Cultura

Independencia es resistir: una jornada cultural con alma de Barrio en Isidro Casanova

Por Juan Severo

Este sábado 12 de julio, la Plaza Hipólito Yrigoyen de Isidro Casanova se convirtió en el corazón palpitante de la resistencia cultural. Bajo la consigna “Independencia es resistir”, distintas organizaciones sociales, culturales y comunitarias se dieron cita en la intersección de República de Portugal, entre F. Seguí y Lascano, para llevar adelante una jornada cargada de memoria, arte y compromiso colectivo.

La actividad, impulsada por la CTA Autónoma, Hijos Matanza, APDH La Matanza, Casa del Barrio, Comprometidos por el Bien Común, entre otras agrupaciones locales, desplegó durante tres intensas horas una radio abierta a cielo matancero, con una programación diversa que puso de pie a toda la plaza.

En un contexto donde la cultura, la historia y la identidad se ven amenazadas por políticas de ajuste y desmantelamiento de lo público, estas organizaciones respondieron con arte, alegría y reflexión. Porque defender la cultura también es una forma de hacer patria.

La apertura estuvo a cargo de la histórica docente matancera Silvia Lobos, quien con su compromiso habitual presentó a «Gaby la historiadora»— que nos trajo una potente narrativa sobre las mujeres de la independencia. Un repaso imprescindible sobre las luchas invisibilizadas en los relatos oficiales. Ya quedó pactado: próximamente haremos la presentación del libro que Gaby está por publicar, un trabajo que promete seguir sembrando memoria.

También hay que destacar la tarea clave del sonidista de la jornada: Oreste “Beto” Galeano, secretario general de la CTA Autónoma Matanza, quien, con su experiencia y presencia siempre comprometida, garantizó que la música, los micrófonos y cada intervención se escuchen con claridad y potencia.

Silvia no solo fue palabra: también fue música. Entonó coplas junto a otros compañeros y compañeras que acompañaron con las cajas —ese instrumento que parece simple, pero que no cualquiera logra sacar un sonido ancestral con tanta fuerza—, mientras los vecinos aplaudían y se sumaban al ritmo popular.

La plaza se transformó en una verdadera galería a cielo abierto: artistas gráficos mostraron sus obras, hubo una mesa de tejido comunitario, un taller de Educación Sexual Integral (ESI) para toda la familia, y artistas en vivo llenaron la tarde de música, color y movimiento.

Una postal que quedará en la memoria fue la del ballet inclusivo del taller de folklore , “Del Algarrobo al Ombú”, que con ternura, alegría y fuerza invitó a los vecinos y vecinas a bailar, compartir mates y sonrisas. El cierre estuvo a cargo del dúo Arena Negra, que con su repertorio popular y comprometido hizo cantar a toda la plaza y dejó en claro que el pueblo sigue resistiendo con alegría y organización.

La jornada fue, en palabras de muchos de los presentes, “una bocanada de esperanza en tiempos oscuros”. Porque mientras algunos intentan callar las voces del pueblo, en Isidro Casanova se celebró la independencia como lo que verdaderamente es: la capacidad de construir comunidad, historia y futuro desde abajo.

La cultura no se entrega. La historia no se borra. Y en cada barrio, en cada plaza, en cada mate compartido, hay un pueblo que no se rinde.

¡Viva la independencia!
¡Viva la cultura popular!
¡Viva La Matanza que resiste y celebra!

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