Ficha Limpia: Las derechas se cruzaron duro y mostraron su grieta
El PRO denunció que el Gobierno compra votos en el Congreso enviando fondos a las provincias y lo acusó de boicotear el proyecto. Milei respondió que “los que cubrieron a CFK fueron los amarillos”. Lospennato, el meme de la interna. Mientras, mañana habrá cuatro elecciones.

Por Federico Chechele | El año pasado, el presidente Javier Milei recurrió en dos oportunidades al veto presidencial para anular leyes aprobadas por el Congreso: una que proponía un aumento a las jubilaciones –a la cual consideró “insostenible para el sistema previsional”- y otra que garantizaba el financiamiento universitario. En ambas ocasiones, contó con el respaldo del PRO y la UCR. A cambio les cedió dos iniciativas: al radicalismo, la reforma sindical para hacer ruido político, y al macrismo, el proyecto de “Ficha Limpia” con objetivos similares. Sin embargo, esta última no prosperó y las secuelas de ese fracaso sobrevuelan la escena política.
El proyecto de Ficha Limpia buscaba impedir que personas con condenas judiciales confirmadas en segunda instancia por delitos contra la administración pública pudieran ser candidatas. Si se hubiese aprobado, Cristina Kirchner no habría podido postularse. No se trataba de una verdadera apuesta por la transparencia institucional, sino de un intento por seguir judicializando la política y limitar a ciertos actores. Basta recordar el episodio de Lago Escondido –en el que jueces, exfuncionarios y empresarios compartieron un vuelo privado, filmado en el aeropuerto, pero luego fueron todos sobreseídos- para comprender por qué se desconfía del sistema judicial y del armado de causas.
Más aún si la supuesta transparencia lleva el sello del PRO, un partido marcado por casos de evasión fiscal y ocultamiento de activos. Mauricio Macri, Cristian Ritondo, Diego Santilli y el hoy libertario Luis Caputo forman parte de una larga lista de dirigentes con sociedades offshore. Hasta Lilita Carrió lanzó críticas por redes sociales: “Mauricio, ¿qué vas a hablar vos de corrupción? ¿Qué puede decir tu familia de corrupción?”. Vale recordar que Macri fue el primer presidente en la historia de la Argentina en asumir estando procesado.
En este contexto, la interna entre La Libertad Avanza y el PRO se hizo visible con el debate del proyecto Ficha Limpia. Fue rechazado por apenas un voto, lo que obliga a que, si se quiere insistir, deba iniciar todo el trámite legislativo desde cero. Un revés casi definitivo. La frustración estalló dentro del PRO y las acusaciones se dirigieron al Gobierno, a quien responsabilizaron de buscar polarizar nuevamente con Cristina Kirchner.
Los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut -alineados con Carlos Rovira, el que pone y saca en Misiones– son los apuntados como claves en el desenlace. El propio exgobernador mandó a decir que “lo pidió Milei”. Quizás por eso el Gobierno evitó criticarlos, centrando su artillería en el PRO.
Silvia Lospennato, impulsora del proyecto y primera candidata a legisladora porteña por el PRO, vivió la sesión como una vigilia navideña: esperanzada y convencida. Pero Papá Noel no llegó. Desbordada en vivo en el canal TN, denunció que el Gobierno negocia leyes en el Congreso usando fondos del Tesoro Nacional, pero esta vez para perjudicarla. “Los corruptos y sus defensores lo votaron y lo festejaron. Sabían que esto iba a pasar y no lo evitaron. Presidente Milei, confié en usted, pero me defraudó”, disparó.
Su enojo tenía fundamentos. Tras la votación, la primera plana del gobierno salió a tuitear “Libertad o kirchnerismo”, revelando su verdadera intención. La propia LLA había frenado el proyecto en Diputados, pero por presión lo dejó avanzar sabiendo que contaban con el Senado para bloquearlo. Horas antes, el PRO y la UCR actuaron como cómplices del Gobierno al aportar sus votos para bloquear la investigación sobre Karina Milei y Luis Caputo en el marco del escándalo por la estafa $LIBRA.
Las contradicciones quedaron en evidencia. Manuel Adorni, vocero presidencial y candidato rival de Lospennato, aseguró que “no estaban los votos para aprobarlo”. El presidente Milei, por su parte, responsabilizó al PRO: “Los que cubrieron a Cristina Kirchner son los mismos que le dieron la vicepresidencia a Pichetto. Estuvieron 17 años en CABA y nunca la sacaron. ¿Ahora yo soy el que no quiere?”. En cambio, su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo: “Chequeamos los votos el día anterior, y el resultado nos sorprendió”. Un caos discursivo que dejó en claro que el Gobierno está evitando compartir la escena con sus socios políticos. La reconciliación es posible en la provincia de Buenos Aires. Ambos sectores se necesitan mutuamente si quieren ganarle al peronismo.
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En paralelo a esta novela legislativa, el Gobierno nacional impuso por decreto un nuevo Salario Mínimo, Vital y Móvil: de $296.000 pasó a $322.000, ignorando las propuestas de las tres centrales sindicales y alineándose con el empresariado. El nuevo incremento equivale, literalmente, a una pizza.
A su vez, el lunes pasado el Boletín Oficial anunció nuevas partidas presupuestarias. La Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) fue la más favorecida, con $25.250 millones, de los cuales $8.017 millones serán destinados a “gastos reservados”: no se le rinde cuentas a nadie.
Ambos anuncios están en línea con el dogmatismo ideológico del Presidente, quien en el Latam Economic Forum 2025, frente a empresarios, aseguró: “La explotación laboral no existe. Los trabajadores le están comprando dinero al empleador. A lo sumo, son ellos los que explotan a los empresarios”.
Así piensa Milei, el alumno más aplicado de la Escuela Austriaca de economía. El problema radica en saber si verdaderamente cree en lo que dice o simplemente se sobrepasa. Como cuando celebró el nombre del nuevo Papa “León”, sin saber que era en homenaje a León XIII, promotor de la Doctrina Social de la Iglesia, los derechos laborales y el rol del Estado en defensa de los más débiles. Un dilema que aún nos tiene en vilo.
Mañana se celebrarán elecciones en cuatro provincias alineadas con el Gobierno nacional. En Salta y Jujuy, los candidatos oficialistas se medirán en las urnas frente a fuerzas opositoras que intentan capitalizar el respaldo de Milei. En Chaco, el Gobierno ha consolidado una alianza estratégica con sectores del radicalismo con el objetivo de fortalecer su presencia territorial. En contraste, en San Luis, la Casa Rosada optó por no respaldar a ningún candidato mientras los referentes libertarios llegan a los comicios divididos. Con un fuerte despliegue político, el oficialismo confía en obtener resultados favorables de la mano de sus aliados, hoy más que nunca, circunstanciales.
Federico Chechele en X: @fedechechele
Fuente: https://canalabierto.com.ar