La diputada Aloisi advirtió que el DNU de Milei avanzaría en el cierre de Fanazul

En el marco de la sesión extraordinaria en la Legislatura bonaerense, la diputada de Unión por la Patria, Laura Aloisi, impulsó una iniciativa para “acompañar todas las acciones que garanticen la defensa ante cualquier intento de cierre” de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos (Fanazul) en el municipio bonaerense de Azul.

En ese sentido, Aloisi indicó que las medidas del Ejecutivo nacional a cargo de Javier Milei, referenciadas en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) y en el paquete de leyes enviado al Congreso, ponen a Fanazul en la “lista de las fábricas sujetas a ser privatizadas”.

Si bien la propuesta no tuvo los votos necesarios para ser tratada sobre tablas en la sesión extraordinaria, Aloisi expuso que Fanazul es una empresa de soberanía nacional que garantiza la independencia económica”. “Para muchos de los diputados quizás esas banderas no significan nada, pero para los que somos peronistas esto garantiza la defensa nacional”, enfatizó en el recinto, en clara crítica a los interbloques libertarios.

Vale recordar que, la planta de explosivos ubicada en el kilómetro 9 de la Ruta Provincial 80 de Azul ya fue cerrada en 2017, con 250 trabajadores despedidos, durante la gestión liderada por el expresidente Mauricio Macri y la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, bajo el argumento de “reducción de gastos”.

“Quiero generar el compromiso de esta Cámara de la defensa irrenunciable ante la amenaza de cierre de Fanazul, porque es sostener la pelea y las banderas por la soberanía política, la independencia económica y la justicia social”, concluyó Aloisi en su intervención en la Cámara baja.

Fanazul: una fábrica con historia

La fábrica militar de Fanazul, que fue inaugurada en 1946, a pocos meses de la asunción como presidente de Juan Domingo Perón, se dedicó desde sus inicios a producir bienes y servicios para la defensa, la minería y otras actividades relacionadas, así como también estuvo abocada al abastecimiento de TNT, llegando a ser la única productora en Sudamérica.

En este sentido, durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, entre el 2003 y el 2015, Fanazul fue reactivada, luego de un fallido intento de privatización en la gestión de Carlos Menem, incorporando personal e inversiones varias, que la colocaron como una de las empresas productoras de explosivos más importantes de la región.

La inversión que Fanazul recibió durante los gobiernos de los Kirchner fue tanta que, para el 2015, la fábrica contaba con cinco plantas productivas dentro de la misma unidad: la de nitroglicerina, la de trinitrotolueno, la de emulsiones explosivas, la planta de proyectiles, y el servicio de destrucción de materiales explosivos.

Este proceso productivo iniciado en 2003 con la asunción de Néstor Kirchner, fue interrumpido en 2017, cuando el gobierno que lideraba Cambiemos, con Mauricio Macri en la nación y María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, determinó el cierre de la fábrica militar con el objetivo de “achicar los gastos del Estado”.

En ese preciso instante, y luego de que más de 200 trabajadores recibieran la notificación del despido, los obreros iniciaron un plan de lucha intensivo, que no frenó hasta los inicios del 2020, cuando el gobierno de Alberto Fernández anunció la reapertura y la puesta en valor de Fanazul.

Ahora, tras años de paralización, Fanazul consiguió a finales de septiembre su primer hito de producción, al exportar un cargamento de Mastermix, un explosivo utilizado en minería, a la empresa Exsa Orica, de Perú. Asimismo, la empresa de Azul estableció con la firma peruana un contrato por un plazo de cinco años.