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El peronismo se debate entre ganar o seguir perdiendo

¿Qué le aporta la candidatura de CFK a UxP? ¿Qué están dispuestos a ceder la expresidenta y el gobernador para armar las listas? ¿Alcanza la unidad para ganarle a la alianza LLA/PRO/UCR? Preguntas a 20 años del último triunfo peronista en una legislativa bonaerense.

Por Federico Chechele | Los resultados de las últimas elecciones en distintas provincias -incluida la reciente contienda en la Ciudad de Buenos Aires- encendieron las alarmas dentro del peronismo. El escenario que se proyecta en la provincia de Buenos Aires podría significar una nueva derrota si prospera la interna entre el gobernador Axel Kicillof y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, actual titular del Partido Justicialista.

Como se sabe, la disputa es quién manejará la lapicera para armar las listas de candidatos a legisladores provinciales y la lista nacional bonaerense. Kicillof no está dispuesto a llegar condicionado a 2027 si decide competir por la presidencia. En esa línea, hace tiempo que viene avisando que no permitirá que otros le armen las listas, mucho menos aceptar imposiciones de Máximo Kirchner, quien hasta hace un tiempo le hacía cambios a su propio gabinete con decisiones tomadas en el Instituto Patria. Desde el kirchnerismo duro retrucan: los votos y la estrategia son de Cristina.

Ambas partes proclaman su voluntad de unidad, pero cada una pone condiciones. La puja gira en torno a quién cede, y quién prevalece. La ventaja parecía ser del gobernador desde que se animó a las “nuevas canciones” y comenzó a marcar distancia del kirchnerismo puro. Luego decidió desdoblar, por primera vez en la historia, las elecciones provinciales de las nacionales y enojó a la expresidenta, que terminó cediendo tras varios meses de fuertes cruces públicos desde ambos sectores. Pero el lunes pasado Cristina Kirchner confirmó lo que se venía anticipando: será candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral. Una jugada que, más que resolver, profundizó las tensiones internas.

El sábado anterior, Kicillof había lanzado el Movimiento Derecho al Futuro, en un acto multitudinario con más de 40 mil personas en el camping de UPCN, el gremio que le firma la paritaria del 1% al presidente Javier Milei. La respuesta no tardó: dos días después, Cristina reapareció en televisión con frases cargadas de mensaje político: “Si estás dividido, perdés”, “yo no le pediría jamás a un gobernante que cambie su decisión”, y una declaración con peso simbólico: “Muerta o presa”, al referirse a su situación judicial por la causa Vialidad. Esto último podría ser el motivo por el cual se decidió a adelantar su postulación.

Ese mismo lunes, sabiendo que Cristina hablaría por la noche, el gobernador reunió a su gabinete y a intendentes del Conurbano en su residencia de La Plata. Con la lapicera en mano, puso en marcha el armado electoral de cara al cierre de listas previsto para el 19 de julio. Allí reiteró un dato duro: el peronismo lleva 20 años sin ganar una elección legislativa en la provincia de Buenos Aires.

Repasemos: La última vez que el peronismo ganó las legislativas en la provincia de Buenos Aires fue en el año 2005, cuando Cristina Kirchner se impuso a Chiche Duhalde. Luego fueron todas derrotas: En el 2009 Néstor Kirchner perdió contra Francisco de Narváez en aquella elección con candidaturas testimoniales alcanzando el 32% de los votos; en 2013, Martín Insaurralde también con 32% perdió contra aquel acalorado Sergio Massa; en 2017, Cristina Kirchner con el 37% cayó a manos de Esteban Bullrich y en 2021, Victoria Tolosa Paz con 38% fue derrotada por Diego Santilli.

Empezaron a sonar los teléfonos y el jueves a la tarde se concretó la reunión entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof en busca de un pacto electoral y según informaron desde ambos espacios se resolvió conformar una mesa con representantes de los dos sectores para intentar acordar las listas bonaerenses.

¿Habrá lista de unidad? Quedan 40 días para el cierre y alguien deberá ceder. La expresidenta ha demostrado cierto pragmatismo en los momentos decisivos para sellar acuerdos. Sin embargo, sentarse a negociar luego de lanzar su candidatura en la Tercera Sección electoral no parece ser el mejor gesto. En las peores elecciones del peronismo, en esta sección electoral, la más populosa del conurbano bonaerense, siempre se ganó.

Y se ganó con un plafón de votos suficientes para disputar la elección nacional. En el 2003, 45%; en 2005, 45 %; en 2007, 51 %; en 2009, 40%; en 2011, 58%; en 2013, 41%; en 2015 el 42%; en 2017, un 44%; en 2019 el 60%; en 2021 el 45% y en 2023 un 51%. ¿Por cuantos votos sería ganar una buena elección en la Tercera Sección Electoral con Cristina encabezando? Pareciera que sólo juega a ganador y que no arriesga nada. Así se lo hizo saber el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi, quien sintetizó con dureza:

“Acá es fácil ganar, que compita en la quinta o en la sexta si quiere ayudar, que vaya a donde perdimos siempre”.

Un cálculo simplista, ante un posible acuerdo entre La Libertad Avanza, el PRO y la UCR: si se suman los votos de estas tres fuerzas de la elección del 2023, el peronismo solo ganaría en la Tercera.

Pero Cristina juega en terreno seguro. Su candidatura provincial (porque creer que es un mensaje de austeridad militante sería de una ingenuidad política asombrosa) no arrastra votos fuera de la sección y tiende a municipalizar la elección. Una postulación nacional, en cambio, permitiría capitalizar apoyos a lo largo y ancho de la provincia.

Estrategias en disputa

Se han deslizado múltiples estrategias entre ambos espacios aunque ninguna garantiza un triunfo sobre el otro. Cristina Kirchner encabezando la lista y que sus intendentes armen toda la grilla; jefes comunales como candidatos testimoniales, como en el 2009, tal como amenazó Mario Secco desde Ensenada para apretar a La Cámpora; listas colectoras. Un sinfín de posibilidades para primero sellar un acuerdo y, en segundo lugar, no perder contra La Libertad Avanza que irá a disputar la provincia junto con el PRO.

Al gobernador se lo ve muy decidido en no ceder frente a la expresidenta. Tiene a su favor un triple triunfo en 2023 frente a Milei y la derrota electoral de Cristina Kirchner como titular del PJ en las provincias en todas las provincias donde ya se votó.

El peronismo fue dividido en Salta, Jujuy, Chaco y San Luis y el peronismo kirchnerista que ordenó Cristina no logró ni una sola banca. Similar escenario sucedió en Santa Fe. Mañana habrá elecciones en Misiones y el PJ irá junto a otros espacios bajo el nombre de Confluencia Popular por la Patria. Hasta ahora son los gobernadores peronistas o el peronismo local los únicos que ganaron bancas. Por eso la importancia que tiene la Provincia de Buenos Aires como el último gran bastión del kirchnerismo.

Desde el entorno del gobernador aseguraron que salió fortalecido al imponer tres puntos clave: su corriente política -el Movimiento Derecho al Futuro-, la fecha de los comicios -el 7 de septiembre- y un calendario que obliga a definir frentes el 9 de julio y presentar las candidaturas diez días más tarde.

Lo cierto es que si Kicillof quiere disputarle el liderazgo a Cristina esta semana quedó demostrado que no será nada sencillo. La expresidenta fue a la televisión, lanzó su candidatura, desparramó rumores y a los 4 días logró que el gobernador vaya a hablar con ella. Hay un dato que habría acercado a las partes despojado de cualquier malestar personal: la posibilidad de una inminente resolución de la Corte sobre la condena a Cristina Kirchner por la causa Vialidad que modificaría todo el escenario político y electoral.

Si no hay un acuerdo entre ambos sectores hay un cálculo que queda visible: si se pierde, será como consecuencia de la estrategia de desdoblamiento electoral impulsada por el gobernador; si se gana, será por el peso de la figura de Cristina Kirchner. En este contexto, el panorama para Axel Kicillof no es sencillo, mucho menos si pretende proyectarse como el candidato natural del espacio para disputar la presidencia en 2027.

Además, con Cristina Kirchner moviéndose entre el Instituto Patria y la Legislatura bonaerense, todo indica que mantendrá una conexión directa con el armado político en la provincia. De allí se desprende otra certeza: podrá llegar a tener suficiente injerencia para definir al sucesor de Kicillof.

Sin embargo, el kicillofismo no parece temerle a la figura de Cristina. El sábado pasado, durante el acto, la expresidenta fue excluida de todos los videos con estética y mística peronista que se difundieron previamente, en un gesto que marca distancia simbólica dentro del propio espacio.

Federico Chechele en X: @fedechechele

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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