Cultura

“El rock sigue siendo un reservorio de comunión social en tiempos de filosofías individualistas”

El periodista Juan Ignacio Provéndola habla sobre la relación entre la cultura popular y la política, la juventud, la rebeldía y sus músicas. “El rock tiene el poder de ser autoridad de cierta voz masiva y de marcar posicionamientos influyentes”, analiza.

Por Leo Vázquez | Juan Ignacio Provéndola es periodista, docente y escritor. Es autor de seis libros que hablan sobre los temas que le interesan: el rock, la política, el fútbol y Villa Gesell, la ciudad de donde es oriundo. También alrededor de esas cuestiones escribe en Página/12, en La Izquierda Diario y en el sitio Realpolitik.

Su conocimiento alcanza a todos los rincones del mundo rock, tanto en su recorrido histórico como en su faceta contemporánea. Sin embargo, lo más interesante de su mirada no es su capacidad para recordar anécdotas o su memoria para los nombres de los discos -que también las tiene-, sino su aguda posibilidad de observar a  cada situación, cada canción y cada personaje con una lente política que permite analizar y rever contextos, obras y protagonistas.

Por eso es profe de la materia Cultura Rock y Política en la carrera de Comunicación de la UBA, y está por lanzar en octubre un curso sobre la figura de Federico Moura y otro sobre Ricardo Iorio (más info abajo).

En esta entrevista en AM 530 para el programa TDK y para Canal Abierto, compartió sus consideraciones sobre la inserción y presencia de las derechas en el rock, y la vigencia (o no) del perfil contestatario de la cultura popular y sus géneros musicales.

Además, su amistad con Pil Trafa, la juventud, Hebe de Bonafini, Hermética y Los Violadores, entre muchos otros.

La charla comenzó recordando un hecho de los últimos meses, cuando Flema anunció la separación de su histórico guitarrista Luichi Gribaldo por “diferencias políticas irreconciliables”, tras haberse viralizado un video suyo vitoreando a Milei, asegurando que el Presidente “es anarquista” y que el kirchnerismo “es nazi”.

-Fue lo que planteamos en esa nota de Página/12 cuyo título era “¿El punk puede ser de derecha?”. Yo postulé la pregunta y la dejé flotando en el aire.

-No, yo tengo mi opinión pero no era lo que se buscaba. Hay ejemplos de referentes del punk del eje anglosajón, Estados Unidos e Inglaterra, que eran de derecha. Johnny Ramone era un militante del Partido Republicano, sospechado de ser simpatizante del Ku-Klux-Klan, inclusive, por eso después Joey le hizo esa canción The KKK took my baby away. Johnny Rotten, el cantante de los Sex Pistols, es inglés pero hizo campaña por Trump. Hay otros tantos, y en Argentina lo mismo.

Tenemos músicos de varias décadas que se supone que han vivido muchos años y eso pareciera ser un aprendizaje y sin embargo lo vemos postulando teorías tales como el terraplanismo o  militancia antivacuna.

-Sí, claro, Jello Biafra (Dead Kennedys), Joe Strummer (The Clash) y acá creo que Pil Chalar es un poco la bandera.

-Sí, formado y curioso aparte, porque leer puede leer cualquiera pero lo importante es que esa lectura esté empujada por una necesidad interna de responder preguntas que te hieren, que te queman, por eso era un gran consumidor de cultura, libros, películas, debates, y eso lo llevaba a tomar posición.

Eran posturas bastante sólidas, difíciles de rebatir, que eso me parece lo más admirable y en ese sentido Pil le sacaba unos cuerpitos de diferencia a otros referente del punk argentino que, por lo general, salvo algunas excepciones, siempre tienden a desentenderse. El tema es cómo te parás como referente popular ante ciertos hechos que son importantes, siendo un artista claramente influencia de su público, sobre todo en este tipo de géneros donde las letras se convierten en tatuajes, en himnos, en banderas. Yo no puedo desatender una cosa de la otra y por supuesto que jamás estaría a favor de esa entelequia llamada “apolítica”. Incluso el que se precia de apolítico está desde ya tomando una postura política. Algunos quedan encerrados en esa dialéctica y no saben cómo salir. Pil o Strummer, como tenían mucho marco teórico en su cabeza, sabían resolverlo de una manera más edificante.

Virus y Los Violadores se negaron a participar en el Festival de la Solidaridad Americana en 1982, organizado por la dictadura

-Porque hay cierto consenso de que la cultura rock justamente es eso, un espacio de expresión.

-El rock no fue rebelde ni en su origen. Bill Haley, Elvis Presley, sus primeros exponentes fueron parte de una reapropiación cultural de musicalidades de los negros en Estados Unidos en donde el mercado detectó que eso era redituable pero hacía falta ponerle un envase blanco al baile. Entonces aparece Bill Haley y después Presley explota.

