Capitán de Almirante Brown durante cuatro años y octavo en el ranking histórico de presencias (208 partidos), el histórico lateral izquierdo fue un referente del equipo en los 70’s. Por entrega, personalidad y compromiso.

Su prolongada estadía en el Mirasol (1977-82 y 1985) coincidió con el choque amistoso frente a Boca Juniors en 1979. Frente a una constelación de estrellas que venía de coronarse a nivel mundial, Podeley se erigió en uno de los pilares en aquella noche histórica del 7 de marzo.

“No estábamos a la par física de ellos. Me acuerdo que, en el primer tiempo, le jugamos de igual a igual. En el segundo, aflojamos un poquito, pero alcanzó para ganarles. Cuando te toca jugar con equipos como Boca o River, tenés que dejar todo. Y así fue como le jugamos a Boca y le pudimos ganar. Estos partidos se ganan corriendo y metiendo. Uno por ahí se quería mostrar y qué mejor vidriera que hacerlo en esos partidos. Son especiales para el jugador de la B”, explica.

El exfutbolista de Los Andes y Arsenal confiesa que todavía mantiene intacto el lazo emocional con el cuadro matancero. “Siempre veo los partidos de Almirante y grito los goles. Yo era un jugador que me brindaba mucho. Me ponían al siete para que me marcara, porque tenía mucha velocidad. Con la hinchada estuve bien , fui capitán cuatro años y nunca me expulsaron de una cancha”, cuenta, con orgullo.

Este miércoles 19, cuando la pelota empiece a rodar en Mendoza y se reedite aquel partido de 1979, Podeley será un hincha más. Y no se achica, fiel a su estirpe, porque él sabe lo que es ganarle a Boca: “Si le ganamos una vez, ¿por qué no le podemos ganar dos veces?”