Politica

La insoportable Argentina de Milei: Corrupción, violencia y desconfianza

El escándalo de las coimas en Discapacidad pegó en el eje de flotación del Gobierno y arrinconó a LLA a una posición defensiva. Las encuestas, las redes y la calle cada día más hostiles para la Casa Rosada, a semanas de las elecciones bonaerenses y nacionales.

Por Federico Chechele | El gobierno de Javier Milei atraviesa su momento más crítico desde el inicio de su gestión. En medio de otro escándalo de corrupción que salpica directamente a funcionarios de su entorno íntimo, incluidos su hermana Karina y los primos Martín y “Lule” Menem, la crisis política impacta de lleno en los indicadores económicos y la percepción pública: el riesgo país volvió a superar los 800 puntos y la confianza en la gestión se desploma.

El escándalo estalló tras la filtración de audios que comprometen a Diego Spagnuolo, extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), en presuntos pedidos de coimas, manipulaciones en contrataciones públicas y negocios con empresas proveedoras del Estado. El golpe es tan duro que, según la consultora Management & Fit -habitualmente contemplativa con el poder-, el 73,2% de la población considera el hecho como “muy grave” y el 86% cree que hay corrupción en el Gobierno nacional.

La respuesta oficial fue inmediata: Spagnuolo fue desplazado de su cargo. Sin embargo, al no negar la autenticidad de los audios, el Gobierno terminó reconociendo implícitamente los hechos. Luego se llamó a silencio varios días en una muestra clara de repliegue, hasta que el ministro del Interior, Guillermo Francos salió a explicar que “se iniciará una profunda auditoría con énfasis en el sistema de compras y contrataciones”, en un intento por contener el daño político. No obstante, el gesto fue insuficiente para frenar la indignación social.

Es comprensible, las acusaciones atraviesan lo peor de la política: mientras el Estado recortaba más de 110.000 pensiones a personas con discapacidad, se concretaban negociados millonarios con droguerías, en este caso la Suizo Argentina, que vio aumentar su facturación estatal en un 150% respecto a la gestión anterior, alcanzando contratos por más de US$106 millones en 19 meses.

El escándalo golpeó al centro del discurso oficialista que se esfuerza en instalar la pelea contra la “casta” y sus privilegios. En un intento por desviar la atención, el propio Milei relativizó los hechos y acusó al kirchnerismo de estar “molesto porque les estamos afanando los choreos”, en una frase que fue interpretada como una autoincriminación y que quedará en los albores de la dramática historia argentina.

Además, alterado frente a este nuevo escándalo, el Presidente intentó deslegitimar el sistema electoral argentino al denunciar que dentro de una semana se votará en la provincia de Buenos Aires “con una boleta que permite el fraude”, poniendo en duda la transparencia del mismo mecanismo que lo llevó a la Casa Rosada. Estas declaraciones alimentaron el temor de que, en caso de una eventual derrota, el oficialismo podría desconocer los resultados, al estilo de sus aliados Donald Trump o Jair Bolsonaro.

El Gobierno luce cada vez más errático y descoordinado. Mientras el vocero Manuel Adorni adujo total transparencia sobre el caso Spagnuolo, se negó a las habituales preguntas de la prensa y emprendió una rápida retirada. Por su parte, Lule Menem, el más apuntado en los audios, negó el contenido de cualquier vínculo con las contrataciones en la ANDIS con un tuit publicado las 00.30 de la madrugada del lunes pasado, con 10 personas paradas a su alrededor.

Frente a todo este ruido, la tensión social se profundizó y tuvo un punto de quiebre en Lomas de Zamora, uno de los distritos más poblados y golpeados por la crisis económica en el Conurbano bonaerense. Allí, una caravana organizada por el Gobierno nacional terminó con insultos, agresiones y una rápida huida de los hermanos Milei y la ya emblemática partida en moto de José Luis Espert que fue ridiculizado hasta el hartazgo: para un gobierno que se construyó desde las redes sociales, convertirse en meme es un símbolo claro de desgaste político.

El conurbano no fue el único escenario de repudio. Ya se habían sucedido algunos incidentes entre militantes de Milei y de Fuerza Patria en Junín, luego entre estudiantes de la Facultad de Derecho de la UBA. Lo mismo ocurrió en Corrientes, provincia que vota mañana y a la cual concurrieron Karina Milei y Martin Menem quienes se tuvieron que retirar, junto al postulante a gobernador Lisandro Almirón, en medio de incidentes entre militantes de LLA y del peronismo local. Y, salvando la distancia, vale la pena mencionar el malestar de los trabajadores de una fábrica cosechadora en Firmat, provincia de Santa Fe, que echaron con insultos a Florencia Arietto que, según ella misma anunció horas antes de su llegada, iba para terminar con la mafia sindical. Este sábado, la hermana de Milei pensaba encabezar un acto en Olavarría pero le dijeron que no vaya.

Estos episodios dejaron al descubierto la creciente incapacidad del Gobierno para sostener su presencia en la calle y el deterioro del consenso social. Según una encuesta que difundió la Universidad Di Tella, la confianza en el gobierno cayó un 13,6% en agosto, con bajas de hasta el 28,2% en la Ciudad de Buenos Aires, bastión electoral que se viene pintando de violeta. Incluso entre votantes del PRO y La Libertad Avanza, comienza a percibirse malestar: 1 de cada 4 votantes libertarios ve corrupción en el Gobierno, según la consultora Trespuntozero. El mismo estudio indica una fuerte caída del “piso” electoral de Milei y un crecimiento del “arrepentimiento” entre sus votantes.

El escándalo impactó también en los mercados. El Riesgo País trepó a 829 puntos, borrando la leve recuperación de los últimos meses. La incertidumbre política, la parálisis económica y la pérdida de confianza en la conducción del país tienen a los mercados a la expectativa.

Hoy, la corrupción se ha convertido en la principal preocupación de los argentinos, por encima incluso de la inflación o la inseguridad. La combinación de un ajuste brutal, negocios opacos, discursos extremos y falta de respuestas eficaces están generando un cóctel de volatilidad institucional.

Al gobierno de Javier Milei ya le estallaron la estafa de la criptomoneda $LIBRA, el fentanilo, ahora las coimas con allanamientos y dólares en sobres, más la timba de todos los días que beneficia a unos pocos. El relato de pureza quedó atrás y deberá enfrentarse a la credibilidad de un proyecto que prometió romper con todo lo establecido y, en apenas 19 meses, muestra a un gobierno débil y elemental.

Federico Chechele en X: @fedechechele
Ilustración: Marcelo Spotti

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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