De que se trata

La Iglesia alertó sobre el impacto ambiental en Vaca Muerta

Obispos patagónicos se pronunciaron contra el oleoducto que atravesará la meseta patagónica hasta la proyectada planta de GNL en Río Negro. Reclamaron a los gobiernos que “escuchen a la gente” y definieron a las audiencias públicas como “obras de teatro con actores pagos”.

Redacción Canal Abierto | Los obispos patagónicos se metieron en la discusión sobre el impacto ambiental del oleoducto que atravesará la meseta patagónica hasta la proyectada planta de GNL en Río Negro.  

La petrolera informó que comenzará a construir el primer tramo para transportar petróleo entre Vaca Muerta, en Neuquén, y Allen, en Río Negro. El proyecto apunta a que la obra llegue al Golfo San Matías en una segunda etapa. La zona estaba protegida por ley hasta que las autoridades provinciales y la empresa dieron vuelta la legislación. 

El obispo del Alto Valle del Río Negro, monseñor Alejandro Benna, advirtió sobre “los proyectos que hipotecan el agua y la tierra”. En una tradicional peregrinación, pidió que “se escuche a la gente y exista un diálogo transparente, no audiencias públicas que son obras de teatro con actores pagos”.  

Quien también expresó su preocupación fue el obispo de Rawson, Roberto Alvarez: “es pertinente preguntarnos si (la obra) no perjudicaría algunos ecosistemas propios de nuestro mar territorial y otros que compartidos con ellos, incluso si incidiría en la Península de Valdez, que es considerada Patrimonio de la Humanidad”.

“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo”, señaló el representante eclesiástico en una carta enviada al gobernador Ignacio Torres, a quien le trasladó varios interrogantes: “¿Están ustedes seguros que no incidirá en el asentamiento del Pingüino de Magallanes que es tan vulnerable a los derrames de petróleo? ¿Y en la repoblación de la ballena Franca Austral, antes diezmada por la caza y que ha elegido el golfo para reproducirse?”

Por último, Álvarez lanzó una serie de preguntas sobre el impacto ambiental del proyecto: “¿Qué sucederá -añade- con las principales actividades económicas de las comunidades locales, como son las pesquerías artesanales, el turismo orientado a la pesca deportiva, el buceo y el avistaje de fauna marina, si el tráfico de barcos camba los hábitos de las especies o de los derrames que se suceden?”.

Los cuestionamientos coinciden con los lineamientos de la encíclica Laudato si, el principal documento del papa Francisco en materia ambiental. También están en línea con las voces de distintos colectivos sobre el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), con Javier Milei busca hacerse de dólares a cambio de numerosos beneficios fiscales y una reprimarización de la economía.

Desde las gobernaciones de Chubut y Rio Negro desestimaron las críticas. Entre los defensores más acérrimos del proyecto extractivista se encuentra el diputado nacional Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal), quien afirmó que “los obispos de la Patagonia están en contra del progreso y el desarrollo”.

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