Israel-Palestina: Minas y bombas, volver a empezar
El servicio de la ONU para las actividades relativas a las minas llevaba unos diez años trabajando en Gaza. Antes del 7 de octubre, su misión estaba por terminar, y ya casi habían desactivado todas las bombas enterradas a gran profundidad de las que tenían noticia. Ahora, su responsable dice que tardarán años en retirar la munición que ha caído en el enclave durante los últimos seis meses.
Nuestro personal permite que los convoyes de ayuda pasen sin obstáculos por artefactos explosivos sin detonar.
Mungo Birch , responsable de UNMAS en Palestina.
Este jueves se conmemora el Día de información sobre el peligro de las minas, una jornada para tomar conciencia de cómo éstas, los restos explosivos de guerra y los artefactos explosivos improvisados causan muertes y traumatismos durante los conflictos armados, y también después de que se terminan.
Más allá del esperado alto el fuego, la magnitud de las bombas lanzadas sobre Gaza desde el 7 de octubre es tal, que se necesitarán millones de dólares, y muchos años, para descontaminar la Franja de municiones sin estallar, declara a Noticias ONU el responsable del Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS) en Palestina.
Charles Birch, conocido como Mungo, trabajaba con su equipo en Gaza mucho antes de esta escalada de la violencia, retirando municiones sin estallar del territorio ocupado. En una entrevista, contó a Noticias ONU que todo su trabajo anterior se ha ido al traste por los bombardeos que han llovido sobre Gaza en los últimos seis meses.
Esta entrevista ha sido editada para mayor claridad y extensión.
Noticias ONU: ¿Cuándo comenzó su trabajo y en qué consiste?
Mungo Birch: El Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas lleva en Gaza unos diez años. Antes del 7 de octubre, nuestras operaciones principales se desarrollaban en Gaza, y también teníamos operaciones más pequeñas en Cisjordania. En Gaza, lo que hacíamos principalmente, en términos de desactivación de artefactos explosivos, era limpiar bombas de aviación enterradas profundamente y realizar evaluaciones de amenazas explosivas de las instalaciones de la ONU después de que se produjera una escalada.
La desactivación de las bombas implicaba excavar un pozo de entre 10 y 15 metros bajo tierra para llegar hasta ellas, y luego el jefe de operaciones, un hombre llamado Paddy McCabe, bajaba por el pozo, quitaba la espoleta de la bomba, haciéndola segura, y luego la sacaba del agujero y la entregaba para su destrucción.
Noticias ONU: Antes del 7 de octubre, ¿cuántas bombas de artillería sin detonar esperaban encontrar?
Mungo Birch: Despejábamos aproximadamente una bomba de aviación enterrada a gran profundidad al mes. Desde la guerra de 2021 entre Hamás e Israel nos habían notificado sobre 21 bombas de aviación enterradas a gran profundidad, y casi habíamos completado esa misión.
Obviamente, ese trabajo se ha deshecho por completo por el conflicto desde el 7 de octubre, y la escala de la contaminación será tal que es poco probable que empecemos a buscar munición enterrada profunda durante algún tiempo. La mayor parte de nuestro trabajo se centrará en los artefactos situados en la superficie.
Noticias ONU: La reconstrucción final de Gaza será una tarea monumental. ¿Qué importancia tendrá la retirada de artefactos en este proceso?
Mungo Birch: Nos basamos en la regla empírica de que el 10% de los artefactos no funcionan según lo previsto. Ahora hay más escombros en Gaza que en Ucrania y, como parte del proceso de retirada de escombros, una tarea enorme en sí misma, hay que tener en cuenta la retirada de artefactos explosivos. Esto significa años y años de trabajo. Será una operación sin precedentes.
Evitar explosiones que impidan la entrega de ayuda
Noticias ONU: ¿Qué significó el 7 de octubre para usted y su equipo?
Mungo Birch: Yo era el único miembro del personal internacional en Gaza en aquel momento, y estaba con nueve miembros del personal nacional. La primera semana de la guerra estuve en el norte de Gaza, en el complejo de la UNRWA (Agencia para los Refugiados Palestinos). El bombardeo fue increíblemente intenso. Grandes municiones y misiles lanzados desde el aire, y andanadas de cohetes de Hamás que salían de Gaza. El bombardeo no se parecía a nada que yo hubiera vivido antes.
El complejo de la ONU nunca fue alcanzado directamente, pero sufrió graves daños por las explosiones. La situación era desesperada. El personal nacional estaba repartido por toda Gaza, y ahora están todos en el sur. Dos han sido evacuados, los otros siete permanecen en Gaza y siguen trabajando. Han estado increíblemente dedicados a su trabajo en las circunstancias más terribles que se puedan imaginar.
En estos momentos hay cuatro miembros del personal internacional en Gaza, que prestan apoyo a los convoyes de la ONU que se dirigen al norte. Debido a las cuestiones políticas, sólo el personal internacional acompaña a los convoyes humanitarios. Permiten que los convoyes pasen sin obstáculos por artefactos explosivos sin detonar. A continuación, nuestro personal nacional lleva a cabo actividades de educación sobre los riesgos de los artefactos explosivos, que es un componente vital de la respuesta a las minas en Gaza.
Es increíble lo que está haciendo el personal nacional. Realmente han ido más allá de lo necesario. La mayoría de ellos han perdido sus hogares. Han perdido a familiares y amigos. Es una situación terrible.
Noticias ONU: ¿Es difícil para ustedes, como equipo, seguir adelante?
Mungo Birch: La única razón por la que el equipo se ha mantenido unido es porque teníamos una dinámica excelente antes de la guerra, y colegas muy dedicados. El personal nacional está enormemente dedicado al proyecto en general, y es un verdadero testimonio de ellos y de su resistencia. Nunca he visto nada igual.
Noticias ONU: De cara a la reconstrucción, ¿hay una gran diferencia entre lo que se necesita y los fondos disponibles?
Mungo Birch: La diferencia es enorme. Calculamos que, para empezar la limpieza de Gaza, necesitamos unos 45 millones de dólares. Hasta ahora, tenemos 5,5 millones en tramitación. Esperemos que los donantes estén más abiertos a la financiación una vez que termine la guerra, porque necesitamos fondos desesperadamente.