Según el INDEC, esta caída del PBI de 3,4 por ciento en la primera mitad del año es en comparación al mismo período del 2023. Pero eso no es todo, ya que el informe precisa que, además, entre abril y junio, la economía se contrajo un 1,7 por ciento, tanto de manera interanual como respecto al período enero-marzo de este año.

En la discriminación por sectores, el derrumbe más importante se registró en Construcción, con un 22,2 por ciento; seguido por Industria manufacturera, con -17,4; y el Comercio, con -15,7. A esto se suma un desplome del 22,5 por ciento en las importaciones de bienes y servicios reales, siempre hablando del primer semestre del año.

Además, en lo que respecta a la demanda agregada, el deterioro más importante correspondió a la inversión, con una caída del 29,4 por ciento frente al segundo trimestre del 2023. A su vez, el consumo tuvo un descenso de 9,8 por ciento, en tanto que el gasto público lo hizo en un seis. Y las importaciones mostraron un salto del 31,4 por ciento.

No obstante, el INDEC da cuenta de que no a todos los sectores le fue mal en lo que va del 2024. Porque, en la otra punta, el agro tuvo una mejora extraordinaria del 81,2 por ciento, contrarrestando el nivel general. Asimismo, la segunda mejor incidencia positiva fue para Minería e hidrocarburos, con un crecimiento de 6,6 por ciento.