Después llega a Argentina, 10 años antes de La Balsa. Hay muchos revisionistas que consideran a La Balsa como la hora cero y sin embargo hubo rock o rocanrol 10 años antes.

Llega justamente tras el derrocamiento de Perón, viene el propio Bill Haley a hacer unos shows en el Teatro Metropolitano en calle Corrientes, la gente bailaba rocanrol alrededor del Obelisco ¿eso era rebelde?. La Revolución Fusiladora lo permitía, así que no era tan rebelde el rocanrol acá, y Billy Caffaro, Eddie Pequenino y Johnny Tedesco, esos pioneros de la prehistoria hacían canciones que eran para bailar con letras que no hacían cuestionar lo que circulaba.

Después, en ambos casos, tanto en el rock anglo como en el rock argentino, hubo oleadas posteriores. En Inglaterra y Estados Unidos, básicamente Dylan, los Beatles, los Rolling, esos le dieron otra vuelta e incorporaron este elemento contestatario y eso influenció a la generación de Los Gatos en adelante.

Con esto quiero decir que contradicciones hubo desde el primer momento y el rock para mí es antes que un género musical una expresión de la cultura popular, lo cual lo hace más amplio, permite generar identidad y abre siempre esta paleta, porque es un movimiento, un poco como el peronismo, cobija tensiones internas, que es lo que hace que hoy estemos debatiendo.

Entonces, si vos me preguntás a mí si el punk y el rock pueden ser de derecha, la pregunta correcta es si pueden serlo desde un punto de vista ético o desde un punto de vista práctico real. Desde el punto de vista práctico, desde ya que sí, porque hay un montón de expresiones de derecha. El tema es el punto de vista ético, si debe ser de izquierda o puede ser de derecha, esa es la discusión.

En definitiva, yo creo que el rock no puede ser más novedad, pero sí puede encontrar nuevos caminos.

-No, tuvo etapas como todo, son ciclos donde los fenómenos se contraen o se expanden, se vuelven más progresistas, son más conservadores y ninguno de esos movimientos son eternos, siempre es como una especie de tesis y antítesis y eso genera una síntesis que después vuelve a tensarse sucesivamente, entonces va y viene. A lo que voy, ese rock tiene 70 años a nivel mundial y en Argentina por ahí también, desde mediados de los 50, entonces, pedirle novedad a algo que tiene la edad de un abuelo o de un bisabuelo, es pedirle demasiado capaz.

Aún así sigue siendo un reservorio de resistencia, de expresión, de comunión social en tiempos donde se promocionan justamente filosofías más individualistas y utilitaristas. Yo en lo personal creo que el rock ya dejó de ser un espacio de lo moderno para convertirse en un espacio de lo clásico, pero una cosa no va en detrimento de la otra.

Ahora, es un clásico que creo se sostiene bastante bien, el tango no tiene muchos años más que rock, tiene 100 años, 110, y sin embargo, salvo alguna excepción como la Orquesta Típica Fernández Fierro, uno no imagina el tango como un lenguaje que los jóvenes puedan utilizar para decir cosas de la actualidad. En el rock sigue pasando.

Que el rock genere este debate ya te demuestra que sigue siendo algo actual, que cobija rebeldías. Tampoco hay que sobreestimarlo, porque después también hay como un lugar común de decir, “el rock es la expresión contra el sistema”. Bueno, un poco sí y un poco no. En todo caso, discutámoslo.

-Claro, pero fíjate que ahí se activa algo que me parece que habla bien de la salubridad del punk en ese momento que son los anticuerpos. Acordate de ese famoso episodio en Parque Rivadavia…

-Exactamente. Había un festival antirrepresivo y justo ahí en uno de los puestitos del parque había unos skinheads. Hubo provocaciones y se desató una reacción bastante abundante. Bueno, eso habla de los anticuerpos que hay.

Ahora también nos podemos preguntar cómo es que surge el movimiento skinhead, y surge en un momento de atomización de las opiniones ideológicas en la sociedad, cierto rebrote de nacionalismos, descrédito por las estructuras institucionales de la política y estructuras ideológicas.

-Te iba a decir lo mismo, me arruinaste el chiste. Siempre los contextos son parecidos. Por eso vuelvo a lo que decía antes, si nos alejamos un poco de los recortes temporales vemos que son ciclos en realidad, que van y vienen y ninguno se impone definitivamente sobre el otro.

-Vos sabes que yo le había hecho una entrevista a Hebe en 2019, justamente por el vínculo de las Madres con el rock. En principio por los eventos que hicieron con bandas y con artistas en general, pero sobre todo me interesaba saber cuál era la mirada de ella a la cultura rock, no al rock como género. Había salido en la contratapa de Página/12, después la invitamos, yo doy una materia en la carrera de Comunicación de la UBA que se llama Cultura Rock y Política y en la pandemia la invitamos a que charle con los pibes del seminario. Era interesante lo que veía ella, porque sentía básicamente que el rock permitía vertebrar a la juventud con la rebeldía y ella decía que era una manera que encontraron las Madres para poder acercarse a juventudes posteriores a las de sus hijos. Como para que pueda trascender ese discurso y esa batalla que están dando y que siguen dando más allá de ellas misma y más allá de las generaciones de sus hijos.

Y después nombraba ejemplos: La Renga, que es una banda que históricamente siempre le pone el cuerpo a todo tipo de proclamas, desde los primeros piquetes en el 97 o 98 donde ellos fueron hasta Neuquén, a Cultral Co, tocaron en la ruta, una banda que ya no necesitaba eso para llegar a más gente; o el famoso festival que hicieron en Ferro cuando las Madres cumplieron 20 años en el 97, donde estuvieron Los Piojos, Todos Tus Muertos, Attaque, Malón.

Hebe tenía ese perfil bien roquero, era una persona que cuando hablaba vos sentías que estabas ante una cita con la historia.

-Cuando hay tanta información, los dispositivos, TikTok, streaming, hoy hablamos de algo y dentro de dos días nos olvidamos, hablamos de otra cosa. ¿En qué momento paras la pelota? ¿Cuándo condensás todo lo que leíste y escuchaste y sacás tu propia opinión? Bueno, yo lo lamento por las generaciones nuevas que quizás se lo pierden. Nosotros tuvimos nuestros Charly, nuestros Pil, nuestros Ricardo Iorio cuando Ricardo estaba lúcido, sobre todo con sus letras, quizás en la época de Hermética.

-No, me parece que al final eh desconó. Por una cuestión personal, su vida, consumos, tragedias que le ocurrieron y se extravió. Se extravió totalmente.

Antes también tenía capaz un pensamiento, de ninguna manera de izquierda, pero sí progresista. Discos de Hermética donde él cuestionaba al servicio militar obligatorio en la época de Menem, cuestionó el festejo cuando en octubre de 1992, que se cumplían 500 años del primer viaje de Colón a América, que toda Hispanoamérica festejaba el “Día de la Raza”, como se lo llamaba en ese momento, con algún representante del reino de España, de la monarquía española. Ricardo escribió La revancha de América, una canción que criticaba eso. Después, al otro lado de la cuerda el tipo se volvió antimapuche y levanta esas teorías diciendo que los mapuches en realidad son un grupo entrista financiado por Inglaterra. Bueno, se hizo terraplanista. Yo me quedo con el Ricardo con el que me crié, que es a través de sus canciones, no el Ricardo de Beto Casella.

Después el rock también es noche, consumo, cosas. En ese sentido los 80 hicieron estragos. Algún día podremos dar este debate. En eso las generaciones nuevas aprendieron la lección.

La cultura rock en Argentina ha sido muy influyente en las últimas décadas. Para mí el trap o lo que se llama música urbana es un fenómeno masivo, pero quiero ver si en 30 años eso es lo que va a explicar esta generación o no.

La Renga rechaza el uso que el presidente javier milei hace de su cancion «panic show»

-Los hippies eran básicamente gente de clase media, burguesa, por así decirlo. Los V8 eran clase media pero más trabajadora, Ricardo de Caseros, y Los Violadores eran una mezcla social rara, porque lo tenías a Hari B que era hijo de inmigrantes, estaba bien económicamente, pero después Sergio Gramática era de Bernal, clase proletaria, Stuka de Martínez y Pil de Villa Urquiza, también clase trabajadora.

Entonces, lo interesante me parece de esa formación son las propias tensiones sociales que había en la misma banda, no es que eran cuatro amigos del barrio que iban a la misma escuela, no, cada uno venía de una cosa distinta y fue el punk el que los ordenó, el rechazo a esa generación anterior, a ese hipismo burgués y también la búsqueda de un lenguaje de resistencia que ellos no encontraban en la política partidaria, ni siquiera en las expresiones políticas más resistentes, ellos lo encontraban en otro lado, en la música, el cine, los libros.

-Yo era amigo de Pil, muy amigo. Él cuando venía a Buenos Aires, si no venía con la familia paraba en mi casa. Curtíamos mucho, charlábamos, salíamos mucho a caminar, viajamos, hicimos una caravana por Jujuy. Él no conocía Jujuy y le había salido una gira con Pilsen por el NOA. Nos habíamos hecho amigos de Alejandro Vilca, el diputado trotskista que es fanático de Los Violadores, de Pilsen y de los Hosen. Yo lo entrevisté a Ale Vilca siendo él recolector de residuos, en 2017, y cuando le conté que era amigo de Pil me dijo que le gustaría conocerlo. Le conté a Pil y a él también le interesó.

Hicimos juntos una actividad en el espacio del Frente de Izquierda de San Salvador, una charla. Al año siguiente se arma esta gira y fuimos una semana antes, hicimos actividades en donde Pil hablaba de su autobiografía y yo de mi libro Rock Politik. Pil quería ir a conocer Jujuy, compartir con la gente, charlar. Después cerrábamos haciendo un set acústico. A último momento se sumó el Tucán Barauskas, guitarrista de Pilsen, entonces fuimos los tres, estuvo muy bueno.

Falleció en un gran momento, de mucha lucidez, creatividad, acababa de sacar un disco con Pilsen, quería venir Argentina, girar, etcétera.

-Desde pibes o pibas que consumen el rock por los grandes tótems de nuestra cultura, puede ser de Spinetta hasta los Redondos o Charly. Después algunos que escuchan música urbana y que a través de los puentes que tejen los músicos que ellos siguen es que quieren ir y curiosear.

Otros que les interesa más el abordaje del rock como expresión de la cultura popular. Y otros que no son tan consumidores de rock pero sí tienen un posicionamiento político e ideológico, entonces les interesa ver cómo el rock se vertebra con lo político y la política, porque el rock, como una expresión popular también tiene un poder de ser autoridad de cierta voz masiva y por lo tanto marcar posicionamientos que son influyentes.

Un ejemplo simple de eso es la muerte de Walter Bulacio en la entrada de un recital de los Redondos en Obras en 1991 a manos de la policía, que generó una serie de manifestaciones tan voluptuosas que Menem decidió eliminar la figura de los edictos, con los que la policía podía detenerte sin la autorización de un juez o de un fiscal.

rocanbole y provéndola

-Bueno, sí, de hecho el primer punk, el punk de Los Violadores eran muchachos de clase media, media para arriba, salvo Gramática.

Me parece que hubo una segunda ola de punk que esa es la que lo proletarizó, Que fue el punk de Dos Minutos, de Attaque, de Flema. Pero el rock también fue de clase media hasta los 90, eran artistas de clase media y el público era de clase media y los temas que se trataban eran temas de la clase media.

Recién en los 90 se ensancha la base social. Para mí, en ese sentido vuelvo a la figura de Ricardo Iorio. Él me parece que es el que rompe un poco, esas letras de Hermética como Gil trabajador, o el fenómeno de los Redondos, que si bien no eran ni son tipos de clase baja, sí lo era su público.

Una vez tuve un pequeño debate con Julio Moura al respecto de esto, él me decía “nosotros en los 80 tocábamos en discotecas de González Catán”.  Sí, está bien, pero ni vos sos de González Catán ni capaz que tu público era de González Catán, ni las letras de Virus tampoco hablaban de la problemática de la gente de González Catán.

“El amor” es un tema universal, pero no es lo mismo el amor para un tipo que vive en un semipiso en Recoleta que para alguien que hace sus necesidades en un pozo en un pueblo de Tucumán.

-Lo que más me interesa de la cultura rock, que está planteado en Rock Politik y que después se convirtió en una materia universitaria, es cuando sirve para entender los fenómenos políticos del momento. Y Flema permite entender el contexto bastante profundamente, la degradación a la que nos sometió el menemismo, cómo se convirtió en mala palabra a la política, la degradación que se empezó a manifestar en los cordones suburbanos, por eso Flema, por eso Dos Minutos, de Valentín Alsina y de Gerli, un cinturón industrial muy importante que lo hizo pelota el menemismo, la privatización de empresas, el desguace.

También es una postal de la época, sino sólo podríamos entender los 90 a través de los programas de Bernardo Neustad, de Gerardo Sofovich cortando la manzana o de Tinelli y el Tiragoma. Bueno, Flema también los explica.

provéndola y el solado en el mural de willy crook, en villa gesell

Libros, cursos y otros acordes

Juani Provéndola publicó los libros RockpolitikOperativo Tilcara 86Historias de Villa GesellVilla Gesell Rock&RollEl ojo que espía (sobre los archivos de la DIPBA, con ilustración de tapa de Rocambole), y Autostop.

Además está pronto a editar un nuevo trabajo sobre el primer disco de Los Violadores, una producción realizada junto al propio Enrique “Pil” Charlar.

El viernes 7 de octubre está inaugurando un taller virtual de cuatro clases sobre Ricardo Iorio.

Y el miércoles 15 hará lo propio con un ciclo sobre Federico Moura.

Entrevista realizada en Somos Radio AM 530 por Silvio Soler, productor y conductor del programa TDK, y por Leo Vázquez de Canal Abierto.

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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