De que se trata

La inseguridad y la indiferencia, una responsabilidad compartida por muchos

Por Juan Severo

 

Últimamente, los medios de comunicación nos inundan con noticias que generan bronca e indignación, personas agredidas para robarles sus pertenencias, ataques violentos para sustraerles el vehículo con el que se trasladan a sus trabajos, y el abuso de quienes imponen tarifas arbitrarias a los automovilistas que desean estacionar en espacios públicos.

Uno de los puntos más preocupantes es la conexión de estas prácticas con las barras bravas de los clubes de fútbol, un problema que se viene denunciando desde hace años sin que haya respuestas concretas por parte de quienes deben legislar. Los diputados nacionales, provinciales y concejales tienen la responsabilidad de establecer marcos normativos que protejan a los ciudadanos y garanticen una convivencia pacífica basada en el respeto de las normas. Sin embargo, pareciera que este problema no está en su agenda.

Ahora bien, hay una cuestión que no podemos soslayar: el problema no es sólo de quienes delinquen, sino también de quienes sostienen el circuito ilegal con su consumo. Nos quejamos de la inseguridad, pero a la vez compramos celulares o electrodomésticos de dudosa procedencia, repuestos de automóviles usados que muchas veces vienen manchados de sangre, y otros productos a precios irrisorios sin preguntarnos de dónde provienen.

Si realmente queremos cambiar la situación, debemos asumir nuestra parte de responsabilidad. El mercado negro existe porque hay compradores. Cada vez que alguien adquiere un objeto robado, está fomentando el delito y perpetuando el sufrimiento de las víctimas.

Además, como ciudadanos, debemos exigir a nuestros representantes que dejen de postergar soluciones y legislen para garantizar un mejor vivir. No alcanza con indignarnos en redes sociales o en charlas de café: es fundamental involucrarse activamente en la demanda de políticas públicas que pongan fin a la impunidad y devuelvan la tranquilidad a nuestra sociedad.

Si queremos un país mejor, es hora de dejar de preguntarnos qué hace el país por nosotros y empecemos  a preguntarnos qué estamos dispuestos a hacer por él.

 

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba