Georgalos despide y discrimina, Bullrich reprime
Esta mañana, la Gendarmería provocó más de 25 heridos al desalojar una protesta en la Panamericana. El hecho puso de relieve el conflicto gremial en la planta de Victoria: cinco trabajadores fueron despedidos arbitrariamente por participar de una medida legalmente declarada.

Redacción Canal Abierto | La violenta represión llevada adelante por la Gendarmería Nacional este martes por la mañana frente a la planta de la empresa Georgalos en Victoria, en el norte del conurbano bonaerense, desalojó el corte de la Ruta Panamericana, a la altura de la bajada Uruguay del acceso a Tigre. La medida de protesta la llevaban adelante los trabajadores despedidos de la firma productora de golosinas acompañados por agrupaciones gremiales y políticas solidarias.
El origen del conflicto se remonta a principios de junio de este 2025 cuando la patronal despidió a cinco trabajadores en represalia por haber participado de un paro convocado por el Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA), en rechazo a la sobrecarga laboral. “La empresa pretende aumentar los ritmos de producción, haciendo lo mismo con menos personal. Frente a eso hicimos un paro legal. Pero en lugar de negociar, despidieron a los compañeros”, denunciaron desde la Comisión Interna gremial.
Frente al paro dispuesto por los trabajadores de la planta el 5 de junio, el Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria y los trabajadores cesaron la medida de fuerza esa misma noche. La intervención intimó a la empresa a frenar los despidos, permitir el ingreso de los trabajadores en conflicto, darles sus tareas “normales y habituales” y retomar el diálogo. Sin embargo, Georgalos no acató la resolución oficial y sigue sin reincorporar a los despedidos provocando que el conflicto escale.
De este modo Georgalos viola la conciliación obligatoria, prohibiendo el ingreso de los “despedidos”, aunque sin notificarles su desvinculación y, por el momento, pagando sus salarios.
El trasfondo
Los trabajadores argumentan que la conflictividad se inicia frente a los cambios producidos en el área de chocolates de la fábrica. La empresa redujo la cantidad de personal por máquina y, al mismo tiempo, incrementó la producción. En una línea que operaba con seis empleados, se los redujo a cinco y se duplicaron los ritmos con más horas de trabajo y menos descanso.
La firma, con más de 85 años de trayectoria y que en 2022 recuperó su marca insignia, Mantecol, que estaba en manos de Mondelez, anunció recientemente una inversión de 100 millones de dólares en su planta de Córdoba para apalancar su intención de ampliar la presencia en mercados regionales. Los trabajadores entienden que la empresa no tiene motivos para hacer recortes de personal, fortaleciendo la hipótesis de arbitrariedad de estos despidos a quienes se organizan.

“Hace 33 días que estamos despedidos”, cuenta en diálogo con Canal Abierto Elizabeth González, con 18 años de antigüedad en la planta. Previamente, “hacía 50 días que veníamos en el sector Chocolates con un reclamo por quite de personal sin modificar la velocidad de producción de las líneas: sacan gente y las velocidades siguen igual, de hecho las querían aumentar”.
Como consecuencia de lo señalado no se alcanzó el tope de productividad establecido por la empresa para pagar el premio “que nosotros tenemos según el volumen de cajas. Por ende, de 150.000 pesos que cobramos por este concepto, que es el más bajo de la fábrica, nos pagaron solo 50.000 pesos. Cuando reclamamos nos acusaron de quite de colaboración”, explica la trabajadora.
Esta situación venía siendo observada y señalada por el sindicato, y el STIA había radicado en Trabajo una denuncia por malos tratos, por reducción de personal en línea y por la productividad. “Entonces le planteamos al sindicato que no podíamos seguir así, que encima que trabajamos mal, nos sacan 100.000 pesos del sueldo. Los delegados dialogan con el sindicato que pidió reuniones a la empresa y esta nunca atendía. Entonces, viene el personal del sindicato, para las máquinas y se decide parar la producción hasta que la empresa llame a dialogar”.
Elizabeth cuenta que son 90 los trabajadores del sector que pararon y cinco los despedidos. Algunos, marcados por su militancia en agrupaciones de izquierda y, en su caso, sostiene: “Yo en su momento le dije al jefe que me parecía irracional que manejara un sector con tantas personas a cargo y tener la actitud de encerrarse en la oficina. Nunca nos atendió. Yo -le dije-, con 18 años de experiencia en fábrica me parece que hay cosas que se solucionan hablando. Por tomarme ese atrevimiento, hoy estoy en la calle”, concluye González.
Represión
Esta mañana, los trabajadores acompañados por organizaciones sociales solidarias y referentes políticos del Frente de Izquierda, del Movimiento Evita, UTEP y de otros sectores, cortaron la Panamericana a la vez que una caravana de vehículos en solidaridad circulaba por la ruta.
La Gendarmería, que se vio rebasada en un primer momento, reaccionó violentamente para despejar la autovía a fuerza de palazos y gases. Al menos 25 personas resultaron heridas.
Los trabajadores de Georgalos denuncian la inacción del gobierno provincial que ve como la firma desoye la conciliación y se mantiene en la ilegalidad, y garantiza con la Policía Bonaerense la seguridad de la empresa.
Esta noche vence la conciliación obligatoria. En la audiencia de este mediodía en la Secretaría de Trabajo, la empresa sostuvo su actitud y el sindicato la propia, que los despedidos “tienen que estar adentro y que el despido fue ilegal y arbitrario”. El jueves, al comenzar el turno mañana arranca un paro total en la planta bonaerense.
Fuente: https://canalabierto.com.ar