, nos fijamos cuántos pasajeros transportaron y cuántos kilómetros recorrieron, por ejemplo, en marzo. Y notamos que esas líneas representan el 20 por ciento del sistema de colectivos, por los volúmenes de frecuencia y de pasajeros”, comenzó Fusaro.

“Tampoco va a trabajar el ciento por ciento de esas líneas. En algunos casos, van a dar frecuencias mínimas. Y de ahí deducimos que el nivel de actividad, por lo menos con los datos de la mañana, va ser de un 15 por ciento respecto a un día normal en el AMBA. Obviamente, hay que ver si durante el día se suman líneas. Pero esta es una primera estimación que hicimos con los datos de las 9 de la mañana, la hora pico en el cual la gente sale a trabajar”, indicó Fusaro a este medio.

Daño económico y aclaraciones

“Respecto al tema del daño económico del paro, hay que decir que las empresas que no trabajan pierden la recaudación y los subsidios de ese día”, señaló Fusaro. En este punto, efectuó una aclaración dirigida al Gobierno.

“Quiero desmentir al secretario de Transporte nacional, Franco Mogetta. Creo que cometió un error cuando dice que ‘por primera vez’ la Secretaría de Transporte va a descontar de los subsidios los días que no se trabajen. Eso es falso, porque ese método existe desde 2013. Esto es así porque desde entonces cada colectivo tiene un GPS. Y el cálculo de subsidios está basado en los kilómetros registrados en el GPS de los colectivos. Por lo tanto, siempre que hay un paro, por lo menos desde 2013, los subsidios se descuentan. El día que parás, no cobrás nada”, sostuvo Fusaro.

Contra la “interna sindical”

Este paro tiene un condimento especial para las empresas y también para la UTA, con una tensión fuerte entre los trabajadores y las empresas, por un lado, y también dentro del propio sindicato, por el otro. En esto, Fusaro dio la mirada desde las empresas del sector.

“Acá hay una interna sindical muy fuerte y muy dañina que le trae daño al sistema. Porque el sindicato termina dirimiendo sus diferencias utilizando el patrimonio de las empresas, lo cual a nosotros no nos gusta nada. El sindicato puede tener sus diferencias, pero esto termina empañando la imagen del sector, porque resulta que algunas empresas trabajan y otras no. Pero no es una decisión de las empresas determinar cuál de ellas trabaja y cuál no. Hoy, si fuera por las empresas, todas estarían trabajando”, remarcó.

“Entendemos que hay una línea disidente dentro del sindicato, que es la que está trabajando en este momento y está buscando que el Gobierno les otorgue la personería gremial. No es un tema nuestro, de los empresarios”, aseguró Fusaro.

En este contexto, también cabe mencionar que algunas empresas, como el Grupo DOTA, se ampararon en el artículo 97 del DNU 70/2023 del Poder Ejecutivo para intimar a su personal a cumplir con “el 50 por ciento de los servicios”, además de advertirles que les descontarían el día.

Este DNU tiene varios de sus artículos judicializados y fue rechazado en la Cámara de Senadores de la Nación, pero aún tiene que ser tratado en la Cámara de Diputados, por lo cual continúa vigente. Es menester recordar, también, que el derecho a huelga está incluido en el Artículo 14 bis de la Constitución Nacional.

En relación a la “interna sindical”, el vicepresidente de AAETA insistió: “Hay rumores, especulaciones. A nosotros, todo ese tema no nos interesa. Nuestra prioridad es sostener el patrimonio de las empresas, que está cada vez peor. En el AMBA se viaja cada vez peor, hay un 13 por ciento menos de colectivos en la calle por los congelamientos tarifarios, de subsidios. Hay una paritaria empantanada y la verdad que todo esto no suma, sino que resta”.